lunes, 24 de octubre de 2016

Infancia, de J.M. Coetzee




Sinopsis: Tiene diez años. Vive en Worcester, una pequeña localidad al norte de Ciudad del Cabo, con una madre a la que adora y detesta a la vez, un hermano menor y un padre por quien no siente respeto alguno. Lleva una doble vida: en el colegio es el alumno modélico, el primero de la clase; en casa, un pequeño déspota. Los secretos, los engaños y los miedos le atormentan; el amor por la granja familiar y por el Veld, las desnudas mesetas sudafricanas, le arraigan a la tierra. J. M. Coetzee vuelca todas sus dotes de narrador sobrio, mesurado y elegante en este relato lleno de fuerza, en el que evoca su infancia a comienzos de los años cincuenta; escenas de una vida de provincias donde la inocencia en su estado más puro y la violencia soterrada forman parte, tanto de la propia historia como de la de Sudáfrica.

Este libro fue uno propuesto para el club de lectura, aunque luego como no estaba disponible para todos, lo dejamos aparte. Pero yo ya lo había leído.

No había leído nada del autor, pese a que es ganador de un Nobel. En mi defensa diré que no me dejo llevar mucho por el influjo de los Nobel, en la suya solo diré que el premio de este año de literatura… Y hasta ahí puedo leer. 

Y es que no sé si es que no soy lo suficientemente inteligente para comprender ciertos libros, pero es que este Infancia lo ponen muy bien allá donde quieras mirar, y yo no le he encontrado la gracia por ningún lado.

Es un decir, porque evidentemente no es un libro de humor, pero la verdad es que se me ha escapado su grandeza. Yo solo me he encontrado con un relato que en parte no he entendido por lo lejano que me quedaba. Poco sé de Sudáfrica, más allá del Apartheid y de Nelson Mandela, pero mis conocimientos se limitan a lo que se ve en los medios acerca de ello. No sabía nada de la población blanca, de los católicos, los protestantes y los que no tenían religión, ni de sus ciudades y sus campos. Y claro, me he perdido un poco entre nombres holandeses, nombres de ciudades, etcétera. 

Y de lo que sí me enteré, que es de la relación del chico con su familia, y de la relación de la familia entre sí, sobre todo con la problemática del padre, me pareció aburrido. Es algo sórdido, pero lo cuenta de una manera muy plana, con lo que no tuve ocasión de profundizar, y por descontado no empaticé con nada.

Lo mejor son los pensamientos de cuando es más niño, me parecieron muy realistas. Muy bien contados, no está tratado ni como un niño adulto ni como un niño tonto. Que sean los recuerdos del autor supongo que ayudará. Es la parte que más me gustó, las mentiras del niño Coetzee que no sabía muy bien por qué las decía, esa relación de amor/odio con su madre y de desapego de su padre. Me pareció muy realista, todos esos sentimientos contradictorios propios de un niño de 6 años.

Pero es una lectura que me ha costado bastante, y no porque no lo entendiera, sino porque me costaba un mundo ponerme a leer. Una vez me ponía, avanzaba, pero es un libro que me ha costado demasiado para lo poco que considero que me ha aportado. 

De modo que para mí, Infancia, de Coetzee ha sido otro premio Nobel más que se ha escapado a mi entendimiento.

3 comentarios:

  1. Lo leí hace mucho tiempo y tampoco lo disfruté porque no entendía lo que quería decir. Quizás aún no estaba preparada para entenderlo.
    De todas formas, "Desgracia" sí que me gustó. Si le quieres dar otra oportunidad...

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  2. Sólo he leído Desgracia del autor, que me gustó, pero con sus peros. No sé si me animaré con éste.
    Besotes!!!

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  3. Aquí tienes a otro que no ha leído a Coetzee. No sé si más adelante buscaré algún título suyo, pero no será este. Entre tu opinión y el comentario de Isi, creo que me decantaría por otra de sus publicaciones. ¡Besos!

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