martes, 17 de noviembre de 2015

Purga, Sofi Oksanen

 
 
Sinopsis (Casa del Libro): En una despoblada zona rural de Estonia, en 1992, un año después de que la pequeña república recuperase la independencia tras la implosión de la Unión Soviética, Aliide Truu, una anciana que malvive sola junto al bosque, encuentra a una joven exhausta y desorientada en su jardín.
 
He de decir que la sinopsis era más completa, pero por eso precisamente he decidio borrarla. Creo que revelaba demasiado de la historia. Quien tenga curiosidad y no le importe, he enlazado a la página web donde la pueden leer entera.
Este es el segundo libro que leo del Club de Lectura, Purga, dividido en capítulos cortos y que poco tiene que ver con el anterior El sueño más dulce. Este no me ha costado leerlo, menos de una semana ha estado entre mis manos. Una gran diferencia.
Decidí leerlo sin apenas leer la contraportada. He de confesar que no es por resultar moderna, ni por postureo (que a veces también), mi motivo es mucho más prosaico: me da pereza leer las sinopsis. Te llenan la cabeza de datos que probablemente no necesites para la lectura, y además en muchas ocasiones te revelan cosas que aniquilan el factor sorpresa durante la lectura. Y en este libro me parece importante no saber nada de las dos protagonistas antes de adentrarte en él. Todo lo que necesitas saber ya lo vas descubriendo a su debido tiempo, solo necesitas un poco de paciencia para desenredar el hilo.
En esta novela tenemos dos personajes principales que son las que la sustentan. Se trata de la anciana Alidee que vive junto al bosque, haciendo conservas y soportando de vez en cuando el ataque de algunos gamberros. Y por otro tenemos a Zara, que aparece una mañana frente a la casa de la anciana, con aspecto de haber sido atropellada por un tren, de necesitar ayuda. Alidee tarda mucho, desconfía, pero finalmente algo le vence y decide ayudarla.
Está dividida en capítulos cortos que avanzan o retroceden en el tiempo para contarnos la historia de ambas. Volvemos a antes de la guerra para conocer a la joven Alidee y a su hermana. De ahí al presente, a solo dos años atrás para conocer mejor a Zara e ir averiguando por qué ha llegado a la casa de la anciana. Pasamos por la II Guerra Mundial y por la invasión soviética de Estonia, que duró hasta 1991.
 
No es una novela de personajes, aunque la sustenten personajes. La novela destila animadversión hacia los rusos de manera poco sutil, pero muy bien manejada. Te cuenta el miedo en la ocupación soviética, cómo hicieron desaparecer a gente, cómo se trasladaron ciudadanos rusos para ocupar las casas que habían dejado vacías, cómo interrogaban a los insurgentes, cómo no perdonaban ni a los niños. El sentimiento de opresión vivido durante más de cuarenta años que ha dejado huellas en el alma y en el sentimiento de un país entero.
Aunque me ha gustado mucho he de reconocer que no es un libro perfecto. Partes de las tramas coinciden demasiado como para pensar que son por casualidad, por ejemplo. Por tanto demonizar a los rusos casi saca como buenos a los alemanes. Pero son cosas que piensas después de la lectura, en mi caso fue gracias a la charla en el club de lectura, donde me di cuenta de que si rascas más a fondo te encuentras con diversos fallos en aras de que la trama quede cerrada.
La narración es fluida, llena de vida, y de belleza. Envuelve las cosas de sentimientos para profundizar en el alma de los personajes y así darte una visión profunda de los problemas a los que se enfrenta cada uno.
No me extraña que se haya llevado tantos premios. Con esta autora sí que me han quedado ganas de repetir.

6 comentarios:

  1. Lo tengo pendiente desde hace un montón =)

    Besotes

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  2. Un libro que tengo que leer sí o sí. Y tu reseña me anima más, aún con ese pequeño pero que señalas.
    Besotes!!!

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    1. Aún con ese defectillo me ha parecido una gran lectura. Te hace reflexionar mucho, o por lo menos a mi me ha hecho pensar.
      ¡Besotes!

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  3. La empecé y no pude seguirla. Quizás es que para cada libro hay un momento y ese no tocaba.

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    1. Eso es seguro JANE, que para cada libro hay un momento, y yo diría aún más: una persona. Cada lector somos un mundo en nosotros mismos, un mundo cambiante que no admite las lecturas igual según el momento de la vida en el que estemos...
      ¡Besotes!

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