Sinopsis (página del autor): Un
profesor de universidad obsesionado con una nueva droga. Una agente
de policía novata en un sistema corrupto. Un misterioso millonario
en silla de ruedas… y una bomba atómica que se dirige al centro de
Manhattan. Es 10 de septiembre de 2010. Pero este es solo el final de
la historia. Auschwitz, febrero de 1944. Aquí comenzó el fin del
mundo.
Bruno Nievas es otro de los ejemplos de
autores que son buenísimos y que tienen que recurrir a la
autopublicación para mostrar su obra. Lo hizo con su primera novela,
Realidad Aumentada (reseña
aquí), y cuando estaba en el Top 10 de
Amazon,
Ediciones B le dio la oportunidad que necesitaba, fichándole
para su sello
B de Books.
Con esta misma editorial, Ediciones B,
ha publicado su segunda novela, este Holocausto Manhattan, con la
sombra de Realidad Aumentada flotando tras ella. Y puedo decir que
Bruno se ha superado a sí mismo.
Antes de adentrarme en la opinión del
libro, me interesa señalar algo. Me gusta leer en digital (este ha
sido el caso), pero no me gusta pagar una barbaridad por un e-book.
Se mire por donde se mire, no justifica un precio mayor de 5 euros.
Por eso me sorprendió que Ediciones B sacara la versión digital de
la novedad de Bruno Nievas al módico precio de 2,99 euros.(Nota: ahora está a 4,74 euros, que tampoco me parece un mal precio por esta novela). Me parece
una apuesta sana y muy respetable.
Esta vez la historia se ambienta en
Nueva York. Tenemos a un ex militar que conduce una furgoneta en un
estado casi de histeria, ya que lo que transporta es una bomba
nuclear. En unos días será el décimo aniversario del atentado de
las torres gemelas y alguien prepara algo gordo para entonces.
Tenemos a un policía de Nueva York
adicto a alguna clase de droga, que detiene al exmilitar pero no
comprueba el contenido de la furgoneta. Es el hijo del comisario y
tiene carta blanca en una comisaría plagada de corrupción.
Los hermanos Brown, Maxwell y Amy son
el último reducto honrado de esa comisaría, aunque precisamente por
ello lo tienen todo en contra.
Y el profesor Mike Brenner, que
investiga una nueva droga sonora, cierra el círculo de personajes
principales que actúan en el presente de esta trepidante historia.
Los
Yesser, padre e hijo, nos desvelan un terrible testimonio de
su estancia en Auschwitz, donde
conoceremos en particular a un terrible agente de la SS, y al
abominable doctor Mengele.
La acción comienza casi desde la
primera página, donde se desvela la bomba que se dirige hacia la
zona cero. A partir de ahí, en una narración en tercera persona
subjetiva (en cada capítulo parece que estamos dentro de la mente
del protagonista), los capítulos van alternándose en las visiones
de Daniel, los policías, y flashbacks al pasado, concretamente al
campo de prisioneros de Auschwitz , donde seremos testigos del horror
que viven Leon y su
padre. Según vamos avanzando en la historia podemos ver cómo
encajan las piezas del presente, pero no será hasta el último
capítulo que confluirán presente y pasado casando las últimas
piezas del puzle.
Nos presenta Bruno Nievas una historia
con una documentación ingente, repartida con mano sabia a lo largo
de la novela. La historia está muy bien hilada, cerrando cada cabo
suelto al final del libro.
La lectura es ágil y sencilla. Cada
capítulo tiene mucha acción y los acontecimientos se desarrollan en
una espiral creciente de misterio, dejando al lector con las ganas de
leer más y más para saber qué ocurre a continuación.
Me ha hecho mucha gracia el guiño que
le hace a los autores españoles Juan Gómez-Jurado y Manel Loureiro,
nombrándoles en la novela, ya que ambos le ayudaron bastante con sus
primeros pasos.
Pero hay un punto negativo en la
narración, lo tengo que decir, y es la presentación de los
personajes. Es algo muy complicado, soy consciente, pero aquí Bruno
tiene trabajo para afinar. Se hace muy pesado que cada vez que
aparece un personaje nuevo, sea o no importante para la trama, te
hace un pequeño resumen de su vida pasada hasta explicar qué hace
ahí y lo que le va a suceder a continuación. Es algo muy frecuente
en la literatura que suelo leer, pero algunos autores lo consiguen
con tres frases amenas, y otros utilizan un par de párrafos
pesadísimos. Creo que Bruno está entre medias. Aunque no hace que
el interés de la novela decaiga (al menos no del todo), sí que es
un frenazo en mitad de una historia que va a velocidad de vértigo.
Y si bien toda la historia es
convincente, rechina una pequeña cosa. La historia de amor. No
termina de cuajar bien del todo. El autor lo intenta con toda su
alma, pero a mi no me ha conseguido transmitir lo que intentaba.
Pese a este par de inconvenientes es
una novela que me ha gustado mucho. Es entretenida y trepidante. Te
engancha desde el principio y te sorprende al final, cuando ya has
terminado y Bruno Nievas, en una última nota del autor explica cómo
se le ocurrió la idea y qué hay de cierto en la novela.
Personalmente me encantan estas notas, me parecen un acercamiento
hacia el escritor, casi me lo imagino en su estudio (yo siempre me
imagino un estudio) escribiendo y pensando en sus lectores, pero es
que además esta nota aclara algunos puntos de la historia que yo
creía ficción... Y resulta que no lo es. Si queréis saber qué es
lo que me sorprendió más, no dudéis en leer Holocausto Manhattan.
Gracias a la editorial por enviarme un
ejemplar para su lectura.
Holocausto Manhattan
Ediciones B
(edición digital)
488 páginas