Gracias a la llamada de Lady Boheme, (mi hermana), de Leo, luego existo, he vuelto a participar en una lectura conjunta. Visto que la primera vez (El Tiempo entre Costuras, de María Dueñas) la experiencia resultó satisfactoria, he repetido con La Saga Distritos.
Los Juegos del Hambre (en realidad Saga Distritos, pero creo que nadie los conoce así), se compone de tres libros: Los Juegos del Hambre, En Llamas y Sinsajo. Los voy a reseñar juntos porque he leído los tres seguidos, y creo que podrían ser un solo libro. Es cierto que entre medias del primero al segundo pasan unos cuantos meses, y que el segundo y el tercero son completamente seguidos, lo que podría inducir a pensar que la autora escribió el primero pensando en dejarlo ahí, y que luego decidió continuar la saga. No lo sé. Pero es la sensación que me da. Aunque si es así, el final del primer libro no me gusta nada. Se queda un poco colgando, si no hubiera continuado con la saga me habría tirado de los pelos, pero afortunadamente, pude proseguir.
Katniss es una chica de 16 años que vive en el distrito doce de un pais postapocalíptico llamado Panem. Panem se compone del Capitolio, centro neurálgico del país, y de doce distritos más, que son los que abastecen al Capitolio. Antiguamente eran trece, pero durante los Tiempos Oscuros los distritos se levantaron contra el capitolio, y éste ganó la partida. Para recordarlo, destruyeron el distrito trece y lo mantuvieron así. Además, para que en los distritos no haya más ganas de levantamientos, les mantienen en la pobreza y les hacen pasar hambre, y una vez al año contribuyen con dos tributos especiales para el Capitolio: un niño y una niña de entre 12 y 18 años. Dos niños de cada distrito, que serán enviados a la arena, un escenario creado para la ocasión, para que luchen entre ellos a muerte. Sólo puede quedar uno, que será venerado como el gran vencedor, pues todo el país lo estará viendo por la tele. Desgraciadamente para Katniss, este año le toca a ella batirse con los otros 23 tributos. Dado que es del distrito más pobre, sus posibilidades son escasas. Y para colmo, el otro tributo del distrito doce es Peeta, el chico del pan, que le ayudó en un momento decisivo de su vida para salir adelante y no morir de hambre.
La narración de los libros es en primera persona, es Katniss, nuestra protagonista, quien nos cuenta la historia. Es una forma de narrar peculiar, porque aunque es en primera persona, no lo hace en pasado, sino en presente, y aquí la autora se luce. Es una forma narrativa muy complicada, que puede caer en la pesadez, o dejarte sin explicación para algunas cosas, pero no ocurre ni lo uno, ni lo otro. Magistralmente, Collins va oscilando entre pasado perfecto y presente de indicativo sin que resulte cargante ni extraño. Y Katniss conoce muy bien su entorno, el lugar tétrico y cruel donde le ha tocado vivir, de forma que transmite todo lo que ve, todo lo que sabe y todo lo que recuerda de una manera clara, lo que hace que lo vivas junto a ella.
Luego están los personajes. Katniss vive con su familia, su madre y su hermana Prim. Por ésta última daría su vida (literalmente, de hecho se condena por ella), y con su madre tiene una relación complicada. Su padre murió en una explosión en las minas de carbón, lo que hizo que su madre entrara en una terrible depresión que la sumió en su propio mundo. Fue Katniss, con once años, quien sacó a su familia adelante infringiendo las normas, saliendo del distrito a cazar y a vender lo cazado en el mercado negro. Gracias a la caza conoció a Gale, su mejor amigo, con el que comparte carne y silencios. Entre los dos existe el acuerdo tácito de cuidar de la familia del otro en el caso de que alguno falte. Y Peeta, el chico del pan, que la ayudó cuando más lo necesitaba. Haymicht es el único vencedor del distrito doce, y como tal, tiene que ayudar a los tributos de su distrito año tras año. Pero él solo ve el alcohol de la botella. Cada uno de ellos tiene su personalidad, su genio, su fondo y su forma. Son casi tangibles, lo que podrían ser tus vecinos si vivieras en el lugar horrible que es Panem. Y éstos son sólo los más importantes del distrito doce. Luego están los estilistas que preparan a los tributos para las cámaras (en el que destaca Cinna, el estilista de Katniss), los presentadores del reality, los tributos de los demás distritos, los espectadores que se agolpan en las calles del Capitolio para aclamar al futuro vencedor. Y la invisible, pero notable, presencia del Capitolio, del gobierno, del único dictador de Panem y de todos sus secuaces: agentes de la paz y los jueces de los juegos. Todos están presentes y tienen peso en la historia, cada uno el suyo, el imprescindible.
Y a pesar de ello, la historia es trepidante. Desde el principio, cuando se llevan a Katniss a los Juegos, pasando por la fase de preparación, donde la depilan, peinan, maquillan, y la hacen pasar por torturas varias para presentarla ante las cámaras con un aspecto espectacular, de estrella de cine. Y terminando en la arena: en los juegos, donde Katniss tendrá que luchar contra los demás, y donde siempre tendrá la duda de qué pasará cuando tenga que enfrentarse a Peeta. Aquí la autora no ha levantado la mano, describe las luchas, la sangre y la violencia con detenimiento, pero sin sobrepasarse. Lo suficiente para no ser “light”, pero tampoco tanto como para resultar ofensivo.
Me ha parecido un libro brillante. Te envuelve en su atmósfera depresiva (en el capitolio los Juegos son una fiesta, pero no olvidemos que son niños que van a morir), y en cierto modo terrorífica, donde empatizas con los personajes principales, odiando al capitolio tanto como ellos. En silencio, claro, no vaya a ser que maten a tu familia.
Lo único que no me ha gustado del libro, aunque ya lo he dicho, ha sido su final. Es un final muy abrupto, creo que para dejarlo ahí lo podría haber finalizado un poco antes. Aunque para continuar la saga está bien, porque te deja con ganas de más.
No me voy a entretener más con los otros dos libros de la saga. Creo que quien se lea el primero, debería leerse los otros dos. No porque sean especialmente buenos, que no lo son. De hecho el segundo, En Llamas, tiene unos altibajos de ritmo impresionantes, una primera parte un tanto pesada, y una segunda muy acelerada, para acabar, de nuevo, sin un final de punto redondo. El tercero, Sinsajo, es más rápido y tiene más enganche, pero ya empieza a caer en giros argumentales previsibles o poco creíbles. Aún así, creo que merece la pena leerlos. Más que nada, y como ya he dicho, porque los he considerado como un solo libro. Uno que va perdiendo fuelle según va avanzando, pero que cuenta una historia hasta el final de sus consecuencias.
Conclusión final: original del todo la idea no es, ahí está Battle Royale, de la que me han hablado, porque yo no la he visto, o La Larga Marcha, de Stephen King. Aunque a mi me ha dado más la sensación que está basado en la antigua Roma. Los niños no dejan de ser gladiadores (que eran esclavos, o posteriormente cristianos) que se tienen que matar entre sí en el coliseo para disfrute del pueblo romano. Hasta el lugar de la lucha de los Juegos se llama arena, como la del coliseo. Y también he encontrado otras similitudes. Los nombres de muchos personajes, como Octavia y Flavio, estilistas de Katniss. Y en el Capitolio es el único lugar de Panem donde se vive bien, sus ciudadanos se entretienen en mirar por la tele cómo los niños de los demás distritos se matan año tras año, y el resto del tiempo lo dedican a cosas superficiales: decoraciones de cuerpo imposibles, cambios de color de piel, de pelo, implantes de silicona, en los labios, en los pechos, implantes de comillos, de bigotes de gato, de cuernos. Como en la antigua Roma, cuyos ciudadanos, casi los únicos que vivían bien de todo el imperio, se dedicaban a aparentar y a hacer fiestas en las que se comía hasta reventar, y luego se vomitaba para volver a comer. (Detalle que aparece también en el libro, aunque creo que es en el segundo). Pero es una historia muy, pero que muy entretenida, que te engancha hasta cuando están depilando a la pobre Katniss, y que cuando terminas de leer el tercer libro, sientes que ya está, que ha concluido.
Las reseñas de la lectura conjunta:
La Caverna Literaria
Leo, Luego Existo
Los Juegos del Hambre
400 páginas
En Llamas
416 páginas
Sinsajo
400 páginas
Suzanne Collins
Editorial Molino
(Lectura digital)