Me apetecía leer algo relacionado con
la Navidad, época que acabamos de dejar atrás, en las que las luces
navideñas intentan infundirnos un poco de ánimo en estos tiempos
(económicamente) oscuros. Y yo, que en el fondo soy una clásica, me
fui a lo más clásico. Resulta que no había leído Cuento de
Navidad. He visto un montón de versiones, películas de dibujos,
películas con actores reales, hasta hay una versión con los
Teleñecos. Y luego hay muchas series que han hecho su propia visión
del cuento. Por eso conocía la historia, y hasta podría dar la
impresión de que me hubiera leído el libro, pero no. De modo que me
lo descargué en mi Kindle, ya que estaba gratuito en Amazon, y lo
devoré.
Para empezar pensé que me iba a
resultar una lectura algo espesa, por ser un libro decimonónico. Ya
me leí Oliver Twist del autor, y aunque me encantó, en ocasiones me
empachó un poco esa forma rebuscada de narración. Pero es algo que
con Cuento de Navidad no me ha pasado.
La historia creo que, como me ha pasado
a mi, ya la debe de conocer todo el mundo: Ebenezer Scrooge, un viejo
avaro que vive solo y amargado, recibe en nochebuena al fantasma de
su socio, muerto siete años atrás. Le advierte que como siga por
ese camino le espera una eternidad de sufrimiento, y que esa misma
noche recibirá la visita de tres fantasmas, con las que espera que
cambie su actitud. Los fantasmas son los de las navidades pasadas,
las presentes y las futuras, y le muestran lo que fue, lo que es y lo
que será la vida con y sin él. Lo que hace que el avaro descubra su
corazón y enderece su vida.
Qué voy a decir de esta novela. Es un
clásico por derecho propio, no sólo por el tiempo que hace que está
escrito, también por la magia que desprende. Está contado como un
cuento, con una narración relativamente sencilla (para ser del
tiempo que es no está nada mal), y muy entrañable. Los personajes
son un tanto extremistas, sobre todo Ebenezer, que es tan avaro que
no enciende ni su propia chimenea para no gastar. Los demás están
dibujados con pequeñas pinceladas de descripciones, pero tan
certeras que no hace falta ni una palabra más para imaginarlos. Eso
sí, la familia de Bob Cratchit, su empleado, me ha parecido
demasiado empalagosa, pero no es sino otra muestra más del
extremismo en los personajes que creó Dickens.
Me ha parecido una narración mágica,
porque pese a que me sabía la historia, las ocasiones en las que se
presentaban los fantasmas están tan bien narradas que he sentido
escalofríos. Es una historia que me ha encantado, y me ha emocionado
sobremanera. Creo que es una de esas lecturas imprescindibles, que
todos deberíamos leer una vez en la vida al menos.
La única pega que le pongo es a la
edición. Me la descargué gratuita en la página de Amazon, y me
arrepentí. Es una edición malísima, cargada de erratas. Estoy de
acuerdo en que era gratis, pero casi prefiero pagar y no tener que
inventarme las palabras. Eso, y que en la traducción, Scrooge, en
lugar de decir “paparruchas”, dice “tonterías”. Parecerá
estúpido, pero tengo tan arraigado lo de “paparruchas” que no me
hacía...
Lo recomiendo sin dudar. Para la época
navideña y para el resto del tiempo. Además, ahora es un buen
momento, ya que se celebran los 200 años desde su nacimiento. Una
gran manera de rendirle homenaje.
PD: Os dejo, como curiosidad, una parte de la película Los Teleñecos en Cuento de Navidad, concretamente, La canción de Scrooge. La vi hace muchos años y me encantó.
Cuento de Navidad
Charles Dickens
Edición Amazon
64 páginas