No suelo leer ensayo, pero tenía este
libro esperando en mi ordenador desde hace muchos años. Tenía
curiosidad por leerlo porque era símbolo del movimiento
antiglobalización, algo que me llamó la atención en su momento,
aunque no sabía muy bien de qué se trataba (tonta de mi, el nombre
lo dice todo). Aprovechando mi kindle, decidí que había llegado el
momento de leerlo. Y así lo hice.
He tardado bastante en darle fin, entre
otras cosas porque entre medias he leído varios libros. No es que me
aburriera, porque aunque es ensayo, la narración es bastante
entretenida. Pero es que me ponía de mala leche. Y tenía que parar
de cuando en cuando para calmar mis ánimos.
Lo primero que llama la atención del
libro es que está profusamente documentado. Hay muchísimas
anotaciones a pie de página que te explican de dónde ha salido la
información y un apéndice con los gráficos pertinentes.
Lo segundo que, pese a que se publicó
en España en el 2002, es decir, hace ya diez años, es terriblemente
actual. Como si no nos hubiéramos movido un ápice. Esto es muy
triste, porque lo que muestra es una realidad gris, algo a lo que en
principio nos opusimos y que luego quedó en el olvido, o relegado al
final de las preocupaciones.
Las empresas, llevadas por el ansia de
dinero y poder, se desmarcan de la producción con el lema: marcas
sí, productos no. Es decir, una empresa cualquiera (Nike es muy
nombrada en el libro) vende ideas, estilo de vida, calidad. Vende una
marca. No un producto. La empresa no se mancha las manos fabricando,
eso lo hacen otros por ella. Y así comienza el gran declive de la
economía mundial. Y esta es una triste realidad que acontece
actualmente. Desde que leí el libro, me he fijado más en lo que
compro y en lo que se anuncia. Hasta la empresa para la que trabajo
funciona así. Aquí solo tienen la logística y las tiendas (qué
remedio, al final tienen que vender para subsistir), pero todo el
material (en este caso es ropa) viene de proveedores que están, en
su gran mayoría, en la India, aunque también tienen en China y en
otros lugares de Asia. Se lavan las manos con una política de
empresa que no permite trabajo infantil y que apoya a ONGs para
luchar contra esa lacra. Pero sí que permite, con su forma de
actuar, que el gobierno de esos países permitan el trabajo esclavo
en sus fábricas. Si cada una de las multinacionales se plantara y no
diera trabajo a paises que permiten esas condiciones laborales, el
trabajo esclavo se acabaría. Pero, claro, ni a las empresas ni a los
gobiernos les interesa hacer algo al respecto. Prefieren mirar para
otro lado y lavar sus pecados en ONGs, para que el mundo vea lo
buenos que son.
Y mientras tanto, esas condiciones
laborales se extienden al resto del mundo. Nos las meten como
reformas necesarias a causa de una crisis económica mundial (efecto
directo de la globalización, claro), que les ha venido muy bien a
algunos sectores. Porque mientras haya pobres, podrá seguir habiendo
ricos.
Creo que es un libro necesario para
entender cómo funcionan algunas cosas en el sector mercantil. A mi,
desde luego, me ha abierto mucho los ojos. Y, como ya he dicho antes,
tiene una lectura sencilla, no se hace aburrido ni pedante. Aunque
creo que deben abstenerse los que tengan tendencia a exaltarse, pues
en algunos momentos te hace hervir la sangre.
No logo
El poder de las marcas
Naomi Klein
Editorial Paidós
559 páginas
Un libro que parece denso el que nos presentas. No sé yo si me animaré con este... Precisamente lo que necesito son libros ligeritos que me saquen un poco de la rutina. ¡Otra vez será!
ResponderEliminar¡Muchos besos!
Pues me parece que me voy a ahorrar esta lectura, que no estoy para ponerme de mala leche. Menuda mierda de capitalismo, globalización y crisis económica. Qué asco da todo a veces.
ResponderEliminarMe alegro de que te haya resultado una lectura productiva.
¡Besines!
MARÍA: No es que sea muy denso. Bueno, un poco sí, no te voy a engañar. Pero es interesante. Aunque cuando no estamos para ciertas lecturas es mejor dejarlo, además es un poco tocho. Gracias por pasarte. Besos!!
ResponderEliminarLADY: Te pondrías de mala leche, al descubrir algunos tejemanejes que aún hoy (pese a que el libro se escribió hace una década) no sólo se siguen practicando, sino que han empeorado. Y comprendes de dónde viene (en parte) esta mierda de crisis global. Y luego nos dan caramelitos para que no veamos ciertas cosas... Lo dicho, que mejor ya te lo cuento yo... Besos!!
Yo no soy muy de ensayos pero este parece interesante y el tema que toca más de actualidad imposible, podría caer. Bsos
ResponderEliminarCAROL: La verdad, yo tampoco es que sea de ensayos, pero precisamente por lo actual del tema (y eso que, como digo, está escrito hace una década)es más que interesante. Un tochazo, pero merece la pena. Si te decides ya nos cuentas. Besos!!
ResponderEliminarTrescatorce:
ResponderEliminarMe convenciste, será mi próxima lectura. El conocimiento libera. ¡Gracias!
Leamos a los niños.
-- Una mami.
Hola MAMI ANÓNIMA! Me alegro mucho de haberte convencido, estoy completamente de acuerdo con que el conocimiento libera. Y sí, hay que leer a los niños, pero no empieces por este libro o aborrecerá la lectura!!
EliminarMuchas gracias por tu comentario. Saludos!!