domingo, 20 de marzo de 2011

Pantano de Sangre, de Preston & Child.

Comienza la novela doce años atrás, con Pendergast y su esposa (sí, su esposa) de safari en África. Ambos son muy buenos cazadores, y debido a una claúsula sin la cual no podrían cazar, se ven obligados a ayudar en la captura de un león que se ha cobrado la vida de un hombre. Es el león rojo, un animal de leyenda más grande y fiero que cualquier otro león. Van en su busca, y cuando lo encuentran ataca a uno de los porteadores y al propio Pendergast. Es cuando quiere ahuyentarlo de él que la esposa del agente es devorada por el león.
Doce años después, ya convertido en agente del FBI, A.X.L. Pendergast descubre gracias a una casualidad que la muerte de su esposa no fue un accidente, sino un plan muy elaborado para asesinarla. Recluta a su buen amigo Vincent D´Agosta para que le ayude en la resolución del único caso en el que no es imparcial, y convertirse de ese modo también en juez y verdugo del asesino de su mujer.
Es un libro rápido y trepidante, típico de estos autores. Al principio te muestran una trama muy compleja que van desmadejando capítulo a capítulo, dejándote siempre con algo de intriga para que sigas leyendo. Este se diferencia de los demás de la “saga” de Pendergast en que conocemos más profundamente al singular agente del FBI, ya que deja de ser de hielo para dejar translucir, aunque de un modo muy tenue, algunos de sus sentimientos.
En cuestión de personajes, Preston & Child siempre me han gustado por lo que le gusta dibujarlos, profundizar en ellos. Y cada uno sigue su línea de evolución dentro de las sagas, su psicología intacta. Tal vez incluso se lleguen a pasar en ello, ya que a veces te presentan a un personaje, una página o menos para conocerle, y se lo cargan. Te dan ganas de ir a su entierro, o en busca de los autores para decirles un par de cosas.

Como no tenía pantano me he tenido que conformar con pequeño río

Esta es una novela rápida, que cambia de escenario constantemente, y que va desenrollando el ovillo del misterio poco a poco. Hacia mitad del libro (quizás un poco antes), el lector ya sabe quién está detrás de todo, o por lo menos quién quiere tapar el pasado a golpe de gatillo, poniendo en peligro la vida tanto de Pendergast como de quien le ayuda, y, por supuesto, de todo aquel que tuvo algo que ver en la muerte de la mujer del agente. Esto se me hizo un poco raro, ya que, usualmente, el asesino se deja ver al final, pero resulta inquietante, puesto que tú sabes quién persigue a Pendergast, pero él no. Y de hecho no lo llega a descubrir.
Esto es lo que menos me ha gustado de la novela: un final abierto, por no decir inacabado. El agente resuelve el misterio, pero no averigua quién es el tirador que va “limpiando” el presente de los restos del pasado. Ahora me tengo que esperar a la siguiente novela para averiguar qué sucederá cuando el agente especial se entere de quién es. Porque esa información tiene miga...
Lo dicho, a esperar...

Pantano de Sangre
Douglas J. Preston & Lincol Child
Editorial Plaza & Janés
496 páginas


martes, 15 de marzo de 2011

Presentación de Número Puk, de Coan Gómez

El sábado estuve en la presentación del libro de Coan Gómez, Número Puk, de Ediciones Oblicuas. Fue en Madrid, en la calle Echegaray 21, en un local de copas. Había quedado con mi hermana, y con Goizeder, que apareció con su chico y una amiga suya.
Antes de la presentación, puesto que llegamos pronto, nos tomamos algo en el mismo local. Para decepción de mi hermana, no había café. Yo, como elegí coca-cola, no tuve problema alguno. Pasamos un buen rato de charleta los cinco, particularmente me parece genial cuando quedas con personas que apenas conoces y conectas, hay temas de conversación comunes y no decae la charla. Yo, que soy animal asocial, aprecio mucho esos momentos.
Cuando llegó la hora, bajamos al sótano, que es donde iba a tener lugar el acto de presentación. Era una especie de antigua bodega, pequeña y mal iluminada, de ladrillo visto y techo abovedado. Nos tocó esperar. Después de un rato seguimos esperando, de modo que me cansé del agobio de estar en un espacio tan cerrado y con tanta gente, y subí a la calle a fumar un cigarro.
Sé que es un vicio horrible, pero ese cigarro me valió hablar con el autor. Le vi nervioso, no sabía qué hacer ni a quién saludar, y me pilló mirándole.

- ¿Te conozco? - Me preguntó.

Le dije que no, que tenía el blog, y que había acudido invitada por Alberto Trinidad, representante de Ediciones Oblicuas, los que organizaron el acto.
Gracias a este encuentro me enteré de que era su primera novela, y que estábamos todos allí gracias a que se presentó al concurso anual que la editorial convoca. El primer concurso al que se presentaba, y lo ganó. A eso lo llamo yo nacer con estrella. Su novela, Número Puk, ha salido con una tirada de 250 ejemplares.
Volví al sótano, a ver si empezaba el acto o si era una encerrona de alguna tribu vampira, con lo que no saldríamos con vida de allí, hipótesis que presentó la amiga de Goizeder. Me gustó esa línea de pensamiento, muy parecida a la mía.
A eso de las siete y media (el acto se había convocado a las siete), ya comenzó. Alberto Trinidad salió a un pequeño escenario (no había espacio para un gran escenario), se presentó, y bromeó sobre que siempre había soñado ser una estrella de rock, que le apetecía ponerse a cantar. Pero en lugar de cantar, presentó al autor, Coan Gómez, y le pasó el micrófono.
Estaban muriendo los aplausos de bienvenida cuando se escuchó una voz infantil, justo detrás mío.

- ¡Que no lo veo!

Alguien dijo que era el hijo del autor, y se ocuparon de llevarlo a un lugar donde el muchacho pudiera ver a su padre. Me pareció entrañable.
Coan se apoyó en la pared, inspiró profundamente y comenzó con unas frases un tanto inquietantes.

- No me voy a presentar, todavía no.
Me costó un minuto darme cuenta de que era el comienzo de su novela. No la leyó, no tenía papeles en la mano, la estaba interpretando, y lo hacía francamente bien. Es un comienzo perturbador, y te deja con ganas de seguir leyendo la novela.
Cuando terminó de interpretar, concluyó:

- Así comienza mi novela. Gracias a todos por venir, os recuerdo que eso es ficción, que este soy yo, el de verdad, y os agradezco mucho que hayáis venido.
(No es literal, pero fue algo parecido)
Y se pasó a la firma de los libros.
Eché de menos que hablara de algo de la novela, del argumento, de dónde le surgió la idea de escribirla, o por lo menos que hubiera contado lo que me contó a mi en la calle, que se presentó a un concurso, el primero al que se presentaba, y que lo ganó. Pero me da la impresión de que estaba muy nervioso, y de que parecía un acto más familiar que profesional (la mayoría de los presentes eran de su familia y de su entorno más cercano), de modo que debió pensar que era algo sabido.
El lugar no me pareció el más adecuado para el acto, aunque después de haber escuchado el principio de la novela entiendo que lo eligieran. Por lo que pude entender, la novela trata de un psicópata que está encerrado (o que encierra a alguien, eso no me quedó tan claro) en un sótano. Desde luego el lugar trasmitía la opresión que me imagino querrá transmitir la novela.
Al final del acto pudimos hablar un poco con Alberto Trinidad, de Ediciones Oblicuas. Es una editorial pequeña, que quiere dar cabida a voces que, por un motivo o por otro, no son escuchadas por las editoriales más comerciales. Me parece genial que existan (y subsistan) editoriales de este tipo. Tuvo la amabilidad de regalarle un ejemplar de Número Puk a Goizeder (con la condición de compartirlo con Lady y conmigo, claro), y otro de El Arquitecto de Atmósferas, del que es autor, a mi hermana (con la misma condición).
Reseñaré ambas novelas cuando me toque el turno de leerlas.
Y de regalo, me llevé dos puntos de libro...

jueves, 10 de marzo de 2011

Anita Blake, Cazavampiros (1,2 y 3), de Laurell K. Hamilton

He querido esperar a leer los tres para hacer la reseña, porque con el primero tan solo tenía cosas negativas que decir, y quería darle una oportunidad a la saga. El tema vampírico me encanta casi desde que comencé a leer, y he leído todo lo que ha caído en mis manos sobre los vampiros. Pero he de decir, no sin disgusto, que la mayoría de la literatura de vampiros es malo de solemnidad. Parece que casi nadie se toma en serio a los vampiros, y se creen con licencia de escribir cualquier cosa y de cualquier manera.
Es el caso de Anita Blake. De los tres primeros de la saga no se salva ninguno. Es de bajísima calidad literaria, cosa, que a mi parecer, no tiene por qué ser así aunque hables de vampiros. Los tres libros están escritos en primera persona, lo cual ya me gusta poco, pero además, no pone en antecedentes en ninguno de los tres. En el primero, apenas te explica qué hace ella, que es reanimadora de zombies, pero ni te cuenta que lo que hace es magia (para eso tienes que esperar al segundo libro), ni por qué la llaman la ejecutora (en el tercero algo se deja ver), ni por qué los vampiros y otros animales sobrenaturales han salido a la luz (en ninguno de ellos te lo cuenta). Todas estas incógnitas hacen que los libros parezcan incompletos, o que la autora te está tomando el pelo.
También están los personajes. Anita, la protagonista y la que te cuenta la historia, es cínica y borde. Es la única que está un poco dibujada. Todos los personajes que aparecen son planos, y todos parecen el mismo cuando hablan. No hay diferencias más allá de las explicaciones que Anita da sobre ellos. Las tres novelas están plagadas de coletillas que Anita no puede dejar de decir, y que me ponían de los nervios al leerlas. “Toma ya”, “Sí claro”, “¿Nerviosa yo?”, expresiones fetiche de la protagonista que dejan en evidencia la mala calidad literaria de la saga. Y es muy malhablada. Reconozco que eso debe formar parte de los rasgos de personalidad de Anita, pero no estaría de más que lo dejara para los diálogos, o para sus monólogos consigo misma, y cuidara un poco el lenguaje en la narración. Seguiría siendo ella misma y nos haría un favor a los lectores.
Y la obsesión que tiene por describir la ropa. Párrafos enteros para contarnos qué lleva puesto, parándose a explicarlo prenda por prenda, incluidos los zapatos. Color, tamaño, motivo de haber escogido esa prenda en particular. Lo único que veo razonable es el motivo, se cuida mucho de esconder las armas, pero para ver moda, o leer de moda, me compro una revista, no leo un libro. Los tres libros tienen mucha paja de ese estilo, y eso que son finitos de por sí.
En cuestión de trama voy a ir libro por libro:
1.- PLACERES PROHIBIDOS
Comienza bien, entretenido, aunque ya he comentado que le faltan antecedentes. El lector navega en la ignorancia de por qué existen los vampiros y por qué es conocida su existencia. Tampoco sabes por qué hace ella lo que hace. Pero vas navegando por la historia, conociendo vampiros malísimos, hasta que llega el final. Y qué final. Deus ex machina total. Se enfrenta a su adversario, como el monstruo de la última pantalla, y tienes la sensación de que todo ha sido demasiado rápido y demasiado fácil.
2.- EL CADÁVER ALEGRE
Es el más lento de los tres, el que más me ha aburrido. Anita se mete en los problemas de cabeza, de una forma muy estúpida. Y los malos son también muy malos, aunque esta vez no son vampiros, sino una bruja vodoo y un zombie asesino. La trama transcurre más lentamente, se recrea en describir escenas muy gores, con mucha sangre y casquería, y un final un poco menos predecible que el anterior (aunque tampoco es que te pille de sorpresa), y con escena glorificadora para Anita, que se proclama reina de los zombies. (No lo dice en ningún momento, pero es lo que da a entender).
3.- EL CIRCO DE LOS MALDITOS
Volvemos a los vampiros. Aquí la trama está muy acelerada, tanto que en la misma noche a la “pobre” Anita la atacan dos grupos distintos de gente. (Unos de humanos, otros de vampiros). Esto cansa un poco al lector. Te das cuenta que toda la historia transcurre durante tres noches, y sus tres días, pero durante ese tiempo Anita casi ni duerme. Lo que podría pensarse que hace más rápida la historia en realidad la convierte en cansina. Aunque he de decir que es el que mejor me ha parecido, en este por lo menos se ve un intento de mejorar literariamente, así como de explicar un poco mejor las cosas. Hay un intento de sorpresa poco antes del final del libro, y la escena final es otro festival gore, convertido en espectáculo circense. Una pelea épica entre dos maestros vampiros para controlar la ciudad. Es Anita, una vez más, quien tiene el papel decisorio en el desenlance, y aquí, igual que en el primero, te quedas pensando que la pequeña cazavampiros lo ha tenido muy fácil.

En definitiva, no me han gustado. Me han entretenido un poco, algo menos el segundo, pero para mi gusto son malísimos. No recomiendo la saga, ni voy a continuar leyéndola. Creo que escribir sobre vampiros no es excusa para escribir mal, cada escritor le debe a sus lectores un mínimo de veracidad, sinceridad y algo de esfuerzo, cosas que en esta saga no he visto.
Seguiré buscando vampiros que me agraden...