viernes, 28 de marzo de 2014

MARATÓN DE LECTURA: ZA ZA, EMPERADOR DE IBIZA DE RAY LORIGA


Cuando tenía más o menos 18 años entré en una librería y tropecé con un libro titulado Héroes. La portada era un tipo con los pelos largos, sentado con una cerveza en la mano, con aspecto de estar hastiado de la vida.

Lo abrí, y fue el destino. Una nota anunciaba que dicho libro, Héroes, había sido premiado el 3 de mayo. Justo el día de mi cumpleaños. Yo, que por aquel entonces creía en las señales y en un montón de cosas que el escepticismo se ha encargado de desmentir, tuve que comprarlo. Y así me enamoré de Ray Loriga.

Me enamoré de sus letras, y por qué no decirlo, también de su aspecto de chico malo, de chico hastiado, de su pinta de rebelde. En sus letras encontré un terreno conocido, alguien que me entendía en una época en la que no me entendía ni yo misma. Desde entonces compré todos sus libros, incluido el primero, que me costó un mundo encontrarlo porque estaba descatalogado. Los he leído todos, incluso algunos dos y tres veces. Se convirtió en mi obsesión, en mi autor fetiche, en unas letras donde reflejarme y donde refugiarme.




Todo este rollo os lo cuento porque acaba de sacar nueva novela, Za Za, emperador de Ibiza (sinopsis aquí), y nuestra amiga María de Un montón de cosas que contar, me envió un mail proponiéndome una lectura conjunta en la que me enviarían el libro. Cuando terminé de dar saltos por la habitación cual adolescente desbocada, contesté que por supuesto que sí, y en esas estamos.

Pero, además, Alfaguara ha sido muy generosa y me ha enviado 3 libros de Ray Loriga. Uno para mi y otros dos... tachán, tachán, para un...

¡¡¡SORTEO EXPRÉS!!!

Si os queréis apuntar a la lectura conjunta, o si sólo queréis averiguar qué tiene Ray que me tiene loca, podéis conseguir un ejemplar de los dos que me han mandado. ¿Cómo? Pues de lo más sencillo. Tan sólo tenéis que dejar un comentario en esta misma entrada con las palabras "Participo en el sorteo exprés", hasta el día 31 a las 12 de la noche. El día 1 de abril publicaré los ganadores que serán elegidos por Random.org (o alguna web similar, que he oído por ahí que Random no funciona). Como es exprés, y yo ya de por sí no tengo mucho tiempo, cada participante recibirá un número. El envío lo haré nacional. Si eres extranjero, pero posees una dirección postal en España no hay problema. Si no, lo siento mucho (otra vez será).

La lectura conjunta comenzará el 5 de abril, y ya concretaremos fechas de reseñas, aunque podríamos empezar sobre el 10 de abril (el libro es corto, y me han dicho que se lee muy ágilmente) comenzaremos con las reseñas. Podremos comentar por twitter con el hangstag #LecturaZaZa.
También podéis seguir la lectura conjunta por los siguientes blogs (y así tendréis más oportunidades para ganar un ejemplar):

lunes, 24 de marzo de 2014

READATHON



A estas alturas, y después de haberme pasado las normas por el forro (del abrigo) puedo decir que mi primer Readathon ha resultado un fracasón absoluto.

Primero: tenía que haber publicado una entrada el día 21 contando mis planes para el readathon. El caso es que planes tenía, y jugositos, por cierto. Como sabéis, recién he terminado Rottenmeier, de Roberto Carrasco, y me ha marcado bastante. Después de su lectura, además, me anoté para un futuro la lectura de Heidi, porque todo el recuerdo que tengo yo es de la serie de dibujos animados, que me encantaba, por cierto.

Pues bien, resulta que mi hermana tenía una bolsa de libros para mí, porque en mi biblioteca recogen donaciones, y eran libros para que los dejara allí. Los metí en el maletero, y al abrirlo para cogerlo, se habían movido un poco (no será porque yo conduzca deprisa, será porque no estaban bien colocados...), y uno se había salido de la bolsa. Era, oh, sorpresa, Heidi. Me dije: "¡genial! Lo leo y luego lo doy a la biblioteca". Pero entonces me di cuenta de que era en inglés. Y entonces pensé: "todavía mejor, lo leo para el readathon". Aunque estoy leyendo libros de nivel, no sería el primero que leyera original. Me descargué un diccionario en el móvil (muy útil), y lo dejé todo preparado. De hecho comencé le viernes en el desayuno, que siempre aprovecho para leer, antes de ir a trabajar.


Pero luego por la tarde estuve pachuchina, con mocos y muy cansada. Intenté leer, pero me fue imposible. El sábado estuve mejor, pero las labores de casa me tuvieron ocupada. Y el domingo tuve paseo en familia (por Madrid Río, intenté imaginar que era la orilla del Thamesis o Hyde Park, pero no era lo mismo), y por la tarde leí un poco pero no me cundió mucho.

Lo que más me duele es haberme perdido el desayuno. Quería hacer scones, o cupcakes (que se me dan de vicio), pero se me echó el tiempo encima y al final ni siquiera compré donuts (que me sugirió mi marido, pero no le hice caso).

Lo único positivo que destaco del Readathon es que he leído como 20 páginas de Heidi, y me ha quitado un poco el miedo de coger un libro original. Hay muchas palabras que desconozco, algunas las busco y otras las saco por el contexto. Pero me entero del conjunto. Y, además, he conseguido averiguar la relación entre Heidi y Adelaida, era una duda que me perseguía desde pequeña y que es fácil con la versión original. Adelaida es Adelheid en inglés (imagino que en alemán será igual o parecido), y de ahí es fácil sacar el diminutivo Heidi.

Termino con una promesa. Prometo solemnemente prepararme mejor para el próximo readathon, seguir todas las reglas y divertirme mucho. Mientras tanto, y ya que estoy, me terminaré Heidi.Gracias Isi, por tu paciencia y por preparar el Readathon.

martes, 18 de marzo de 2014

ROTTENMEIER, DE ROBERTO CARRASCO



Me encantaban los dibujos de Heidi de pequeña. No me perdía ni un capítulo. He llegado, de adulta, a sentirme como ella en un viaje inolvidable que hice a los Alpes. Y, por encima de todo, odiaba a la señorita Rottenmeier.

Supongo que es algo generalizado, un lugar común, el odio por Rottenmeier, con ese moño apretado, sus maneras estiradas y la manía de llamar Adelaida a la pobre Heidi. La verdad, nunca llegué a leer la novela, cosa que dentro de poco remediaré, pero en mi quedó bien prendida la llama del odio a lo estricto, a lo que la señorita representaba.

Por eso me interesé mucho por la novela que Roberto Carrasco se traía entre manos. Por eso, y por Roberto, claro está. No le conozco en persona, pero me cae muy bien. Me gustan sus tuits (@robertokrrasco) y su blog, me gusta cómo escribe. Me ofreció su primera novela, Tan dulce, tan amargo, y quedé encandilada con la fuerza de sus letras.

Y fue todo un honor que se pusiera en contacto conmigo para ofrecerme su Rottenmeier. Acepté encantada, pero cuando llegó al buzón de mi casa una especie de miedo se apoderó de mi. ¿Y si no me gustaba? ¡Con lo bien que me cae! Y yo, que soy incapaz de mentir, tendría que escribir una reseña negativa. Así que comencé a hojearlo. Leí el prólogo, que es la explicación de cómo llegó la historia a sus manos. Esta parte ya la conocía porque la publicó en el blog, en una serie de post para dar a conocer la novela. Según Roberto, fue becario de un profesor que tenía en su poder el verdadero diario de la señorita Rottenmeier, la de verdad. Yo soy un tanto escéptica, y no sé si creerme del todo la historia. Tiene todos los ingredientes de serendipia como para hacerla cierta, pero, en estos tiempos que corren de marketing y publicidad, bien podría ser un accesorio a la novela. Le di el beneficio de la duda al señor Carrasco, y, como esa parte ya la había leído, comencé a leer la primera hoja. Mi intención fue leer sólo un poco, una página, para ver si el estilo seguía siendo el mismo, si tenía la misma fuerza con una historia tan diferente a la de Tan dulce, tan amargo, al menos a priori. Pero me quedé enganchada y leí hasta que mi peque se levantó de la siesta, que tuve que dejar la novela a regañadientes.

Arranca con fuerza, con rabia, a contar la historia de la señorita Rottenmeier desde su más tierna aunque no inocente infancia. Me pondría aquí a contar muchas de las cosas que me han sorprendido del personaje, pero no quiero destripar nada, y son cosas que merece la pena descubrir con la lectura. Sólo puedo decir que la he odiado aún más, la he odiado con todas mis fuerzas, y algo que nunca perdonaré a Roberto es que, además de odiarla, la he comprendido. Y eso ha hecho que mi odio por esa mujer se transforme en lástima.

La historia de la señorita Rottenmeier la cuenta ella misma, en primera persona, en forma de diario. El estilo narrativo es potente. No es rebuscado, como tengo en la cabeza que debe ser el estilo decimonónico, pero no desentona. A ver si me explico: no suena actual, pero no es rebuscado ni recargado. Se divide en diez capítulos, en los que vas avanzando en la vida de la señorita Rottenmeier, despacio pero seguro, hasta llegar a la parte que conocemos, en la que su vida se cruzó con la de Heidi. Y descubres la historia desde otro punto de vista.

Lo más original de todo es que no es una historia inocente. Por más que odiara a Rottenmeier jamás imaginé que tuviera detrás tanta realidad, tanto sufrimiento y tanta locura. Y, como en su primera novela (que tanto me marcó), Roberto Carrasco cuenta la parte más cruel del ser humano de una manera descarnada pero hermosa.

Al final mis miedos fueron infundados, porque la maestría de Carrasco reside en él, en su talento y no en una historia concreta. Me ha gustado, y mucho, esta historia, diferente de todo lo que habría imaginado, la vida de la señorita Rottenmeier contada por ella misma.

Salió a la venta ayer, 17 de marzo, con la editorial Punto en Boca. Presentación en Málaga el 21 de Marzo, qué lástima que no pueda ir (me queda muy lejos).

lunes, 10 de marzo de 2014

Doctor Sueño, de Stephen King



¿Qué ha pasado con Danny Torrance, después de los sucesos acaecidos en el hotel Overlook cuando tenía cinco años? ¿Cómo lograron afrontar, él y su madre, que Jack Torrance, su padre, intentara matarlos? ¿Y cómo asumir que no fue culpa de Jack, sino del hotel? Con estas dudas nos quedamos tras leer El Resplandor, y hoy, tras 36 años, nos lo aclara el Tito King.

Nada más empezar es como abrir una puerta a un universo paralelo, como volver a un lugar conocido y amado. Y volver a encontrarte con personajes con los que has sufrido es altamente emocionante. Aún así el comienzo del libro me costó un poco. No por empatizar, porque como ya he dicho es como volver al hogar, sino precisamente por no encontrarte con nada nuevo.

Todas la voces te suenan, los personajes, los lugares, las descripciones. Todo lo había leído antes. Quizá la falta de conexión tenían más que ver con Danny. Quizá entendiera sus problemas, pero me veía incapaz de enfrentarme con un Danny hundido, a punto de tocar fondo y no precisamente de la botella. De esa parece no cansarse. Y ahí mi problema inicial: no es el primer personaje alcohólico que tiene King, y todos son una copia del mismo (de él mismo, de hecho). Pero es que, además, que Danny cayera en el alcohol, después de todo lo que pasó...

Sin embargo, aún no sé muy bien en qué momento, la cosa cambia. No puedo determinar un punto de inflexión, pero cuando me quise dar cuenta estaba completamente inmersa en la historia, junto a un Danny rehabilitado y sufriendo con la nueva línea argumental.

Y ahí te das cuenta de que pasas de haber empezado una segunda parte de una novela genial a otra novela genial (aunque no tanto como El Resplandor, claro) en sí misma.

Por lo demás, nada nuevo para quien conozca la obra de King. La psicología de los personajes es una maravilla, todos y cada uno de ellos. La historia, pese a todo, es original, y tiene un final de broche, para mi gusto.

Se puede leer independiente de El Resplandor, pero yo no lo recomiendo. No se pone en plan pesado recordándote todo lo que sucedió en la primera novela, pero sí que te da antecedentes suficientes para poderlo recordar (lo he recordado yo, que tengo una memoria pésima y que hace como 20 años que leí el primero...) Pero creo que si no has leído El Resplandor te estás perdiendo algo GENIAL, con mayúsculas y todo, y sería una pena...

Resumiendo, pese a un principio un tanto desanimado, llegó un momento en que me puse a devorar la novela como una loca, o la novela me devoró a mi, no lo sé muy bien, y al final la disfruté muchísimo.