Cuando Jesús, de La Caverna Literaria, nos ofreció al grupo de las lecturas conjuntas de los Episodios Nacionales de Galdós leer algo de Doña Emilia Pardo Bazán ni me lo pensé. Dije sí inmediatamente. Primero porque me apunto a un bombardeo, que lo sabe todo el mundo. Segundo porque estaba segura que descubriría a una gran escritora, como ya me pasó con Galdós. Y Tercero, porque me parece justo ensalzar la figura de una mujer, que las tenemos muy olvidadas. Alguien podrá pensar que lo que pasa es que había muchas menos escritoras femeninas que masculinos, y cierto es, pero las pocas que hay se han visto escondidas, ninguneadas o simplemente olvidadas.
Y tras mi pequeña reivindicación, prosigo.
Desconocía a la escritora, más allá de lo que estudié en el instituto y por desgracia lo tengo muy olvidado. Fui a la biblioteca y me encontré con casi una estantería entera para ella sola. Reconozco la exageración, pero porque las estanterías de la biblioteca de aquí son muy grandes. Lo cierto es que sus libros ocupaban la mitad. No conocía ningún título, así que al pinto, pinto, gorgorito escogí La Quimera, que su contraportada me dijo que estaba basado en la vida real de un pintor amigo de la autora. Fiel relfejo de la sociedad de entonces. Se vino para casa.
Contraportada: La quimera se trata de una sátira social cuyo propósito fue estudiar " un aspecto del alma contemporána", como dijo su autora. Es una novela psicológica en la que el protagonista encarna un mal de la época: seducido por su quimera, "triunfar o morir", se destruye como hombre sin realizarse como artista.
Tuve un pequeño dilema al principio. La edición que cogí fue la de Cátedra, y la historia en sí, el libro de Pardo Bazán, comenzaba en la página 100. El problema estaba en que no sería la primera vez que Cátedra lanza spoilers gigantes en las notas previas a sus libros. Que sí, está genial que te introduzcan en el contexto histórico, que te hablen de la escritora, pero por favor, el destripe de la novela lo podrían poner al final, ¿no? Se agradecería mucho. Empecé a leerlas, pero lo dejé para cuando terminara el libro, temiéndome lo peor si continuaba. Luego no llegué a leerlas, porque devolví el libro con el tiempo justo (incluso con algún día cumplido...).
La novela me gustó mucho. Tiene la escritora una prosa que parece sencilla, pero que no debe de ser nada fácil de conseguir. Una prosa que te envuelve, que te describe el mundo que rodea, más de descripción que de diálogo, pero que te llena la cabeza de imágenes en lugar de palabras.
Nos cuenta la historia de Silvio Lago, un pintor que vuelve de las Américas a su Alborada natal con la intención de aprender y hacer nombre en el arte pictórico. Contacta con Minia, una artista de renombre, compositora (la propia Emilia), y la convence para hacerle un retrato que le pueda enseñar a la sociedad madrileña, donde pasa la mayor parte del año la artista, para que le salgan retratos al pintor y así conseguir dinero con el que ir a estudiar a Francia.
Así lo hacen, muestran el retrato, y consigue clientela. Te cuenta así la autora cómo era la sociedad de la época, cómo vestían, cómo se entrenían. En qué gastaban los dineros y el tiempo, y qué clases de chismes les gustaba comentar. Esta parte quizás me ha resultado un tanto más aburrida, puesto que parece que no pasa nada, sólo está escrita con objeto de retratar a lo más granado de la sociedad madrileña de aquel final del siglo XIX, cuando se llevaban más los retratos que las fotografías, y dependiendo de a quién le gustara un artista podía subir como la espuma o caer para siempre en el anonimato.
Silvio es buen pintor, pero no tiene cabeza para guardar los dineros, se deja llevar por el momento y acaba sus días en el pazo de Minia, enfermo, sin haber conseguido lo que quería. Muy triste, pero fiel reflejo de la realidad.
Me ha encantado todo el arte que derrocha en las páginas de la novela. No sólo el saber narrativo, que también, sino también todo el conocimiento artístico de la autora. Habla de muchos cuadros y de muchos artistas, cosa que he disfrutado junto a google, porque de cada cuadro que hablaba he hecho búsqueda en internet para poder ver la imagen que describía o ensalzaba.
Claro, que entre tanta búsqueda y tanta descripción la lectura ha sido algo lenta. Cosa que no me hubiera importado tanto si no hubiera tenido fecha de entrega del libro. Según se acercaba el día me agobiaba un poco más, pero finalmente pude con el estrés, y terminé la lectura satisfactoriamente.
Ha sido un placer participar en otra conjunta propuesta por Jesús, sabía yo que ganaría una autora a la que seguir leyendo, algo que me había estado perdiendo hasta ahora, pero que ya está subsanado. Seguiré pendiente para próximos ciclos de lectura de Pardo Bazán.
No la he leído, pero sin duda, voy a hacerlo, que se nota que has disfrutado muchísimo con este libro. Y hasta ahora lo que he leído de la autora me ha gustado mucho.
ResponderEliminarBesotes!!!
¡Muchas gracias por tu participación, Pi! Tu reseña de "La Quimera" ha sido la primera que he leído de esta novela. Tiene muchas papeletas para que sea mi título elegido en caso de que celebremos una segunda edición. ¡Me alegra que hayas ganado a una autora más para tus momentos literarios! Un beso.
ResponderEliminarMe lo llevo apuntadísimo!
ResponderEliminarBesotes