viernes, 8 de septiembre de 2017

Mamá en apuros: El día que me hice pis




A veces no soy consciente de todo por lo que he pasado. Me han dado un tratamiento de quimioterapia y radioterapia externa. Y además he tenido 5 sesiones de radioterapia interna. Aparentemente estoy bien. Tengo buena cara, me muevo razonablemente bien (aún sigo lenta, pero eso lo noto yo por ser yo) y en general, tengo buen tono. Pero por dentro debo de estar un pelín afectada.

Hoy me he dado cuenta de eso, y no ha sido una experiencia feliz. Pero como hay dos formas de tomarse la vida, en lugar de llorar y patalear, me lo pienso tomar con humor. ¿Qué sería de la vida sin humor?

Por cierto que en el fondo me da un poco por saco eso de tener buena cara, porque cuando la gente me ve, es lo primero que me dice: “qué buena cara tienes”, a veces con un tono como diciendo: “no puede ser verdad que estés enferma”. De modo que en el fondo me siento un poco impostora. Luego me da un dolor en los bajos, o en las piernas, y se me pasa, claro.

Como soy un culo inquieto, ahora que he recuperado parte de mis energías, quiero recuperar más. Y las piernas me duelen una barbaridad, pero he probado de todo: si estoy sentada con las piernas en alto, me duelen. Si estoy sentada con las piernas en el suelo también me duelen. Y si voy a andar para moverlas, también me duelen. Se lo dije a la doctora y me dijo que me venía bien andar. Y yo ya había llegado a la conclusión de que, si me iban a doler igual, por lo menos me movía, y así dejaba de dolerme la espalda.

Así que llevo ya una semana saliendo a andar de manera rutinaria. El problema que tengo es que aún no hay cole, y tengo a MiniP en casa, por eso decidí llevármela.

Por el tema de la velocidad no me preocupa, porque tal y como voy yo, ella va más deprisa que yo. Pero es que es una pequeña petarda. No hace más que quejarse.

El primer día la llevé andando. Fui a un parque cercano (está más o menos a un kilómetro de casa), que tiene un circuito circular de unos 900 metros. Quería dar tres vueltas y volver a casa, pero aún no habíamos terminado la primera vuelta cuando ya estaba preguntando si nos íbamos a casa. Al final la dejé jugando en unos columpios y yo dando vueltas cortas para no perderla de vista. Desventajas de ser una madre histérica.

El segundo día (dejando uno de descanso entre medias, que no fui capaz de sacarla de casa), la llevé con el patinete. Al menos aguantaría un poco más. Ese día fue mejor, porque el circuito tiene una bajada larga, por la que se dejó caer, y luego le quité parte de la subida dejándola cruzar al otro lado del circuito por el césped. Hacía calor, y los aspersores estaban conectados, por lo que la dejé jugar un poco con el agua. Ese día se lo pasó bien.

Hemos salido algunos días más, con el patinete, pero me volvió a protestar y no pude hacerlo tranquila. Pero tuve suerte y bajaron las temperaturas.

A la semana siguiente decidí cambiar de circuito. Hay un parque regional cercano, con un paseo, también circular, de unos 4 km, así que allí que nos aventuramos. Y todo fue mejor, pero para mi desgracia estuvimos parando cada dos por tres para coger moras. La parte positiva es que llegamos a casa con un botín muy rico…


Aprovechando que los suegros se quedan una semana entera en la casa de la sierra, decidimos traer a la peque para que les entretenga, y así que tuviera unos días “de vacaciones”. Ella, y nosotros. Que la echaremos mucho de menos, pero de vez en cuando un descanso nunca viene mal.

Aproveché que la llevaba a la sierra para salir a caminar por allí, yo sola. Por fin. Me puse mi música, pulsé el reloj, y me dispuse a andar una hora, más o menos, a mi ritmo. Lenta, pero sin protestas ni parones inesperados.

Como mi forma física es la que es, decidí andar media hora por el camino, y cuando cumpliera el tiempo, darme la vuelta. Así me aseguraba estar el tiempo estipulado. Comencé a andar, y ya paré un par de veces para hacer unas fotos. Pensé con fastidio que ahora no era MiniP la que me hacía parar. Pero no lo puedo evitar, cuando camino por senderos de la sierra me gusta tanto el paisaje que tengo que sacar la cámara…

Casi hacía la media hora, y me estaba meando. No creía que fuera posible aguantar hasta el final, eso suponía otra media hora. Para cuando quisiera llegar a casa me habrían estallado los riñones. Pero no había problema, en la mochila llevaba el Gogirl, del que no me suelo separar.
Te hablo del gogirl aquí


Justo había una zona de árboles cumpliendo el tiempo justo para darme la vuelta, así que allí busqué un lugar discreto para ponerme a hacer pis. Saqué el embudito, me lo coloqué y solté el esfínter. Un gran chorro salió disparado.

Pero.

El problema es que soy torpe por naturaleza, me va en estos genes que, para su desgracia, MiniP ha heredado, y pese a que llevo utilizando el Gogirl bastante tiempo, a veces no lo utilizo bien. Y esta fue una de esas veces.

Noté que se estaba escapando líquido por la parte de atrás del embudo. Bueno, corté el pis (que sí, que ya sé que no es sano, pero solo lo hago en contadas ocasiones, y porque no me queda más remedio), me lo quité y me lo volví a colocar. Pero antes de poder volver a colocarlo sentí que la orina que se suponía que estaba reteniendo no se estaba reteniendo para nada. Deprisa volví a colocar el embudo en su sitio, terminé de vaciar la vejiga, y me limpié.

Pude comprobar, con consternación, que me había manchado las bragas enteras. Y aún me quedaba media hora de vuelta. Tuve un instante de vergüenza, y de preocupación. Y luego resolví: no pasa nada. Solo es otro efecto secundario.

Me han metido unos cables por la vagina cinco veces, y esos cables han llevado radiación hasta la zona. Creo que perder firmeza en el suelo pélvico es el menor de mis males. Siempre lo puedo recuperar. Espero.

¡Kegel, yo te invoco!

¡Hipopresivos, venid a mí!

A dios (con minúscula, sí) pongo por testigo que no volveré a hacerme pis encima.

4 comentarios:

  1. Nunca digas, nunca jamás, conociéndote estoy segura de que, cómo la luchadora qué eres,procuraras qué sé cumpla tú promesa!!!!

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    1. Lo intentaré al menos, ma, se trata de recuperarse lo mejor que pueda.
      ¡Besotes!

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  2. Otro efecto secundario, que después de la paliza que te han dado, es más que normal. Con el tiempo verás como recuperas esa firmeza! Te ayudo a invocar a Kegel!
    Besotes!!!

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    1. Es que aun no soy consciente de todo lo que me han hecho y de todo lo que supone. He querido estar bien antes de tiempo, y no puede ser, todo lleva su proceso.
      ¡Gracias por la invocación!
      ¡Besotes!

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