Me siento muy mala madre ahora mismo.
Ayer recogimos a MiniP de casa de los abuelos. Habían venido el sábado de la playa, pero no la recogimos hasta el domingo porque el sábado por la noche teníamos entradas para ver a Amaral en directo, de modo que ni siquiera fuimos a verla.
Pero no es por eso por lo que me siento mala madre.
Hoy lunes he quedado para comer con ciertas blogueras (a una de ellas la desvirtualizo hoy), y le he pedido a mi madre que recoja a MiniP del cole. Comí ayer con ella, pasamos la tarde, cenamos, la acosté y hoy la llevo al colegio. Pero no la recojo porque estaré comiendo con mis amigas.
Pero no es por eso por lo que me siento mala madre.
El problema es que ha estado una semana fuera y no me he encontrado perdida en ningún momento. La he echado de menos (mucho), pero he suplido su rutina con la mía propia, o con tardes de sofá y lectura. Tan a gusto.
Dice Laura Baena, la jefaza de Malas Madres, que a ella cuando nacieron sus hijas, en el hospital le dieron a las niñas y una mochila con la culpa. Y creo que no le falta razón. Nos culpabilizamos por todo. Por estar, por no estar, por sentir y por no sentir.
Pensaba que esta semana que se ha pasado en la playa iba a hacer muchas cosas. Y las he hecho, aunque quizá no tantas como había planeado. Pero también pensaba que a eso de los dos días iba a encontrarme en casa sola, iba a mirar a mi alrededor, a notar el silencio, y me iba a preguntar: «¿Y ahora qué hago?». En la versión más dramática me echaría a llorar, caería al suelo de rodillas y clamaría al cielo con una mano extendida: «¿Por quéééééééé?». No sé, siempre he querido hacer eso, es muy de película. Pero no ocurrió.
No está tirada en el suelo, pero no me podéis negar el drama. |
Por las mañanas no había mucho problema, porque me he levantado a la misma hora a la que la llevaba al colegio y he ido a correr. Bueno, aún no corro más de un minuto, lo que más hago es andar, pero me gusta llamarlo correr. Pero luego ya no tenía que estar pendiente de la hora de ir a buscarla y ahí se me amontonaba todo.
Que me apetecía sentarme a leer, me he sentado a leer. Que a hacer ganchillo, pues a hacer ganchillo. A escribir… Bien, también me he sentado a escribir, pero he de reconocer que he procrastinado mucho. Escribir es una rutina que tengo establecida muy fuerte, que defiendo con uñas y dientes cuando tengo que arañar minutos al día, y que resulta que me da toda la pereza cuando tengo toooooodo el día para hacerlo. Muy lógico todo.
Me estoy haciendo una mantita con una lana súper suaveeee |
Mientras, he hablado y visto fotos y vídeos de MiniP disfrutando como una salvaje. Le encanta la playa, y le encanta estar con los abuelos, que por más que lo intenten negar, le dan todo lo que quieren. Y ella encantada, oiga. Que se fue con una maleta pequeña y ha vuelto con dos. Una para la ropa y otra para todas las cosas que le han comprado allí.
Creo que nos ha venido bien esta semana. A toda la familia Apuros. A ella le ha servido para tener unas vacaciones que estaba echando de menos, una semana con las normas laxas, con la playa, la piscina y los paseos de por las tardes. Que tiene tela que a finales de octubre se haya podido bañar, pero tampoco solucionamos el cambio climático no aprovechado la coyuntura.
Y a Papá en Apuros y a mi nos ha servido como reinicio, como una pausa en la que hemos podido descansar. Más psicológico que otra cosa. Después del verano duro que hemos pasado nos merecíamos la pausa.
Al principio teníamos muchos planes, pero se fueron por la borda. Cuando llegaba Papá en Apuros de trabajar no sé cómo nos encontrábamos tomando algo en nuestro bar de referencia. Luego en casa hemos visto varias series que teníamos pendientes. Lo que da la noche de sí cuando no tienes que estar una hora esperando que la peque se duerma…
Y por eso me siento mala madre, por haber disfrutado de no tener niña en casa una semana entera. Por haberme tomado las cosas en plan relax, pero aún así haber ido saliendo. Por pasarme la tarde entera leyendo, sin tener que salir al parque.
Que han sido vacaciones para ella, y para nosotros también.
Jo que suerte as tenido, pues yo tenia esos mismos planes pero el mio se iba de campamento. y Ó ¡dios que rarito eres cuando te lo propones! pues como ya sabes....
ResponderEliminarEl niño se rajo la rodilla y yo termine ingresada por mi propio Morder.
Aún así, y sin que el niño se fuera yo me e sentido mala madre simplemente por estar enferma y no poder hacerme cargo de mi niño como yo quisiera, Lo dicho. Hagas lo que hagas el sentimiento de mala madre no lo borras nunca.