martes, 27 de mayo de 2014

Bridget Jones: Loca por él, de Helen Fielding

Contraportada: ¿Qué haces cuando tu amiga cumple sesenta años el mismo día que tu novio celebra los treinta?
¿Está mal mentir sobre tu edad en una web de citas?
¿Es moralmente incorrecto ir a la peluquería cuando tus hijos tienen piojos?
¿Es normal ir perdiendo seguidores cuanto más tuiteas?
¿Es lo mismo irse a la cama con alguien después de dos citas y seis semanas de sms que casarse después de dos citas y seis semanas intercambiando cartas, como en la época de Jane Austen?
Única, inconfundible, inteligente, divertida, extraordinaria y absolutamente inolvidable.
Bridget Jones ha vuelto.

Han pasado 20 años desde la última vez que la vimos, prometida con su amor el señor Darcy. Atrás dejaba una carrera de obstáculos para encontrar marido, al fin lo había conseguido. La torpe, loca y encantadora Bridget Jones.
En Loca por él nos la volvemos a encontrar igual de torpe, de loca y de encantadora. Solo que ahora es madre. Y esto, pese a ser un objetivo en su vida en los anteriores libros, me ha chocado un poco. Sobre todo porque sigue siendo la misma Bridget torpe y encantadora. Pero sobre todo torpe. Me ha chocado que siga siendo tan igual, que su experiencia no le haya servido de nada, que la experiencia (doble) de la maternidad no le haya ayudado a crecer emocionalmente, pero tras el primer impacto se me ha ido pasando y la he visto como más natural. También es verdad que nos la encontramos en una posición vulnerable, de nuevo, perdida y sola, pero esta vez responsable de dos pequeños. Y eso hunde a cualquiera. No sólo a Bridget Jones.
La nueva aventura no decepciona. El personaje sigue siendo genial, real como la vida misma y, aunque hay mucho drama subyacente, está escrito en la misma línea divertida de los anteriores. Un poco previsible, pero cargado de situaciones estrambóticas que te sacan la sonrisa, justo después de haberte arrancado una lágrima.
La narración tampoco esconde ninguna sorpresa, estamos leyendo, de nuevo, parte del diario de Bridget, por lo que es ella misma quien nos cuenta su vida. Con ese toque obsesivo que la caracteriza, la novedad radica en que, en mitad de la historia, nos incluye un fragmento del diario del año anterior, para que podamos entender mejor el presente.
Lo que más me ha gustado, sin duda, es la experiencia de Bridget con Twitter. Sólo por eso merece la pena leerlo. Pero la novela entera me ha encantado, la he devorado en unos pocos días, y me ha dejado, como siempre, con ganas de más.
Quizás sea porque fue mi primer chick-lit, el caso es que siempre le he tenido mucho cariño a Bridget Jones. Y con este último libro, que ha visto la luz tanto tiempo después de publicado el (ahora) penúltimo, no me ha decepcionado. Recomendado, sin duda. Pero no sólo éste, no. La serie entera (libros y películas).

martes, 13 de mayo de 2014

La Princesa Prometida, William Goldman



De jovencita vi esta película y me enamoró. La he debido de ver cientos de veces, y nunca me canso. De hecho, si la pusieran en la televisión, volvería a verla sin dudarlo. Ese Wesley rodando ladera abajo y gritando a Buttercup: como desees... Buttercup, tan guapa y tan rubia. Ese gigante turco, el español Íñigo Montoya, que popularizó la frase: Hola, me llamo Íñigo Montoya, tú mataste a mi padre, prepárate a morir. Ese malo maloso de Vizzini, y su ¡inconcebible! Me enamoré de la película entera, de su humor y de su historia. Hasta llegué a encariñarme con el odioso niño enfermo al que su abuelo (Colombo) le lee la historia. Por eso cuando Isi hizo el llamamiento para la lectura conjunta de, según ella, EL MEJOR LIBRO DE TODOS, no me lo pensé mucho.

Y ahí que me lancé, de cabeza y sin frenos, a leer la historia de Buttercup y su amor incondicional. La primera sorpresa me la llevé con el, digamos, prólogo. Resulta que la historia no es de Goldman, sino que se la leyó su padre cuando era pequeño y enfermó de pulmonía. Era de un autor de su país natal, y a Goldman le cambió la vida para siempre. Le hizo apreciar la literatura, de hecho despertó una verdadera pasión por la lectura y más tarde se convertiría en escritor. Pero cuando quiso que a su hijo le cambiara también la vida, regalándole el libro para que lo leyera, se dio cuenta de que su padre había omitido las partes más plomazo (por ejemplo, 50 páginas para explicar cómo deshacían y hacían el equipaje) para que la lectura fuera amena. Y por eso esta edición que hemos leído y comentado todos los que nos apuntamos, bajo el hangstag #LCPrincesaPrometida en Twitter.

Por supuesto (aclaro porque mi hermana me ve un poco ingenua) esta parte es totalmente falsa. Sin embargo le da un toque ingenioso y un poco gamberro a una novela que ya en sí es una gamberrada, con dos voces narrativas distintas (Goldman hace aclaraciones en algunas partes), y pinceladas de su supuesta vida personal con su hijo y su esposa muy desternillantes. Sin embargo es bonito imaginar que esta historia es cierta, mientras leemos el libro creemos que a Goldman le cambió la vida y que su hijo es un gordo que, según su mujer, cuando quiera ya dejará de serlo.

El tono de la novela es muy jocoso, de humor con mucho toque irónico, tanto las partes de la historia en sí (la parte de Buttercup y Wesley), como las partes en las que Goldman mete baza. Lo que hace sacar más de una sonrisa, y más de una carcajada.

He de decir que la película es muy fiel al libro, casi todas las escenas son prácticamente idénticas en ambos, lo que me ha hecho apreciar menos la novela. Me contaba una historia que yo me sabía de memoria, pero de eso no tiene la culpa la novela, ni el autor, ni muchísimo menos Isi. La novedad que me aportó fue la profundidad de las historias, cuenta la infancia de Íñigo, la del gigante turco e incluso cuenta la historia de Vizzini (¡inconcebible!). Y lo tontaina que es Buttercup queda más claro aquí que en la película. Me hubiera gustado hacer las cosas bien, es decir, leer primero el libro y haber visto el film después, porque creo que habría disfrutado aún más de la historia, pero no puedo cambiar el pasado (todavía, ya veremos cuando termine de contruir mi laboratorio secret... ¡ups! No habéis oído nada...), y aún así he disfrutado mucho.

La novela no es recomendable, sino altamente recomendable. Es una lectura ligera, ágil, y que satiriza todo lo que se puede satirizar, incluido el amor verdadero. Está plagada de situaciones delirantes, que llegan a arrancar la carcajada. Y, si después de 25 años no habéis visto la película, no sé a qué esperáis (eso sí, hacedlo bien, no como yo, y leed primero el libro y luego visionad la película, que así apreciaréis todos los matices). El que no lo hayáis hecho todavía me resulta inconcebible...