Me encantaban los dibujos de Heidi de pequeña. No me perdía ni un capítulo. He llegado, de adulta, a sentirme como ella en un viaje inolvidable que hice a los Alpes. Y, por encima de todo, odiaba a la señorita Rottenmeier.
Supongo que es algo generalizado, un lugar común, el odio por Rottenmeier, con ese moño apretado, sus maneras estiradas y la manía de llamar Adelaida a la pobre Heidi. La verdad, nunca llegué a leer la novela, cosa que dentro de poco remediaré, pero en mi quedó bien prendida la llama del odio a lo estricto, a lo que la señorita representaba.
Por eso me interesé mucho por la novela que Roberto Carrasco se traía entre manos. Por eso, y por Roberto, claro está. No le conozco en persona, pero me cae muy bien. Me gustan sus tuits (@robertokrrasco) y su blog, me gusta cómo escribe. Me ofreció su primera novela, Tan dulce, tan amargo, y quedé encandilada con la fuerza de sus letras.
Y fue todo un honor que se pusiera en contacto conmigo para ofrecerme su Rottenmeier. Acepté encantada, pero cuando llegó al buzón de mi casa una especie de miedo se apoderó de mi. ¿Y si no me gustaba? ¡Con lo bien que me cae! Y yo, que soy incapaz de mentir, tendría que escribir una reseña negativa. Así que comencé a hojearlo. Leí el prólogo, que es la explicación de cómo llegó la historia a sus manos. Esta parte ya la conocía porque la publicó en el blog, en una serie de post para dar a conocer la novela. Según Roberto, fue becario de un profesor que tenía en su poder el verdadero diario de la señorita Rottenmeier, la de verdad. Yo soy un tanto escéptica, y no sé si creerme del todo la historia. Tiene todos los ingredientes de serendipia como para hacerla cierta, pero, en estos tiempos que corren de marketing y publicidad, bien podría ser un accesorio a la novela. Le di el beneficio de la duda al señor Carrasco, y, como esa parte ya la había leído, comencé a leer la primera hoja. Mi intención fue leer sólo un poco, una página, para ver si el estilo seguía siendo el mismo, si tenía la misma fuerza con una historia tan diferente a la de Tan dulce, tan amargo, al menos a priori. Pero me quedé enganchada y leí hasta que mi peque se levantó de la siesta, que tuve que dejar la novela a regañadientes.
Arranca con fuerza, con rabia, a contar la historia de la señorita Rottenmeier desde su más tierna aunque no inocente infancia. Me pondría aquí a contar muchas de las cosas que me han sorprendido del personaje, pero no quiero destripar nada, y son cosas que merece la pena descubrir con la lectura. Sólo puedo decir que la he odiado aún más, la he odiado con todas mis fuerzas, y algo que nunca perdonaré a Roberto es que, además de odiarla, la he comprendido. Y eso ha hecho que mi odio por esa mujer se transforme en lástima.
La historia de la señorita Rottenmeier la cuenta ella misma, en primera persona, en forma de diario. El estilo narrativo es potente. No es rebuscado, como tengo en la cabeza que debe ser el estilo decimonónico, pero no desentona. A ver si me explico: no suena actual, pero no es rebuscado ni recargado. Se divide en diez capítulos, en los que vas avanzando en la vida de la señorita Rottenmeier, despacio pero seguro, hasta llegar a la parte que conocemos, en la que su vida se cruzó con la de Heidi. Y descubres la historia desde otro punto de vista.
Lo más original de todo es que no es una historia inocente. Por más que odiara a Rottenmeier jamás imaginé que tuviera detrás tanta realidad, tanto sufrimiento y tanta locura. Y, como en su primera novela (que tanto me marcó), Roberto Carrasco cuenta la parte más cruel del ser humano de una manera descarnada pero hermosa.
Al final mis miedos fueron infundados, porque la maestría de Carrasco reside en él, en su talento y no en una historia concreta. Me ha gustado, y mucho, esta historia, diferente de todo lo que habría imaginado, la vida de la señorita Rottenmeier contada por ella misma.
Salió a la venta ayer, 17 de marzo, con la editorial Punto en Boca. Presentación en Málaga el 21 de Marzo, qué lástima que no pueda ir (me queda muy lejos).
No conocía el libro, pero me lo apunto de cabeza!! =)
ResponderEliminarPor cierto, que ando también tras el libro de Heidi, que era fan de la serie =)
Besotes
Merece la pena, Shorby, es un poco crudo, pero merece la pena.
Eliminar¡Besotes!
Qué curioso este libro! Y mira que nunca he sido muy fan de Heidi, no me preguntes por qué, pero me has picado con este libro. Me lo apunto!
ResponderEliminarBesotes!!!
Creo que eres la primera que conozco que no es fan de Heidi, Margari. Prepárate para conocer la truculenta historia de la Señorita Rontenmeier, que no tiene desperdicio...
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Anda, qué curioso, no??
ResponderEliminarTampoco sé si creerme lo de la información confidencial... ¡¡pero me lo creo!! Es que me encantan estas historias de manuscritos secretos y cosas así :)
En cuanto al libro en sí, tiene muy buena pinta; casi supongo que lo terminarás sintiendo algo menos de odio hacia el personaje de Heidi, no? jeje
Muchos besotes!!
No, Isi, la sigues odiando, aunque la comprendes un poco más...
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Tendremos que leerlo , no?
ResponderEliminarYa sabes dónde está. Tú lo disfrutarás seguro...
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Me lo tienes que dejar, que me han entrado ganas, pero sin prisa... :P
ResponderEliminarTe digo lo mismo que a Calamar, que ya sabes dónde está...
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