Sinopsis (anobii, pero modificada): Cuatro novelas
cortas sumamente sorprendentes y enormemente impactantes.
1922: Wilfred Leland Jones mató a su
mujer y escondió su cadáver en un viejo pozo. El remordimiento le
persigue día a día.
Camionero grande: Tess es escritora.
Una mañana, mientras conducía, pincha una rueda y se ve obligada a
aceptar la ayuda de un hombre fornido que conduce una furgoneta y que
la violará repetidamente hasta darla por muerta.
Una extensión justa: Streeter tiene
cáncer. Un día conoce a Elvid, quien le ofrece una extraña
«extensión de vida» a cambio del 15% de todo el dinero que gane en
quince años.
Un buen matrimonio: Darcy y Bob llevan
veinticinco años casados. Llevan una vida tranquila hasta que Darcy
descubre un oscuro secreto que Bob oculta en el garage.
Todo Oscuro, Sin Estrellas es una
novela que recopila cuatro relatos, o más bien novelas cortas,
acerca de lo oscuro que esconde el ser humano. La traducción del
título es literal, aunque pierde la musicalidad que le da en inglés,
Full Dark, no Stars, y pocas veces he visto un título que le venga
tan al pelo a un conjunto de relatos. Aunque ahora pasaré a
comentarlas individualmente, tienen en común varias cosas. Lo
primero es que ahonda en cómo una persona normal, como podría ser
yo (o cualquier lector), con su vida normal, su trabajo normal, su
familia normal, se ve abocada a hacer algo que en un primer momento
consideraría no ya sólo imposible sino sumamente inmoral. Lo
segundo que tienen en común es la genialidad de la pluma de King,
que es capaz, como nadie, de perfilar esos personajes tan normales,
tan profundos, tan reales. En cuatro pinceladas te adentra en la
mente de cualquiera de sus personajes, con lo que no sólo los
conoces, sino que empatizas con ellos. O los odias, pero incluso
podrías llegar a entenderlos. No todos los relatos me han gustado
por igual, pero todos los he disfrutado precisamente por lo que
comento. Y, por último, todos comparten una verosimilitud, un “esto
podría ser cierto”, aunque estemos hablando de pactos con el
diablo, precisamente por cómo lo ven los propios personajes, con esa
mezcla de deseo y escepticismo.
1922: Escrito en primera persona, se
trata de la confesión que hace Wilfred Leland Jones acerca de cómo
asesinó a su esposa. Ésta pretendía vender los terrenos que habían
sido de su padre y marchar a la ciudad, para poner una tienda de
ropa, pero Wilfred no está dispuesto a abandonar sus campos, y hará
lo que sea necesario para impedirlo. Incluso envenenar el oído de su
hijo adolescente para que le apoye en lo que hiciera falta.
Quizás porque era el primero, y no
sabía que era un libro de relatos (o lo sabía y lo olvidé, que
también puede ser), me desconcertó un poco. Ya pude ver que el
final se precipitaba y fue entonces cuando me di cuenta de mi error,
aunque para entonces ya estaba tan enganchada a su lectura que me
daba igual. Se me hizo un poco pesado, por el tipo de narración, y
por la atmósfera oscura que desprende. Es uno de los más
sobrenaturales, o eso pretende, porque se presta a interpretación.
Lo mejor, la ambientación de primeros del siglo pasado en un pueblo rural de
Estados Unidos. Se deja ver no sólo en el lenguaje, sino que casi lo
puedes palpar entre líneas.
Camionero Grande: Tess es una
hormiguita que va guardando poco a poco su dinero para la jubilación.
Es una escritora joven, que ha alcanzado cierto éxito con novelas de
intriga inocente con la que disfrutan, sobre todo, la gente mayor.
Un día recibe una oferta para dar una charla en un pueblecito, pero
a la vuelta pincha las ruedas de su coche y se ve obligada a recibir
la ayuda de un amable samaritano que resulta no ser tan amable.
Comienza fuerte, tensando los nervios
en el estómago, pero es que va in crescendo hasta un final
descomunal. Sin embargo el ritmo es pausado, nada de aceleraciones
bruscas, pero te mantiene en un hilo de tensión hasta el mismísimo
final. Aquí no hay nada de sobrenatural, tan solo la psique de una
persona humillada, machacada, violada, y, lo peor de todo, dada por
muerta y abandonada como un juguete roto. Es el segundo que más me
ha gustado, quizás porque Stephen consigue que empatices con Tess, y
te hace plantearte qué harías tú en su lugar.
Una Extensión Justa: Harry Streeter
tiene cáncer. Le queda muy poco de vida, y le parece tan, tan
injusto. Un día, en uno de sus paseos para despejar la mente, se
encuentra con un puesto callejero, en el que un tipo singular vende
extensiones. Le ofrece a Streeter una extensión de vida, pero todo
tiene un precio: lo que él gane lo tiene que perder otro. Y tiene
que ser alguien que Streeter conozca y odie. Harry elegirá, entre
divertido y esperanzado, a su mejor amigo. ¿A quién mejor, sino,
para ver sufrir?
Este es el relato más gamberro. Tiene
mucho del King de los inicios, pero se ha dejado llevar hasta ver a
dónde llegaba. Es el que menos me ha gustado, quizás por parecerme
poco serio, o menos verosímil, pero también lo he disfrutado. Me he
reído, junto con Harry, de las desgracias ajenas. Si hay alguna
conclusión que sacar, es que no todos somos tan buenos como creemos
ser.
Un Buen Matrimonio: Darcy Anderson
lleva 40 años casada, y podría contarte lo bien que conoce a su
marido. Podría predecir cualquier reacción ante cualquier hecho.
Tan bien se conocen. Acaban las frases el uno del otro. Se quieren.
Incluso después de tantos años. Pero Darcy se da cuenta que no
conoce en absoluto a su marido cuando, una noche en la que él está
fuera por negocios, descubre algo en el garage. Algo que lo cambiará
todo. Lo que haga Darcy al respecto es algo que ni siquiera ella
misma sabe.
Es el mejor de los cuatro con
diferencia. Es la joya de la corona, y por eso cierra el conjunto.
Las primeras páginas son una radiografía completa de un matrimonio
normal, con sus altibajos, durante 40 años en común, dos hijos, y
muchas cosas por las que discutir. Un resumen de lo cotidiano, de lo
que damos por hecho. Y lo que descubre Darcy le hace ver que todo era
una mentira, y que no conoce a su marido en absoluto. No quiero
desvelar más, porque parte de la magia de este relato (de este y de
todos, de hecho) es descubrir las cosas al mismo tiempo que Darcy.
Sólo decir que es intenso, que es veraz, y que en conjunto es
genial. No solo por sus personajes, sino por la historia. Con un
final de oro, como no podía ser de otra manera.
Sé que Stephen King tiene fama de ser
escritor de best seller en su acepción más despectiva, que no es
capaz de literatura seria, pero yo soy fiel lectora suya (lectora
constante, de hecho) desde hace mucho tiempo, y reconozco que tiene
cosas malísimas. Pero también tiene cosas geniales. Lo que es
imposible negar es que este hombre tiene un don, no solo para
vislumbrar historias de lo más extrañas, sino para contarlas todas.
Desde las más cotidianas, hasta las más increíbles, haciendo
hincapié siempre en los personajes. Cualquier novela suya no trata
de algo, sino de alguien descubriendo algo. Asimilando algo. Y en eso
supera a muchos. Es un genial constructor de personajes, creando
universos enteros en los que es un placer sumergirse.
Este conjunto de relatos es una muestra
de lo mejor de Stephen King. (También tenemos un botón de lo más
extravagante, en Una Extensión Justa). Un libro que, además, por su
formato, es muy rápido de leer. Y que, aunque sean relatos cortos,
no echas en falta nada.
¿Que si lo recomiendo? Estáis
tardando en leerlo...