No había leído nada de Don Benito Pérez Galdós, aunque recordaba
de mis tiempos de estudiante que fue un gran cronista de la historia
de España gracias a sus Episodios Nacionales. Y aunque no lo había
leído, ya había prejuzgado que sería denso e insufrible. Un
petardo, vaya. Por eso cuando vi el éxito que tuvieron las dos
lecturas anteriores que organizó Isi en su blog me quedé tan
sorprendida que le tuve que preguntar a mi hermana en varias
ocasiones si de verdad era tan bueno y entretenido, o si lo decían
en plan irónico.Me afirmó en todas las ocasiones que sí, que era
genial. Y me animó a unirme a la conjunta de la tercera entrega de
los episodios.
Así que sin haber leído los dos primeros (no suelo hacer las cosas
en orden), me sumergí, con algo de miedo (porque no había leído
los dos primeros, y sabía que había una línea argumental que unía
los libros) en la lectura de los Episodios Nacionales. Y después de
haberlo leído, y disfrutado, digo lo que siempre digo cuando leo
clásicos: ¿por qué leches no lo he leído antes? Me estaba
perdiendo una joya.
Comienza la historia con Gabriel trabajando en la imprenta de un
periódico, colocando los tipos móviles para imprimir el periódico.
Y enseguida te cuenta algunos antecedentes y lo que le motiva a él
en la vida, que no es otra que su amada, Inés, que vive en Aranjuez
y a la que va a visitar todos los fines de semana. En una de esas
visitas será testigo de excepción de El Motín de Aranjuez,
levantamiento del pueblo que acabó con el mandato de Godoy. De
vuelta en Madrid, también presenciará en primera persona el
levantamiento del pueblo de Madrid contra los franceses.
Entrelazada, la historia de Gabriel e Inesilla, que será huesped de
unos tíos que la quieren mucho...
Lo primero que debo decir es que me ha encantado leer a Don Benito.
Me he hecho fan suya. Hasta le sigo en twitter (sí, tiene
twitter...). Según comencé el libro me engancharon sus líneas.
La historia la cuenta el mismo Gabriel, un chaval de 17 años con
mucho desparpajo. Intuyo que tiene mucha historia detrás, aunque no
la conozco toda, y él algo te cuenta, pero nada demasiado pesado.
Pues de sus labios iremos conociendo los hechos, a pie de calle, que
acontecieron en Aranjuez el 19 de marzo de 1808,
cuando el pueblo, sabiamente manipulado por algunos nobles, se
levantó contra el valido Godoy. Aquí ya estoy tan sumergida en la
lectura que estoy junto a Gabriel y ese pueblo enfurecido y bruto.
Tan bruto, que realmente muchos no sabían muy bien por qué no
querían a Godoy en el puesto.
El lenguaje, de la época, es genial. Nada demasiado rebuscado, pero
sí con giros interesantes. Y, lo mejor, la manera de hablar del
pueblo ignorante está muy bien representada.
Esta parte me ha hecho reflexionar mucho. Aunque me ha parecido un
tanto partidista (como me dijo Isi, y qué no lo es), porque parece
que defiende a Godoy en contra de la voluntad del pueblo, veo en
realidad un pueblo manipulado por intereses más altos de lo que
nadie se espera. Y veo también reflejada una realidad que bien
podría haber ocurrido ayer. Yo también opino que la masa es un
animal sin cerebro, como bien expone Don Benito, y que es maleable
como el papel, sabiendo tocar las teclas adecuadas.
Luego viene la parte más ficticia, la historia de Gabriel e Inés,
que no por ser inventada me ha gustado menos ni está peor escrita.
De hecho aquí Don Benito destila un humor muy peculiar, que adereza
toda la historia de manera impecable.
Los Fusilamientos del 2 de mayo, por el maestro Goya |
Antes de hablar de la tercera parte, la del levantamiento, me
gustaría hablar de los personajes. Todos ellos son, sencillamente,
geniales. Aunque hay dos en particular, los Requejos, los tíos de
Inés, que quizás estén un poco estererotipados o llevados al
extremo para mi gusto, la verdad es que dan tanto juego que entiendo
el por qué son así. Y la pobre Inesilla, que parece un poco simple,
aunque tiene momentos grandiosos. Hasta los más secundarios, los
protagonistas de la batalla del 2 de mayo, son enormes, de carne y
hueso.
Y la parte final. El levantamiento del pueblo de Madrid contra los
franceses. El 2 de mayo, fiesta en mi Comunidad (y víspera de mi
cumpleaños). Lo he dicho ya como un millón de veces, pero lo
repito: no volveré a vivir un dos de mayo con indiferencia. Tendré
en cuenta que esta fiesta celebra el valor y el coraje de un pueblo
que se enfrentó a un ejército con cuchillos, palos y piedras. Y es
que está tan bien narrado que me ha parecido que yo también estaba
allí, defendiendo mi tierra junto con Gabriel, la Primorosa y los
demás. Destacable también es que destaque Don Benito el
protagonismo que tuvieron las mujeres en la refriega, que no fue poco
además. Lucharon y jalearon tanto o más que los hombres, y eso en
un libro de finales de 1800 es de agradecer.
Lo único malo de este libro es su final. Y no porque no me gustara,
que sí, me encantó de hecho, pero que te deja en un momento de la
historia que hubiera cogido a don Benito de la pechera para gritarle
en la cara: ¿y ahora qué pasa? ¡No me puedes dejar asi!
Pasado el momento de furia, reflexiono y me quedo con la duda del
destino de los personajes. Hay que leer el siguiente, es imposible no
seguir con la serie.
Desde luego Don
Benito ha sido para mi el descubrimiento del año. Seguiré con la
conjunta que organiza Isi (aunque no sé si podré aguantar hasta
entonces), y me leeré los dos primeros, por supuesto. Y animo a todo
el mundo a leer los Episodios Nacionales, no sólo instruyen, sino
que entretienen, y mucho.