domingo, 23 de junio de 2013

Rock and Roll Live!: Rulo y la Contrabanda


Soy una apasionada de la música en directo, y siempre que puedo voy a algún concierto. No suelo poder tanto como me gustaría, no sólo por razones económicas, pero si el concierto es gratis ni me lo pienso.
Por eso cambié mis planes del domingo por la noche al enterarme de que Rulo y la Contrabanda tocaban en las fiestas de Torrejón de Ardoz, sustituyendo a Barricada, que no pudo estar por enfermedad de un componente. (Alfredo Piedrafita tuvo la mala suerte de romperse un dedo).
Puede suceder cuando ves por primera vez a una banda en directo (como era el caso) que acabes odiándoles por lo mal que lo hacen, o que te gusten aún más por lo contrario. Con Rulo estamos en el segundo caso, enamoran en directo.

Para empezar, la banda (la Contrabanda, para ser exactos) tocan genial. Tienen mucha potencia y buen saber hacer. Tampoco puedo ponerme más técnica, porque no es que entienda mucho de música, pero sé reconocer un buen trabajo.
Rulo se deja la piel en el escenario. Es un poeta, siempre le había visto como un poco tímido, pero en cuanto coge el micrófono se despoja de la timidez como de un mal traje y se convierte en una bestia. Disfruta, siente, vibra. Y su sonrisa ilumina el escenario. Las letras son tremendas, escritas desde el corazón, y las canta desde el alma. Da gusto ver a artistas que todavía se dejan la piel en el escenario, y no sólo cumplen con su cometido. Es auténtico, como su música.
Que son unos caballeros lo demostraron en dos ocasiones. La primera, al dedicar una de las canciones a Alfredo: "en esto de la música hay mucho compadreo", dijo Rulo, refiriéndose al cable que echaron a Barricada al sustituirlos, y le deseó una pronta recuperación a Alfredo. La segunda ocasión fue al darle las gracias al público por haber llenado la Riviera en su anterior concierto en Madrid.
Lady Bohéme y yo, esperando que empezara el concierto
En el concierto presentaron las canciones de su nuevo álbum, Especies en Extinción, tocaron también de su álbum debut Señales de Humo, e incluso nos deleitaron con un par de canciones de su antiguo grupo, La Fuga, como Por verte Sonreír. El momento más desconcertante y divertido fue cuando tocaron Fauna Rara, del primer disco, ya que todos los miembros de la banda salieron disfrazados esperpénticamente.
Con casi dos horas de concierto, el auditorio a rebosar de gente, nos volvimos para casa con ganas de más y con la impresión de que había durado poco.

Si no pudiste verlos el domingo pasado aquí tienes las fechas de sus próximos conciertos:
22 de junio en Buenos Aires (Argentina)
28 de junio en Irún
6 de Julio en Navalmoral de la Mata (Cáceres)
12 de julio en Arévalo (Ávila)
24 de julio en Santander
2 de agosto en Bueu (Pontevedra)
23 de agosto en Peñaranda (Salamanca)
30 de agosto en Madrid (En Vivo)
31 de agosto en Barcelona (En Vivo)

miércoles, 19 de junio de 2013

El Fuego, de Katherine Neville

Sinopsis (contraportada): Colorado, 2003: Alexandra Solarin recibe una inesperada invitación a la fiesta de cumpleaños de su madre, Catherine Velis, quien nunca antes había celbrado este día. Años atrás, la propia Cat, junto a su marido, había repartido por diferentes países del mundo las fabulosas piezas del ajedrez de Montglane para que nadie nunca pudiera reunirlas y hacerse con el secreto poder que contienen. Cuando Alexandra llega a la casa familiar en las Rocosas, la vivienda está vacía. Su madre no aperece pero sí una serie de invitados igualmente inesperados. Algo sumamente importante está ocurriendo y Alexandra acepta el reto de seguir las misteriosas pistas que ha preparado su madre.
La búsqueda la llevará desde Colorado hasta las lejanas tierras de Rusia y el mismo corazón de Washington, ciudad donde reside, y se encontrará en medio de un juego ascentral cuya existencia ni sospechaba. Los invitados a la fiesta serán sus compañeros de viaje; sin embargo, no todos jugarán de su lado. Porque, si bien todos persiguen las piezas del ajedrez, no todos lo hacen con las mismas intenciones.
 
Alexandra recibe una invitación al cumpleaños de su madre, Cat Velis. No sería nada extraño si no fuera porque su madre nunca ha celebrado su cumpleaños, de hecho no revela a nadie la fecha exacta en la que nació, y porque hace una década que no se hablan.
Su relación, siempre complicada, empeoró cuando su padre fue asesinado en el transcurso de un torneo de ajedrez infantil. Fue la última vez que Alexandra, hasta entonces una campeona del tablero, jugó al ajedrez.
La historia se complica todavía más cuando acude a la fiesta de su madre y resulta que ésta no está. En su lugar hay una variedad de invitados a los que su madre jamás habría llamado. Pero gracias a ellos Alexandra desentreñará un pasado hasta entonces desconocido para ella.
Me leí El Ocho el año pasado y la verdad es que me gustó mucho. Por eso cuando salió la segunda parte se la regalamos a mi suegro (es el dueño de El Ocho) y cuando hice un hueco en mi lista de lecuras, se lo quité.
Nos encontramos aquí con una historia que sigue el mismo modelo que el predecesor, con capítulos relativamente cortos, en los que se va soltando información en goteo para que te pique el gusanillo y continúes leyendo, y un no parar de acá para allá de la protagonista que cansa aunque estés sentado en el sillón. Aunque aquí el eje motor no es tanto el ajedrez, como el fuego, como su propio título indica.
La narración es normalita, está contado en primera persona, es la misma Alexandra la que nos relata sus vivencias, lo que hace que sepamos lo mismo que sabe ella. Hay algunos capítulos en los que es otro el personaje que habla, aunque no voy a revelar quien para no fastidiar la lectura a nadie. Pero vamos, sin muchas florituras. Lo normal en este tipo de libros, se basan más en el argumento que en la forma.
Pero, aunque me ha parecido un libro aceptable, entretenido, que te pica lo suficiente como para no dejarlo a medias, se me ha quedado un poco cojo. Puede ser que yo no me haya enterado de la misa la media, pero tanto el tema del fuego como otros supuestamente transcendentes no los he entendido, no me han calado como se supone que debía hacerlo. Hay una cantidad de personajes que interactúan con Alexandra que te marean, y situaciones encadenadas que no te dejan ni respirar. Y lo peor, una historia de amor que es importante en la trama pero que no está fomentada. Lo ves venir desde el principio, pero no es creíble.
Ya digo que esto es subjetivo, puede ser que yo no lo haya entendido, pero a mi me ha dado la impresión de ser un libro forzado, escrito únicamente para continuar con una primera entrega que sí que fue una historia  interesante por el uso que le daba al ajedrez en la trama, y con más base.
Personalmente no lo recomiendo, sobre todo si habéis leído El Ocho y esperáis algo parecido. Ya digo que es un libro que se deja leer pero que hace aguas por más de un sitio.
El Fuego
Katherine Neville
Plaza y Janés
543 páginas

lunes, 10 de junio de 2013

La Isla del Tesoro, de Robert Louis Stevenson

Ya he contado en alguna ocasión que no me acerqué de pequeña, cuando debía, a la literatura de aventuras clásica. Lo he hecho ahora, de mayor, y me arrepiento profundamente de haber hecho el tonto hasta ahora. Y digo el tonto porque no es que no lo haya leído porque no quisiera, sino porque pensaba que estaría escrito en lenguaje arcano y que me costaría entenderlo. En realidad esto me pasa por haber leído a Poe demasiado temprano y meter en el mismo saco decimonónico a todos los escritores que me olieran a "antiguo".
Creo que todo el mundo tiene una ligera noción del argumento de La Isla del Tesoro, si no es por haberse leído el libro será por la gran cantidad de versiones y homenajes que se le han hecho. Es algo que está en la imaginería popular. Sin embargo los detalles son los que le proporcionan originalidad a la lectura de la novela.
Un tipo extraño, aparentemente bucanero, se hace un hogar en una habitación de la posada de los padres del joven Jim Hawkins, manteniendo a la concurrencia bajo coacción las noches en que el ron corre desaforado por las venas. A la muerte de éste se precipitan los acontecimientos: el joven Hawkins encuentra un mapa en el baúl del bucanero, y huye con él a tiempo, pues un grupo de gente nada deseable ataca la posada y la quema.
El joven, con ayuda del doctor Livesey, decide ir a buscar el tesoro, y será en la isla donde se desencadenen toda una serie de acontecimientos y aventuras.
El libro se lee rápido, organizado en capítulos cortos que te dejan con ganas de saber qué ocurrirá a continuación, y la historia se hace entretenida y amena. Las descripciones son geniales, hacen que te introduzcas de lleno en el mundo del mar, sin sentirte mal por no tener ni idea de términos marinos.
Los personajes son muy reales. Quizás un poco ingenuos (los “buenos”, por decir algo), pero se les coge cariño enseguida.
Lo único malo es que me tenía que recordar continuamente que debía leerlo con una mentalidad más “antigua”. Será por el hecho de conocer la historia (de oídas) con anterioridad, pero creo que he pecado de “listilla” en esta lectura. Había cosas que eran evidentes, y cuando pensaba: “oh, por favor, cómo no te das cuenta”, me obligaba a imaginarme leyéndolo en el siglo XIX, con mis enaguas y mi corsé. ¿Nos hemos vuelto menos ingenuos? Es otra de las razones por las que lamento no haberlo leído de niña, que aunque tenía la misma tendencia a ser una pedante, por lo menos tenía menos experiencia lectora (y de todo lo demás), y lo habría disfrutado aún más.
Y digo aún porque, pese a pecar de listilla, me ha encantado. Aún cuando creo que lo sé todo, y que lo preveo todo, Stevenson se ha reído de mi desde su tumba, me ha sorprendido en algunas escenas y en algunos giros.
Lo recomiendo sin dudar, pero es más, si tenéis cerca a algún pre- adolescente al que le guste leer un poco, dejad este libro en sus manos porque algún día os lo agradecerá. Es un imprescindible.

La Isla del Tesoro
Robert Louis Stevenson
Editorial El País (Colección Aventuras)
269 páginas