Sinopsis (por decir algo) de anobii:
No hay personajes literarios tan reales como Sherlock Holmes y el doctor Watson, su contrapunto, para los lectores. El famoso detective -dotado de un infalible espíritu científico y deductivo, asceta con ciertos toques de sibarita, conocedor de lenguas y con modales de gentleman- fue creado junto a su ayudante para Estudio en escarlata, primera novela de Conan Doyle. Fuera de divagaciones elementales, Holmes descubrirá al asesino.
No sé por qué nunca me he acercado a este tipo de clásicos. Conan Doyle siempre ha sido para mi un sinónimo de pestiño, algo que acumula polvo en la estantería porque es demasiado antiguo para mis jóvenes manos y ojos. Pero como ya no soy tan joven parece ser que ha cambiado mi perspectiva. Y acabo de descubrir que me estaba perdiendo algunas verdaderas joyas.
Y debo estar en época de bonanza, porque libro que cae en mis (ya casi maduras) manos (ya sea nuevo o viejo, con polvo o sin él), libro que me encanta. Que me transporta a su mundo, me contagia de su historia y la vivo junto a los personajes. Eso es lo que yo busco en un libro, y eso es lo que Doyle, desde su tumba, me ha dado con el primer caso del señor Holmes.
Estudio en Escarlata nos introduce en la vida del archifamoso detective londinense Sherlock Holmes. Llegamos a él de la voz de su inseparable amigo, el doctor Watson. A modo de diario, nos cuenta cómo por casualidad llegó a compartir piso con Holmes, y lo especial que es él y sus circunstancias.
Lo primero que me llamó la atención es el estilo del lenguaje. Será que me estoy haciendo mayor, pero no lo encontré anticuado en extremo, ni excesivamente cargante. Es un estilo bastante directo, contado en forma de diario, que te lleva de la mano hasta donde quiere el autor que vayas. Enseguida te cuelas en la historia y de verdad que me olvidé que estaba escrito en el siglo XIX. No sé si será porque los asesinatos siguen siendo iguales, pero me pareció un misterio muy actual. Evidentemente el lenguaje no es el mismo (aunque ya digo que no es cargante), y en todo momento sabes que estás a finales de los ochenta del siglo antepasado, por el estilo, las casas, los coches de caballos y hasta la forma de investigar de la policía.
Sin embargo, lo que más me gustó fue el personaje de Holmes. Es un principal y un secundario a la vez. Visto a través de los ojos del doctor Watson, se nos presenta una persona muy peculiar. (En estos momentos me ronda por la cabeza la canción de los dibujos animados, que por cierto, me encantaban: es un detective de lo más singular... ).
Primero Watson te cuenta su propia historia: retirado de momento del servicio militar, por una herida de guerra y debilitado por el tifus, debe guardar reposo. Enseguida le coges cariño. Queda perplejo al conocer al singular detective, que en su primer encuentro deduce de él todo su pasado. Y después, cuando le cuenta que es un detective consultor, y le invita a acompañarle al escenario de un crimen aún queda más perplejo.
Y en ese escenario vislumbras la grandeza de Holmes. Su gran inteligencia, su capacidad de deducción y sus grandes conocimientos en ciencia. Es el primer CSI de la historia. Impide que nadie toque la escena del crimen, recoge pruebas y hasta hace fotografías mentales. Todo ello lo guarda en su increíble mente. Hasta que recoge la última pieza del puzle, lo une, y en una teatral exposición lo revela a su nuevo compañero, Watson, y a los dos detectives de Scotland Yard que le piden consejo. (Recreándose en dejarlos como verdaderos ineptos, todo hay que decirlo).
Lo único desconcertante de la novela ocurre hacia su mitad. De repente el narrador se vuelve omnisciente y te cuenta la historia de una niña que queda huérfana mientras emigraba con su familia al oeste de los Estados Unidos. A Lucy, la niña, la recoge uno de los supervivientes del convoy, que sin ser pariente jura que cuidará de ella. Milagrosamente los salvan de morir unos mormones. Y mientras leía la historia de Lucy y los mormones me quedé tan absorvida en ella que no me di cuenta del papel que esa historia, aparentemente fuera de contexto, jugaba dentro de la novela. Pero Coyle no deja nada al azar, y al final entiendes perfectamente qué pieza del puzle formaba.
Para finalizar, y resumiendo, me ha encantado. Me arrepiento tanto de haber sido tan tonta de pequeña de no querer leerlo... Me estaba perdiendo una joya. Y, cuando lo lees, te das cuenta de la impronta que han tenido las novelas de Sherlock Holmes en todas las posteriores de detectives. Creo que Coyle fue un adelantado a su tiempo, creando con geniales palabras a un genial detective, y a todos los demás personajes que le acompañan. No será el último libro que lea del señor Arthur Conan Doyle, ni de Holmes. Tengo ganas de saber cómo conoce a su archienemigo, Moriarti.
Estudio en Escarlata
Arthur Conan Doyle
Editorial ElPais
Colección El Pais Aventuras
173 páginas
Me encanta Holmes, siempre me ha parecido un personaje con mucho carisma =)
ResponderEliminarBesotes
Me encanta la foto te ha quedado genial! je je y bueno, aquí tienes a una megafan de Sherlock Holmes, me encanta, te diría que este es mi libro favorito del detective, aunque me ha gustado todo lo que he leído de Conan Doyle hasta el momento (relatos que no tienen nada que ver con Holmes, incluidos). Te recomiendo si te apetece seguir con él El sabueso de los Baskerville y cualquiera de las colecciones de relatos, yo ahora estoy leyendomelos todos en orden, algunos ya los había leído pero así refresco la memoria, estoy con Las aventuras de Sherlock Holmes. Y claro, si aún no te has enganchado te recomiendo la serie Sherlock de la BBC, está muy bien adaptado pese a que lo hayan modernizado. Muchos besos
ResponderEliminarSHORBY: Sí que tiene carisma, sí. Acabo de descubrirlo y ya me he hecho fan. Gracias por pasarte!! Besos!!
ResponderEliminarCAROL: Le estuve dando vueltas a la foto, porque no tengo lupa, hasta que me acordé de que sé hacer pipas de papel. Y el mobiliario de la nena se presta a todo. Muchas gracias! Tengo intención de seguir leyendo tanto de Sherlock como de Conan Doyle, así que seguiré tu recomendación. Además El Sabueso de los Baskerville anda por ahí suelto...
De la serie he visto algún capítulo suelto, y sí que me ha parecido interesante. La buscaré entera a ver si así me entero mejor.
Gracias por pasarte. Besos!!!
Pues aquí tienes a alguien que no ha leído esta novela. Es más, no he leído nada de Arthur Conan Doyle, aunque espero ponerle remedio pronto, que en casa están esperando algunos de sus títulos. ¡Un beso!
ResponderEliminarYo tampoco he leído nada de Doyle (culpa tuya, seguro), pero tengo este libro en mi antiguo cuarto de la misma colección que tú. El sábado seguramente lo coja para buscarle un hueco, por empezar por algo... Aunque quería el "Todo Sherlock Holmes".
ResponderEliminarLa foto te ha quedado muy chula, sí, sí. Tú y tu papiroflexia... :D
¡Besines!
PD. Qué suerte la racha que llevas...
PPD. Quita las palabras de verificación, por fiiiis...
JESÚS: Pues espero que le pongas remedio rápido, seguro que te gusta. Cuando lo leas ya comparamos opiniones. Besos!!
ResponderEliminarLADY: Claro, claro... Culpa mía seguro. Como todo. (Qué-fuerte-tía). Este es el primero de Sherlock, deberías empezar por aquí. Ya te digo que te va a gustar.
Y de pequeña te encantaba mi papiroflexia... (Y gracias). Por cierto, creía que las había quitado (las palabras de verificación), pero lo voy a hacer ahora. Besos!!
Me gusta Holmes desde que era adolescente. Creo que en el instituto leí todas las aventuras que escribió Conan Doyle. Hace poco he vuelto a leerlos y que han gustado casi más.
ResponderEliminarDOROTHY: Bienvenida a mi blog. Espero que te sientas a gusto en él. Yo, la verdad es que no lo había leído, pero ya digo que lo tenía que haber hecho antes. Dentro de poco leeré lo demás. Gracias por comentar! Besos!!
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