Hace unos años, para mi, las palabras
fiesta y deporte no podían ir en una misma frase. A no ser que
fuera: ni loca voy a hacer deporte, prefiero ir de fiesta. Hoy por
hoy esto ha cambiado radicalmente, y para mi ir a hacer deporte puede
ser una fiesta.
Por eso me apunté al #chotisrun del
día de San Isidro que organizaron las chicas de #mujeresquecorren,
un movimiento social iniciado en Facebook y que une la pasión por el
running con una causa solidaria: ayudar a recaudar fondos para
investigar la leucemia infantil, con unoentrecienmil. Uno solo no
puede hacer nada frente a la enfermedad, pero uno entre cien mil
puede con todo.
Con mi dorsal solidario acudí a la
cita en el Retiro. No iba sola, mi compi de carreras iba conmigo, y
ella, que es más social que yo, arrastró a parte de su gente.
Total, un grupo de ocho personas que iban dispuestas a pasárselo
bien.
Todas mirábamos al cielo, que abrió
sus compuertas y nos empapó la ropa, pero no la ilusión ni las
ganas de pasarlo bien. Hay que correr, da igual que llueva o no. Para
eso se inventaron los chubasqueros.
En la Rosaleda nos esperaban algo más
de doscientas chicas, mujeres, de todas las edades, y una CristinaMitre, la impulsora del movimiento, visiblemente emocionada y
nerviosa megáfono en mano. Nos explicó cómo comenzó la idea de
mujeresquecorren, que todo surgió tras una conversación en WhatsApp
con cuatro amigas y lo importante que era el dorsal solidario de
unoentrecienmil. Hubo risas y aplausos, y más nervios mal
disimulados. Nos anunció cómo se iba a dividir la gente: en tres
grupos. El primero, capitaneado por ella misma, se llamaba “No he
corrido nunca pero quiero intentarlo”. A éste se apuntarían las
amigas (y prima) de Tammy, Nydia, Eva, María y Tatiana, ya que
nosotras esa etapa la tenemos superada.
Las hermanas Sanfabio, Amaya y Tamara
fueron unas guías de lujo para los grupos 2 y 3, llamados “corro 5
kilómetros y quiero más”, y “corro 10 kilómetros y soy una
máquina”. Tammy y yo dudábamos entre el uno y el otro, porque
basándonos en nuestro ritmo habitual estábamos a caballo entre
ambos. Finalmente fuimos conservadoras y nos decidimos por el grupo
2, capitaneado por Amaya Sanfabio.
Antes de salir a trotar ya nos respetó
la lluvia. Debió ver nuestras ganas y nuestra ilusión, y decidió
darnos una tregua. Y qué verdad es que las mujeres nos tomamos esto
de correr con otros matices que los hombres no saben ver. Eso de
mirarte si te quedan bien las mallas antes de salir de casa es muy
nuestro, y los hombres (o por lo menos mi marido, creo que es
general, pero puede haber excepciones), no lo llegan a entender. O
llamar a tu compañera de fatigas el día antes de una carrera para
decidir qué os ponéis. Hay muchos factores a tener en cuenta:
climatología, estado de ánimo, si ese día te sientes hinchada... Y
somos las reinas de los complementos, nos encantan los colores,
destacar que te cuidas por dentro y por fuera. Personalmente, me
encantan las alas que muchas de estas #mujeresquecorren llevaban,
pero no me tocaron en el sorteo...
El calentamiento fue de lo más
divertido. Haciendo honor al día que era en Madrid, la fiesta de San
Isidro, calentamos bailando un chotis. Por algo la quedada se llamaba
#chotisrun. Nos divertimos mucho pese a los problemas técnicos que
no nos dejaron disfrutar de la canción del chotis.
Tras entrar en calor de forma tan
original, comenzamos el rodaje. No sabría explicar bien el
recorrido, porque no conozco mucho el parque, solo sé que fuimos la
mayor parte del trayecto bordeando la valla exterior, y que gran
parte de ese recorrido fue cuesta arriba. Nos alegramos mucho de
haber sido conservadoras, ya que, por ir de chulitas (por lo menos
yo), nos costó subir algunos tramos. Pero superamos los obstáculos,
seguimos tirando hacia arriba (braceando, que ayuda a subir las
cuestas), y acabamos de las primeras del grupo. Gran entrenamiento,
recorrimos unos 5 km en 29 minutos. Buen ritmo, y buenas sensaciones.
Al llegar, más sorpresas: hidratación
(coca-cola o aquarius, lo que prefirieras), rosquillas del santo y
barquillos. Más castizo, imposible.
Y para finalizar entregamos nuestros
dorsales solidarios con nuestros datos escritos en el reverso para
acceder al gran sorteo. Cristina Mitre, de nuevo megáfono en mano,
procedió a rifar la inmensa cantidad de regalos que tenían. Tuve
suerte y me tocó un curso de yoga/gimnasia facial (ya os contaré).
Y, tristemente, la jornada llegó a su
fin. Hubo deporte, mantones, claveles y mucha, mucha diversión.
Gracias a #mujeresquecorren por hacer de nexo de unión de muchas
mujeres que quizás se sentían un poco solas al salir a correr.
Gracias por la gran fiesta. ¡Nos vemos en la próxima!
En serio, ¿quién eres tú y qué has hecho con mi hermana? ¿Dónde está la hermana que se apalancaba en el sofá con una bolsa de pipas y un libro? ¿EH? ¿EH? ¡La has secuestrado!
ResponderEliminarMe gustan las fotos ;)