lunes, 19 de agosto de 2013

Reto desafía tu estantería: check-in #3


Os recuerdo que me apunté al Reto del verano: Desafía tu estantería, que propuso Teresa del blog Anyway, y para hacer más ameno el reto va publicando check-in para que los completemos quienes queramos.
Por falta de tiempo (y no voy a negar que a veces de ganas de sentarme y escribir), se me han pasado los dos primeros. El #1 porque ya llegué tarde al reto, y el #2 porque se me han ido los días como granitos de arena entre los dedos. Pero he decidido que el tercero no se me pasaba, y aquí estoy, dándole a la tecla.
El check-in se compone de algunas preguntas a las que hay que responder, y yo lo haré a continuación del enunciado, que me gusta más el formato.

1.-¿Cómo llevas el reto? ¿Has avanzado mucho?
Pues lo llevo mejor de lo que pensaba. Ya me he terminado el primero, Dime quien soy, y lo hecho en apenas quince días. Si el segundo lo leo así de rápido puede que pase de categoría y todo. Ya he empezado el segundo, La Tierra de las Cuevas Pintadas, y espero que se me de igual de bien.

2.- En general o cuando lees libros largos, ¿sueles leer más de un libro a la vez? Si es así, ¿cómo lo compaginas?
En general no suelo hacerlo, pero con libros largos menos todavía. Alguna vez me he atrevido a leer dos libros a la vez, sobre todo cuando uno de ellos se me hace pesado, o interminable, cojo otro para desestresar, pero no es lo frecuente. Primero porque me gusta sumergirme en la historia y no sé yo si me dan las neuronas para hacer divisiones; y segundo porque mi tiempo de lectura es muy limitado, hay días que sólo puedo leer en el desayuno y antes de dormir, y otros que ni eso, por lo que prefiero dedicar mi escaso tiempo a un solo objetivo y no dividir fuerzas.
Aunque hace poco que me estaba terminando un libro de ensayo antropológico que me estaba cosatndo un poco y decidí darme una tregua con otro libro, y me dividí en dos partes: por la mañana uno y por la noche el otro.

3.- ¿Tienes un eReader? ¿Por qué? ¿Prefieres leer libros largos en formato electrónico?
Tengo un kindle y es uno de mis mayores tesoros. Al principio era reacia, pero tras una investigación a fondo me decidí a probarlo. La razón principal es la escasez de espacio para tantos libros, y eso que una de las habitaciones de mi casa la hemos transformado en biblioteca. En principio me da igual leer los libros largos en en el kindle, salvo si tengo que salir, que entonces la respuesta es un sí rotundo. Por el peso, claro.

4.- ¿Cuál es tu personaje favorito de los libros que has leído para el reto?
Teniendo en cuenta que sólo me he leído un sólo libro tengo pocas opciones. Y la verdad es que no me han gustado mucho los personajes. Amelia, la protagonista, sería la opción más evidente, pero no me ha terminado de convencer, y de los demás, pues tampoco. 

Hasta aquí el check-in #3, espero que os haya gustado...
(Prometo estar atenta a las siguientes entregas).

martes, 6 de agosto de 2013

Helen no puede dormir, de Marian Keyes




Sinopsis (contraportada): Helen Walsh no cree en el miedo -es un invento de los hombres para conseguir los mejores puestos y más dinero-, pero lo que no puede negar es que el mundo se está desplomando a su alrededor. Es detective privado y tiene cada vez menos trabajo, la van a desahuciar de su piso y ahora vuelve a encontrarse con todos sus demonios.

Y uno de ellos es Jay Parker, un ex novio encantador, aunque nada fiable, que le pide que localice a un cantante desaparecido. En cinco días, Wayne Diffney tiene que tocar en un concierto muy importante, pero se ha esfumado sin dejar rastro.

La relación de Helen y Jay acabó tan mal que ella se pone enferma solo con oír su nombre. Además, ahora tiene un nuevo novio, Artie Devlin, muy considerado y muy sexy, y con quien se lleva de maravilla... Si no fuera por su ex mujer, que siempre está por casa, y por su hijo, que odia a Helen...

Pero ella nunca obedece las reglas, ni siquiera las suyas propias, y su peor enemigo está en su propia cabeza.

Que me encanta el chick lit es algo que ya sabréis si habéis leido este blog, y que para mi Marian Keyes es la reina del género, también es vox pópuli. Pero este libro, la última entrega de las hermanas Walsh, no es exactamente chick-lit.

Con los años, Marian Keyes ha ido evolucionando, y aunque en sus primeras novelas también trataba de fondo temas serios, en las últimas novelas sí es cierto que ha perdido un poco de frescura y de humor y que los temas serios han dominado por completo su escritura.

Es público, porque ella misma lo ha manifestado, que la escritora ha pasado recientemente por un seria depresión. De hecho, su anterior publicación, un libro de recetas de repostería, vio la luz porque la cocina fue lo que le salvó de la oscuridad. En esta última novela, Helen no puede dormir, trata el tema de la depresión, y he visto reflejado en Helen lo que en su momento leí en el propio blog de Marian. Y en el fondo me da mucha pena, porque Helen, que es asocial, borde e irreverente,dice siempre lo que piensa, y no busca gustar a la gente, más bien todo lo contrario, podría haber dado mucho más juego del que da en esta novela.

Era un personaje ideal pero que pierde chispa tras los nubarrones de la depresión de su creadora. Espero que no se me entienda mal, Helen sigue siendo Helen, no hay contradicciones en su personaje, pero tenía muy altas expectativas acerca de esta novela y se me han desinflado un poco. En el fondo es tan real la evolución que la pena se adueñaba de mi, como cuando tienes una amiga lejos con problemas y no puedes ayudarla debido a la distancia que os separa.

No estoy decepcionada con el resultado, pero no puedo evitar pensar qué hubiera sido de Helen si Marian Keyes no hubiera caído enferma.

Que conste que me ha gustado mucho. Como viene siendo costumbre con los libros de Keyes, me ha absorbido de tal manera que no era capaz de dejar de leer, y cuando me veía obligada a soltar el libro una parte de mi cabeza estaba pensando siempre en volver a cogerlo. El argumento es alocado y divertido, y los personajes satélite son geniales, como siempre. Todos muy reales, que aportan el toque de locura necesario en las novelas de Keyes.

Como nos tiene acostumbrados Marian, está escrito en primera persona. Helen nos cuenta su historia desde que se ve obligada a volver a vivir con sus padres. Ahora es mayor, ya no es una jovencita alocada, tiene una relación estable y un trabajo que hasta hacía poco la ayudaba a pagar las facturas. Pero el mundo del dective privado está de capa caída, con la crisis y ya no puede hacer frente a los pagos de la hipoteca. Por eso se ve obligada a aceptar el encargo que le hace su ex- novio, Jay, de buscar a uno de los componentes de la que fue la banda irlandesa diez años atrás.

Poco a poco los misterios se van deshaciendo, los de la búsqueda del cantante y el misterio propio de Helen, que como ya nos tiene acostumbrados Marian, se va destapando poco a poco hasta que al final se desvela todo. Tiene una narración excelente, y lo que más destaco es que es una radiografía excelente de la depresión. Tanto que, yo que soy un poco hipocondríaca, creía que sufría de una mientras lo leía.

Es un libro recomendable, aunque si no se ha leído antes algo de la autora no creo que sea buena idea empezar por él. Le falta parte de la chispa que tienen los otros, que ha sido sustituida por una especie de oscuridad. Es la nueva Marian Keyes, habrá que acostumbrarse...

viernes, 26 de julio de 2013

RETO DEL VERANO: LIMPIAR LA ESTANTERÍA


No soy muy dada a los retos, este año no me había apuntado a ninguno, porque no me gusta agobiarme con una lista de lectura o con un plazo determinado. Mi lado rebelde se subleva y al final, o no lo cumplo y me siento mal por ello, o lo cumplo por los pelos.
Pero esta semana me siento valiente y decidida y Carmen, de De Tinta en Vena me ha mostrado uno interesante. Se le ha ocurrido a Teresa, del blog Anyway, y trata de resolver un problema habitual en nuestras estanterías: el peso. Consiste en leerse los tochos, esos libros de más de 500 páginas, que por pereza o por miedo al dolor de espalda no cogemos y se quedan acumulando polvo...
Inmediatamente me han venido a la mente dos que cogí en la feria del libro del año pasado (¡del año pasado!), así que en un rapto de valentía, me he apuntado. Hay cuatro categorías:
Un suspiro (21g): leer entre 1 y 2 libros
Peso pluma (56 kg aprox): leer entre 3 y 5 libros
Elefante blanco (8500 kg): leer entre 6 y 10 libros
Ballena azul (170 tn): leer más de 10 libros.
Como una es valiente pero no temeraria, me apunto en la categoría suspiro, que si me va muy bien siempre puedo subir a peso pluma.
Mis libros escogidos serán, si no me da por cambiarlos a última hora:
Dime quién soy, de Julia Navarro, con 1096 nada despreciables páginas
Y La Tierra de las Cuevas Pintadas, de Jean M Auel con 895 páginas.
Por si en el el último momento me arrepintiera, o en el improbable caso de que leyera tan rápido que me diera tiempo a subir de categoría, tengo reservas:
La Corte de los Espejos, de Concepción Pereira, con 664 páginas, y
La Leyenda del Ladrón, de Juan Gómez-Jurado, un ejemplar firmado por el autor con 662 páginas.
Ahora que me doy cuenta, casi que los reservas deberían ser los primeros, porque son los que más se acercan a las 500 páginas. Dime quién soy debería contar doble...
Hay mucha libertad en este reto ya que su objetivo es divertirse y dar salida a aquellos libros que siempre vamos dejando para otro momento.
Para más información sobre el reto podéis visitar el blog de Teresa, Anyway. Hay que estar atentos porque está preparando check-in periódicos para saber cómo nos va el reto.
¿Conseguiré superar mi primer reto? ¡Espero que sí!

martes, 23 de julio de 2013

HOLOCAUSTO MANHATTAN, DE BRUNO NIEVAS


Sinopsis (página del autor): Un profesor de universidad obsesionado con una nueva droga. Una agente de policía novata en un sistema corrupto. Un misterioso millonario en silla de ruedas… y una bomba atómica que se dirige al centro de Manhattan. Es 10 de septiembre de 2010. Pero este es solo el final de la historia. Auschwitz, febrero de 1944. Aquí comenzó el fin del mundo.

Bruno Nievas es otro de los ejemplos de autores que son buenísimos y que tienen que recurrir a la autopublicación para mostrar su obra. Lo hizo con su primera novela, Realidad Aumentada (reseña aquí), y cuando estaba en el Top 10 de Amazon, Ediciones B le dio la oportunidad que necesitaba, fichándole para su sello B de Books.
Con esta misma editorial, Ediciones B, ha publicado su segunda novela, este Holocausto Manhattan, con la sombra de Realidad Aumentada flotando tras ella. Y puedo decir que Bruno se ha superado a sí mismo.
Antes de adentrarme en la opinión del libro, me interesa señalar algo. Me gusta leer en digital (este ha sido el caso), pero no me gusta pagar una barbaridad por un e-book. Se mire por donde se mire, no justifica un precio mayor de 5 euros. Por eso me sorprendió que Ediciones B sacara la versión digital de la novedad de Bruno Nievas al módico precio de 2,99 euros.(Nota: ahora está a 4,74 euros, que tampoco me parece un mal precio por esta novela). Me parece una apuesta sana y muy respetable.
Esta vez la historia se ambienta en Nueva York. Tenemos a un ex militar que conduce una furgoneta en un estado casi de histeria, ya que lo que transporta es una bomba nuclear. En unos días será el décimo aniversario del atentado de las torres gemelas y alguien prepara algo gordo para entonces.
Tenemos a un policía de Nueva York adicto a alguna clase de droga, que detiene al exmilitar pero no comprueba el contenido de la furgoneta. Es el hijo del comisario y tiene carta blanca en una comisaría plagada de corrupción.
Los hermanos Brown, Maxwell y Amy son el último reducto honrado de esa comisaría, aunque precisamente por ello lo tienen todo en contra.
Y el profesor Mike Brenner, que investiga una nueva droga sonora, cierra el círculo de personajes principales que actúan en el presente de esta trepidante historia.
Los Yesser, padre e hijo, nos desvelan un terrible testimonio de su estancia en Auschwitz, donde conoceremos en particular a un terrible agente de la SS, y al abominable doctor Mengele.
La acción comienza casi desde la primera página, donde se desvela la bomba que se dirige hacia la zona cero. A partir de ahí, en una narración en tercera persona subjetiva (en cada capítulo parece que estamos dentro de la mente del protagonista), los capítulos van alternándose en las visiones de Daniel, los policías, y flashbacks al pasado, concretamente al campo de prisioneros de Auschwitz , donde seremos testigos del horror que viven Leon y su padre. Según vamos avanzando en la historia podemos ver cómo encajan las piezas del presente, pero no será hasta el último capítulo que confluirán presente y pasado casando las últimas piezas del puzle.
Nos presenta Bruno Nievas una historia con una documentación ingente, repartida con mano sabia a lo largo de la novela. La historia está muy bien hilada, cerrando cada cabo suelto al final del libro.
La lectura es ágil y sencilla. Cada capítulo tiene mucha acción y los acontecimientos se desarrollan en una espiral creciente de misterio, dejando al lector con las ganas de leer más y más para saber qué ocurre a continuación.
Me ha hecho mucha gracia el guiño que le hace a los autores españoles Juan Gómez-Jurado y Manel Loureiro, nombrándoles en la novela, ya que ambos le ayudaron bastante con sus primeros pasos.
Pero hay un punto negativo en la narración, lo tengo que decir, y es la presentación de los personajes. Es algo muy complicado, soy consciente, pero aquí Bruno tiene trabajo para afinar. Se hace muy pesado que cada vez que aparece un personaje nuevo, sea o no importante para la trama, te hace un pequeño resumen de su vida pasada hasta explicar qué hace ahí y lo que le va a suceder a continuación. Es algo muy frecuente en la literatura que suelo leer, pero algunos autores lo consiguen con tres frases amenas, y otros utilizan un par de párrafos pesadísimos. Creo que Bruno está entre medias. Aunque no hace que el interés de la novela decaiga (al menos no del todo), sí que es un frenazo en mitad de una historia que va a velocidad de vértigo.
Y si bien toda la historia es convincente, rechina una pequeña cosa. La historia de amor. No termina de cuajar bien del todo. El autor lo intenta con toda su alma, pero a mi no me ha conseguido transmitir lo que intentaba.
Pese a este par de inconvenientes es una novela que me ha gustado mucho. Es entretenida y trepidante. Te engancha desde el principio y te sorprende al final, cuando ya has terminado y Bruno Nievas, en una última nota del autor explica cómo se le ocurrió la idea y qué hay de cierto en la novela. Personalmente me encantan estas notas, me parecen un acercamiento hacia el escritor, casi me lo imagino en su estudio (yo siempre me imagino un estudio) escribiendo y pensando en sus lectores, pero es que además esta nota aclara algunos puntos de la historia que yo creía ficción... Y resulta que no lo es. Si queréis saber qué es lo que me sorprendió más, no dudéis en leer Holocausto Manhattan.

Gracias a la editorial por enviarme un ejemplar para su lectura.

Holocausto Manhattan
Ediciones B
(edición digital)
488 páginas

domingo, 23 de junio de 2013

Rock and Roll Live!: Rulo y la Contrabanda


Soy una apasionada de la música en directo, y siempre que puedo voy a algún concierto. No suelo poder tanto como me gustaría, no sólo por razones económicas, pero si el concierto es gratis ni me lo pienso.
Por eso cambié mis planes del domingo por la noche al enterarme de que Rulo y la Contrabanda tocaban en las fiestas de Torrejón de Ardoz, sustituyendo a Barricada, que no pudo estar por enfermedad de un componente. (Alfredo Piedrafita tuvo la mala suerte de romperse un dedo).
Puede suceder cuando ves por primera vez a una banda en directo (como era el caso) que acabes odiándoles por lo mal que lo hacen, o que te gusten aún más por lo contrario. Con Rulo estamos en el segundo caso, enamoran en directo.

Para empezar, la banda (la Contrabanda, para ser exactos) tocan genial. Tienen mucha potencia y buen saber hacer. Tampoco puedo ponerme más técnica, porque no es que entienda mucho de música, pero sé reconocer un buen trabajo.
Rulo se deja la piel en el escenario. Es un poeta, siempre le había visto como un poco tímido, pero en cuanto coge el micrófono se despoja de la timidez como de un mal traje y se convierte en una bestia. Disfruta, siente, vibra. Y su sonrisa ilumina el escenario. Las letras son tremendas, escritas desde el corazón, y las canta desde el alma. Da gusto ver a artistas que todavía se dejan la piel en el escenario, y no sólo cumplen con su cometido. Es auténtico, como su música.
Que son unos caballeros lo demostraron en dos ocasiones. La primera, al dedicar una de las canciones a Alfredo: "en esto de la música hay mucho compadreo", dijo Rulo, refiriéndose al cable que echaron a Barricada al sustituirlos, y le deseó una pronta recuperación a Alfredo. La segunda ocasión fue al darle las gracias al público por haber llenado la Riviera en su anterior concierto en Madrid.
Lady Bohéme y yo, esperando que empezara el concierto
En el concierto presentaron las canciones de su nuevo álbum, Especies en Extinción, tocaron también de su álbum debut Señales de Humo, e incluso nos deleitaron con un par de canciones de su antiguo grupo, La Fuga, como Por verte Sonreír. El momento más desconcertante y divertido fue cuando tocaron Fauna Rara, del primer disco, ya que todos los miembros de la banda salieron disfrazados esperpénticamente.
Con casi dos horas de concierto, el auditorio a rebosar de gente, nos volvimos para casa con ganas de más y con la impresión de que había durado poco.

Si no pudiste verlos el domingo pasado aquí tienes las fechas de sus próximos conciertos:
22 de junio en Buenos Aires (Argentina)
28 de junio en Irún
6 de Julio en Navalmoral de la Mata (Cáceres)
12 de julio en Arévalo (Ávila)
24 de julio en Santander
2 de agosto en Bueu (Pontevedra)
23 de agosto en Peñaranda (Salamanca)
30 de agosto en Madrid (En Vivo)
31 de agosto en Barcelona (En Vivo)

miércoles, 19 de junio de 2013

El Fuego, de Katherine Neville

Sinopsis (contraportada): Colorado, 2003: Alexandra Solarin recibe una inesperada invitación a la fiesta de cumpleaños de su madre, Catherine Velis, quien nunca antes había celbrado este día. Años atrás, la propia Cat, junto a su marido, había repartido por diferentes países del mundo las fabulosas piezas del ajedrez de Montglane para que nadie nunca pudiera reunirlas y hacerse con el secreto poder que contienen. Cuando Alexandra llega a la casa familiar en las Rocosas, la vivienda está vacía. Su madre no aperece pero sí una serie de invitados igualmente inesperados. Algo sumamente importante está ocurriendo y Alexandra acepta el reto de seguir las misteriosas pistas que ha preparado su madre.
La búsqueda la llevará desde Colorado hasta las lejanas tierras de Rusia y el mismo corazón de Washington, ciudad donde reside, y se encontrará en medio de un juego ascentral cuya existencia ni sospechaba. Los invitados a la fiesta serán sus compañeros de viaje; sin embargo, no todos jugarán de su lado. Porque, si bien todos persiguen las piezas del ajedrez, no todos lo hacen con las mismas intenciones.
 
Alexandra recibe una invitación al cumpleaños de su madre, Cat Velis. No sería nada extraño si no fuera porque su madre nunca ha celebrado su cumpleaños, de hecho no revela a nadie la fecha exacta en la que nació, y porque hace una década que no se hablan.
Su relación, siempre complicada, empeoró cuando su padre fue asesinado en el transcurso de un torneo de ajedrez infantil. Fue la última vez que Alexandra, hasta entonces una campeona del tablero, jugó al ajedrez.
La historia se complica todavía más cuando acude a la fiesta de su madre y resulta que ésta no está. En su lugar hay una variedad de invitados a los que su madre jamás habría llamado. Pero gracias a ellos Alexandra desentreñará un pasado hasta entonces desconocido para ella.
Me leí El Ocho el año pasado y la verdad es que me gustó mucho. Por eso cuando salió la segunda parte se la regalamos a mi suegro (es el dueño de El Ocho) y cuando hice un hueco en mi lista de lecuras, se lo quité.
Nos encontramos aquí con una historia que sigue el mismo modelo que el predecesor, con capítulos relativamente cortos, en los que se va soltando información en goteo para que te pique el gusanillo y continúes leyendo, y un no parar de acá para allá de la protagonista que cansa aunque estés sentado en el sillón. Aunque aquí el eje motor no es tanto el ajedrez, como el fuego, como su propio título indica.
La narración es normalita, está contado en primera persona, es la misma Alexandra la que nos relata sus vivencias, lo que hace que sepamos lo mismo que sabe ella. Hay algunos capítulos en los que es otro el personaje que habla, aunque no voy a revelar quien para no fastidiar la lectura a nadie. Pero vamos, sin muchas florituras. Lo normal en este tipo de libros, se basan más en el argumento que en la forma.
Pero, aunque me ha parecido un libro aceptable, entretenido, que te pica lo suficiente como para no dejarlo a medias, se me ha quedado un poco cojo. Puede ser que yo no me haya enterado de la misa la media, pero tanto el tema del fuego como otros supuestamente transcendentes no los he entendido, no me han calado como se supone que debía hacerlo. Hay una cantidad de personajes que interactúan con Alexandra que te marean, y situaciones encadenadas que no te dejan ni respirar. Y lo peor, una historia de amor que es importante en la trama pero que no está fomentada. Lo ves venir desde el principio, pero no es creíble.
Ya digo que esto es subjetivo, puede ser que yo no lo haya entendido, pero a mi me ha dado la impresión de ser un libro forzado, escrito únicamente para continuar con una primera entrega que sí que fue una historia  interesante por el uso que le daba al ajedrez en la trama, y con más base.
Personalmente no lo recomiendo, sobre todo si habéis leído El Ocho y esperáis algo parecido. Ya digo que es un libro que se deja leer pero que hace aguas por más de un sitio.
El Fuego
Katherine Neville
Plaza y Janés
543 páginas

lunes, 10 de junio de 2013

La Isla del Tesoro, de Robert Louis Stevenson

Ya he contado en alguna ocasión que no me acerqué de pequeña, cuando debía, a la literatura de aventuras clásica. Lo he hecho ahora, de mayor, y me arrepiento profundamente de haber hecho el tonto hasta ahora. Y digo el tonto porque no es que no lo haya leído porque no quisiera, sino porque pensaba que estaría escrito en lenguaje arcano y que me costaría entenderlo. En realidad esto me pasa por haber leído a Poe demasiado temprano y meter en el mismo saco decimonónico a todos los escritores que me olieran a "antiguo".
Creo que todo el mundo tiene una ligera noción del argumento de La Isla del Tesoro, si no es por haberse leído el libro será por la gran cantidad de versiones y homenajes que se le han hecho. Es algo que está en la imaginería popular. Sin embargo los detalles son los que le proporcionan originalidad a la lectura de la novela.
Un tipo extraño, aparentemente bucanero, se hace un hogar en una habitación de la posada de los padres del joven Jim Hawkins, manteniendo a la concurrencia bajo coacción las noches en que el ron corre desaforado por las venas. A la muerte de éste se precipitan los acontecimientos: el joven Hawkins encuentra un mapa en el baúl del bucanero, y huye con él a tiempo, pues un grupo de gente nada deseable ataca la posada y la quema.
El joven, con ayuda del doctor Livesey, decide ir a buscar el tesoro, y será en la isla donde se desencadenen toda una serie de acontecimientos y aventuras.
El libro se lee rápido, organizado en capítulos cortos que te dejan con ganas de saber qué ocurrirá a continuación, y la historia se hace entretenida y amena. Las descripciones son geniales, hacen que te introduzcas de lleno en el mundo del mar, sin sentirte mal por no tener ni idea de términos marinos.
Los personajes son muy reales. Quizás un poco ingenuos (los “buenos”, por decir algo), pero se les coge cariño enseguida.
Lo único malo es que me tenía que recordar continuamente que debía leerlo con una mentalidad más “antigua”. Será por el hecho de conocer la historia (de oídas) con anterioridad, pero creo que he pecado de “listilla” en esta lectura. Había cosas que eran evidentes, y cuando pensaba: “oh, por favor, cómo no te das cuenta”, me obligaba a imaginarme leyéndolo en el siglo XIX, con mis enaguas y mi corsé. ¿Nos hemos vuelto menos ingenuos? Es otra de las razones por las que lamento no haberlo leído de niña, que aunque tenía la misma tendencia a ser una pedante, por lo menos tenía menos experiencia lectora (y de todo lo demás), y lo habría disfrutado aún más.
Y digo aún porque, pese a pecar de listilla, me ha encantado. Aún cuando creo que lo sé todo, y que lo preveo todo, Stevenson se ha reído de mi desde su tumba, me ha sorprendido en algunas escenas y en algunos giros.
Lo recomiendo sin dudar, pero es más, si tenéis cerca a algún pre- adolescente al que le guste leer un poco, dejad este libro en sus manos porque algún día os lo agradecerá. Es un imprescindible.

La Isla del Tesoro
Robert Louis Stevenson
Editorial El País (Colección Aventuras)
269 páginas