lunes, 23 de enero de 2012

Signatura 400, de Sophie Divry


Sinopsis (anobii)
Ni siquiera tiene nombre. Y es que nadie habla con ella, como no sea para pedir libros en préstamo. Su consuelo: las buenas lecturas y estar rodeada de seres incluso más tristes que ella. Se pasa los días ordenando, clasificando. No pensaba ser bibliotecaria, pero abandonó las oposiciones por un hombre. Ahora el amor le parece una pérdida de tiempo, un trastorno infantil en el mejor de los casos.

Signatura 400 da voz a una mujer que se pasa los días enclaustrada en el sótano de la biblioteca, y que un día se encuentra con que un pobre hombre se ha quedado encerrado durante la noche. Hasta que los guardias de seguridad puedan abrir las puertas y liberar al hombre, la mujer (sin nombre, no lo dice en todo el libro) le va contando su vida, sin importarle si a él le interesa o no.
Debo decir que había oído hablar muy bien de este libro, pero a mi no me ha gustado. Es un libro corto, de 106 páginas, pero se me hicieron eternas. De hecho lo abandoné unos días y entre medias me leí otro (también muy corto). No sé si será la voz narrativa, en la que escuchamos tan sólo la mitad de un diálogo: la bibliotecaria se dirige directamente a su interlocutor, que es invisible y mudo para nosotros. No es la primera vez que tengo problemas con esta forma, me resulta un tanto pesada. Me hacía pensar mientras leía: ¿quién te ha preguntado? Reconozco que ese es problema mío, soy un poco borde, pero ya digo que no me ha llegado.
Sin embargo no es que me haya dejado indiferente.La protagonista ha despertado antipatía en mi. Me ha parecido una persona triste, sin objetivo en la vida. Se ha quedado anclada en algo que no le gusta y que no le hace feliz. Pero, además, ya no busca la felicidad. Prefiere su vida gris a someterse a un posible rechazo. Y esto, el que me haya caído mal, habla en favor de la novela. Eso quiere decir que tiene trasfondo, que ha conseguido superar la barrera que el estilo narrativo creaba ante mi, y me ha llegado un personaje. Lo ha hecho real, creíble.
Además de eso, cuenta datos interesantes sobre la clasificación Deway, aunque sé por mi hermana que aquí en España no se utiliza. Y, por supuesto, el que el escenario sea una biblioteca es maravilloso para los que amamos los libros. A mi no me importaría quedarme encerrada por la noche en una. Eso sí, que la bibliotecaria no me despierte con sus monsergas. Que me deje dormir, y soñar con más libros.


Signatura 400
Sophie Divry
Editorial Blackie Books
106 páginas

lunes, 16 de enero de 2012

Cuento de Navidad, de Charles Dickens


Me apetecía leer algo relacionado con la Navidad, época que acabamos de dejar atrás, en las que las luces navideñas intentan infundirnos un poco de ánimo en estos tiempos (económicamente) oscuros. Y yo, que en el fondo soy una clásica, me fui a lo más clásico. Resulta que no había leído Cuento de Navidad. He visto un montón de versiones, películas de dibujos, películas con actores reales, hasta hay una versión con los Teleñecos. Y luego hay muchas series que han hecho su propia visión del cuento. Por eso conocía la historia, y hasta podría dar la impresión de que me hubiera leído el libro, pero no. De modo que me lo descargué en mi Kindle, ya que estaba gratuito en Amazon, y lo devoré.
Para empezar pensé que me iba a resultar una lectura algo espesa, por ser un libro decimonónico. Ya me leí Oliver Twist del autor, y aunque me encantó, en ocasiones me empachó un poco esa forma rebuscada de narración. Pero es algo que con Cuento de Navidad no me ha pasado.
La historia creo que, como me ha pasado a mi, ya la debe de conocer todo el mundo: Ebenezer Scrooge, un viejo avaro que vive solo y amargado, recibe en nochebuena al fantasma de su socio, muerto siete años atrás. Le advierte que como siga por ese camino le espera una eternidad de sufrimiento, y que esa misma noche recibirá la visita de tres fantasmas, con las que espera que cambie su actitud. Los fantasmas son los de las navidades pasadas, las presentes y las futuras, y le muestran lo que fue, lo que es y lo que será la vida con y sin él. Lo que hace que el avaro descubra su corazón y enderece su vida.
Qué voy a decir de esta novela. Es un clásico por derecho propio, no sólo por el tiempo que hace que está escrito, también por la magia que desprende. Está contado como un cuento, con una narración relativamente sencilla (para ser del tiempo que es no está nada mal), y muy entrañable. Los personajes son un tanto extremistas, sobre todo Ebenezer, que es tan avaro que no enciende ni su propia chimenea para no gastar. Los demás están dibujados con pequeñas pinceladas de descripciones, pero tan certeras que no hace falta ni una palabra más para imaginarlos. Eso sí, la familia de Bob Cratchit, su empleado, me ha parecido demasiado empalagosa, pero no es sino otra muestra más del extremismo en los personajes que creó Dickens.
Me ha parecido una narración mágica, porque pese a que me sabía la historia, las ocasiones en las que se presentaban los fantasmas están tan bien narradas que he sentido escalofríos. Es una historia que me ha encantado, y me ha emocionado sobremanera. Creo que es una de esas lecturas imprescindibles, que todos deberíamos leer una vez en la vida al menos.
La única pega que le pongo es a la edición. Me la descargué gratuita en la página de Amazon, y me arrepentí. Es una edición malísima, cargada de erratas. Estoy de acuerdo en que era gratis, pero casi prefiero pagar y no tener que inventarme las palabras. Eso, y que en la traducción, Scrooge, en lugar de decir “paparruchas”, dice “tonterías”. Parecerá estúpido, pero tengo tan arraigado lo de “paparruchas” que no me hacía...
Lo recomiendo sin dudar. Para la época navideña y para el resto del tiempo. Además, ahora es un buen momento, ya que se celebran los 200 años desde su nacimiento. Una gran manera de rendirle homenaje.

PD: Os dejo, como curiosidad, una parte de la película Los Teleñecos en Cuento de Navidad, concretamente, La canción de Scrooge. La vi hace muchos años y me encantó. 


Cuento de Navidad
Charles Dickens
Edición Amazon
64 páginas

miércoles, 11 de enero de 2012

Feliz Año Nuevo (con retraso)

Soy perfectamente consciente de que ya casi estamos a mitad de enero, pero no había tenido ocasión de felicitar el año desde el blog, ni de hacer balance del año anterior. No pensaba cerrar en Navidades, pero la cosa (como siempre) se me ha complicado, y entre llevar a la peque a ver las luces, cenas, comidas, y demás compromisos familiares, he pasado poco tiempo en casa. Y mucho menos frente al ordenador. Creo que necesito un móvil conectado a internet, pero los Reyes no me lo han traído, así que tendré que esperar a otro año.
Me encanta la fiesta del año nuevo. Para mi significa regeneración, un volver a empezar. Ponemos el contador a cero y nos hacemos propósitos: adelgazar, dejar de fumar, ponerse en forma, hacer esa maqueta que lleva mil años cogiendo polvo... Luego, todos lo sabemos, no somos capaces de cumplir ni una sola de ellas. Yo solo cumplí la de dejar de fumar, y no fue en año nuevo precisamente. Así que este año me he hecho anti-propósitos. ¿Que no adelgazo? No pasa nada. ¿Que no me pongo en forma? Y qué más da. ¿Que no publico una vez a la semana? Pues ya publicaré una cada dos. Lo que me he propuesto este año, y estoy más que decidida a cumplir es que no me voy a agobiar.
Además, estoy más que contenta. He visto las estadísticas del año pasado y no están nada mal. Según Anobii he leído 36 libros en el 2011, con un total de 12219 páginas. Teniendo en cuenta el poco tiempo que me queda para la lectura estoy muy satisfecha. Me sale una media de 3 libros al mes, lo cual no es nada despreciable.
Quería mirar también las estadísticas del blog, pero soy un desastre y no sé cómo hacerlo. A grosso modo yo diría que tengo una media de, por lo menos, dos entradas mensuales, lo cual puede mejorarse, pero tampoco está mal atendiendo a mis circunstancias.
Lo que pasa es que viendo los libros que he leído, creo que este año voy a centrarme en lecturas menos ligeras. Quiero dirigir mi vista a los clásicos, tanto extranjeros como españoles. Creo que aprovecharé el aniversario de Unamuno y el de Dickens para leer no una, sino varias obras suyas. Y quiero leer poesía. Aunque sea un libro cada dos meses, pero la creo necesaria en mi vida lectora. Espero superar la media de dos entradas semanales, aunque, como ya he dicho, el propósito primordial, y que no voy a dejar de lado es: no me voy a agobiar.
Me encanta leer, y me encanta el blog. Puede que sea un blog modesto, pero tampoco necesito más. Quien ambiciona la luna nunca verá recompensado su sueño.
¡Espero que el recién estrenado 2012 os traiga muchas y muy buenas lecturas!