El otro día, hablando con una perfec-mamá, me dijo que estaba agobiada porque en un día de vacaciones no le había dado tiempo a hacer nada. Que tenía la casa hecha un desastre.
- Es que no soy buena ama de casa.
Mis ojos se salieron de las órbitas. Vale que está mal juzgar a la gente por su apariencia, pero me imagino la casa de esta mamá como las que salen en las revistas, con todo conjuntando, todo en su sitio, y si quieres buscar polvo te tienes que agenciar un microscopio atómico.
Ella jura y perjura que no, y quién soy yo para no creerla (aunque me cueste), pero eso me hizo exclamar:
- Yo es que no soy ama de casa.
Es un término que, la verdad, no me gusta nada. Me evoca imágenes de carteles estilo años sesenta, donde una mujer con un vestido perfecto, maquillaje y peinado perfectos, con un delantal perfecto, saca del horno magdalenas perfectas mientras su marido perfecto lee el periódico sentado a la mesa. A eso me evoca la expresión ama de casa, a lo más casposo del machismo, donde es la mujer la que se encarga de todo lo relacionado con la casa y los niños y el hombre se limita a traer el dinero a casa. Un pacto que yo veo desequilibrado, pero que si sigo por ahí me voy a tirar hablando de ello líneas y líneas. Pues no me enciende a mi ni nada el tema machismo...
El caso es que, además, soy una mamá en apuros. ¿Alguien se imagina mi casa perfecta e inmaculada? ¿Quién ha levantado la mano, aquel del fondo? ¿La señorita de delante? Esperad un momento, que me da un ataque de risa...
A ver, que si algo tengo son excusas. Las tengo a cientos. Os cuento: no me da tiempo, y priorizo otras cosas. ¿A que es una excusa fantástica? Pero es que, además, es cierta. Trabajo por las mañanas, llego con el tiempo justo para hacer la comida y recoger a la niña del cole. Atiendo a la peque, que no es poco, pero además escribo, leo y salgo a correr.
Sé que las perfec-mamás dejarían de lado lo de leer, o lo de escribir (cuando lo cuento algunas me miran con cara rara), y priorizarían lo de barrer o limpiar el polvo, pero yo hace tiempo que decidí que vida solo hay una y que no voy a pasarla limpiando, planchando o fregando. Hago lo justo, recojo un poco en la media hora que tengo entre que llego a casa del trabajo y voy a buscar a MiniP al cole, y el suelo lo barro cuando las pelusas me saludan al pasar por el pasillo. Es que suelen tener una voz profunda y rasgada que me da un poco de miedo cuando dicen: "hola, guapa", como si fueran travelos ofreciendo servicio. Hasta el gato a veces parece asustado cuando se encuentra frente a frente con alguna, sobre todo si le doblan el tamaño.
La ropa la plancho si ocurren dos cosas: si no tengo nada que ponerme, o nada que ponerle a MiniP, en el armario, o si ha invadido mi sillón de escribir. Es que soy persona de costumbres, y mi sillón es sagrado...
Pero eso sí, cuando me pongo (pausa dramática), me pongo. Además, nunca suele ser el día planeado. A lo mejor me levanto un día, la niña tiene cole pero yo, por lo que sea, libro. No tengo planeado nada especial, por eso llevo a la niña al cole y cuando vuelvo a casa (si no me he entretenido marujeando, que a veces pasa), empiezo con lo básico: abrir las ventanas, hacer las camas, recoger lo de la cena. Y, de repente, sucede: veo una manchita pequeña que no puedo evitar limpiar. Pero al limpiar esa manchita pongo al descubierto toda la guarrería que hay alrededor, con un círculo blanco y reluciente donde antes había mugre. Pues ya se me cruza el cable, hace corto en el cerebro, y me convierto en Mr. Propper versión femenina y sin músculos.
La hora de recoger a la peque me pilla con el trapo en la mano, los cacharros fuera de los muebles, tres bolsas de basura para tirar, y la comida sin hacer. Menos mal que como no soy buena cocinera (eso es territorio de Papá en Apuros), con un filete a la plancha y ensalada lo he solucionado. [*]
Cuando esto sucede, suelo recoger lo que he dejado fuera de su sitio, tiro la basura, y me prometo a mi misma que al día siguiente terminaré lo que he dejado pendiente (sacar la nevera para limpiar por detrás, o darle a las juntas del baño con un cepillo de dientes (que luego tiro, no soy tan inconsciente), pero nunca lo cumplo. A fecha de hoy, por lo menos, no ha sucedido nunca. La constancia, como tantas otras cosas, nunca ha sido una de mis virtudes.
Y yo me pregunto, ¿por qué no tengo dinero para tener gente a mi servicio que me haga este tipo de cosas? Juro que los trataría como a alguien de la familia, no los miraría por encima del hombro, o solo lo haría cuando no me vieran, y no dejaría guarrería tirada por ahí aposta. ¿No me puede tocar una lotería o algo? ¿Qué pasó para que yo no naciera marquesa? Esas son las cuestiones importantes de la vida, sí señor.
Mientras se soluciona lo de tener servicio en casa, si alguien sabe trucos para que esto de la casa no se haga pesado, por favor, agradecería que los compartiera en los comentarios. No os guardéis la sabiduría para vosotros solos. Pero no me digáis que vosotros tenéis quien os lo haga, eso no vale. Es trampa.
PD: No he hablado de Papá en Apuros, de forma completamente consciente. Papá en Apuros y yo tenemos divididas las tareas y cada cual cumple y descumple las suyas a voluntad. Entre los dos tenemos épocas frenéticas que la casa funciona como un cuartel, y otras (las más) en que la desidia nos puede y hacemos lo justo para no morirnos ni de hambre ni de una infección. En eso (y en otras muchas cosas) hacemos un gran equipo.
[*]: La gente suele alucinar cuando ve a MiniP comiendo ensalada.
Pregunta, asombrada: "¿Cómo es que le gusta la ensalada a esta niña? ¡Es
increíble!" Yo, con cara de circunstancias, respondo: "a la pobre no le
queda otra, es lo único que sé cocinar. Es eso o morirse de hambre..."
Yo ahora tengo más tiempo y algo se nota... pero vaya, que tampoco me gusta dedicárselo demasiado a la casa. El zagal y yo también nos repartimos las tareas, y cuando toca una limpieza más a fondo, pringamos juntos... aunque esto pasa pocas veces xD
ResponderEliminarLa entrada me ha encantado, me has sacado carcajadas en algunos puntos.
Saluda a las pelusas de mi parte.
¡¡Besines!!
A ver, incluso cuando estaba con la mano pocha, escayola y todo, tenía más tiempo, LADY y la casa me lucía un poquito más. Pero ahora tengo que elegir, y nunca voy a elegir limpiar lo primero.
EliminarA las pelusas las saludas tú si quieres, que si les doy confianzas no sé hasta dónde se van a coger ellas, y me da miedito...
¡Besotes!
Yo la verdad es que soy todo lo contrario. Sigo un riguroso horario de limpieza porque las pelusas y yo no nos llevamos demasiado bien.
ResponderEliminarEs decir, que si hoy toca pasar el aspirador, se pasa. Y si pensaba hacer otras cosas, ya las voy despensando porque el aspirador, voy a pasarlo sí o sí.
Y así con todo: tengo día asignado para aspirador, para el baño, para el polvo, etc. Cada día una cosa, eso sí; no me pego la panzada toda junta.
Mi único truquillo es hacer las cosas mientras escucho audiolibros para hacerlo más ameno. Todo menos el aspirador, claro, que no oyes nada con él.
En cuanto a la limpieza general, en plan sacar los libros de las estanerías y limpiarlos, la hago dos veces al año, e intento que sea cuando estoy estudiando como una loca, porque en esas épocas como que me vuelvo un poco tarumba, y todo lo hago a lo bestia, así que en los descansos de estudiar aprovecho y limpio ESCRUPULOSAMENTE algo. Pero lo mismo que antes: cada día una cosa o una habitación, para no agobiarme.
En fin. Lo curioso es que odio a muerte limpiar, pero odio todavía más que la casa esté sucia, así que no me queda otra, porque yo tampoco nací marquesa :(((
La gente tan organizada como tú, ISI, me dais envidia. De verdad. Ojalá pudiera yo llevar un calendario así de organizado, y mantenerlo. Porque hacerlo lo podría hacer, ya ves tú, pero no creo que lo fuera a cumplir más de un día.
EliminarUna pregunta que me ha surgido leyendo tu comentario: ¿los libros se sacan para limpiarlos? Creía que con pasar un plumerito por encima una o dos veces al año... XDDDD
Creo que todos nos volvemos locos cuando estamos estudiando como locos, así que no te sientas mal.
¿Y por qué no nacimos marquesas, Isi? Qué injusta es la vida a veces...
¡Besotes!
Pues mira, al menos una vez al año los saco todos de las estanterías y los limpio con un paño ligeramente húmedo... Y eso que tengo estanterías con puertas, que quieras que no, quitan mucha mierda. Pero siempre, SIEMPRE, sale el trapo un poco sucio... ¡¡no me explico por dónde se mete el polvo!!
EliminarYa te digo que soy un poco obsesiva-compulsiva, pero no puedo soportar que la casa esté sucia :( Pongo carita triste porque en realidad me gustaría no darle tanta importancia y poder pasar más de una semana sin limpiar el polvo, pero no puedo.
A todo esto, que no creo que tú tuvieras problema en seguir un calendario si realmente te lo propusieras, porque seamos sinceros, tú puedes eso y mucho más, y lo has demostrado con creces con otros proyectos, así que, en fin, que es cuestión de que te mentalices.
Yo soy igual...me ha encantado la entrada jaja
ResponderEliminarUn beso!
¡Gracias, LESINCELE, la verdad es que reconforta no ser la única en ciertas cosas...
Eliminar¡Gracias por pasarte! ¡Besotes!
Me siento totalmente identificada. Antes era mucho más organizada con la casa pero desde que llegó el peque la limpieza se resiente un poco con lavadora fregar ventilar recoger comprar cocinar y pasar el aspirador o la mopa tengo suficiente. Y en invierno aún pero ahora con el buen tiempo que estoy más en la calle paseando y en el parque aún cunde menos el día no me quiero ni imaginar cómo me las apañaré cuando vuelva a trabajar. Menos mal que Pablo ayuda un montón. Y di que sí nada de remordimientos cuando estamos leyendo o escribiendo en vez de limpiar. Muchos besos.
ResponderEliminarJajaja una vez más cumples mis espectativas....como me río!!!
ResponderEliminarYo hice un pacto con mi casa.Si ,con mi casa.Llevabamos mucho tiempo en pleitos y me hacía sacar un mal humor.Pero me salió una arruga así que di mi brazo a torcer.Me volví minimalista .Le dije, yo no meto nada más sin sacar algo, si tu dejas de parecer fea.Oye!!que funcionó .Como no tengo muchas figuras apenas acumulo polvo .No tengo alfombras, no tengo que sacudir.Puse tarima flotante y con esto de que no se puede mojar mucho,con una pasada una vez en semana ,genial.Tengo muchas cajas,de formas y colores diferentes para cada estancia.Todo lo que molesta va dentro.Sólo me dedico cada día una horita a hacer camas ,lavar ,fregar la losa y el baño.Ahhh y cocinar ,pero como para eso tambien tengo truco .(cocino a lo grande para que me de para el almuerzo y la cena y acompaño siempre con verdura,que es muy sano y se cocina pronto).En casa tambien nos gusta leer,por sierto yo tambien pasaba sólo el plumero.Yo si compro un libro nuevo intento regalar o donar alguno más antigüo.Pero mi hija no lleva eso muy bien.Pero si que es verdad que los libros con el tiempo se estropean. Así que tambien hice un pacto con ella .Guardamos en cajas los más antigüos y deja por fuera los que se ha leído el año anterior o va a leer en ese año.Si mi vida se resume en pactos y en cajas .Pero no tengo arrugas ajjaja
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarJajaja, qué bien me lo haces pasar siempre! Bueno, esta vez no coincidimos en muchas cosas. Más que nada porque como estoy parada, tengo tiempo de sobra para las cositas de la casa. Además, mi pareja es alérgica al polvo y mi hija padece de dermatitis atópica, así que no puedo descuidarme mucho... Eso sí, tareas divididas. La cocina suele ser terrritorio también de mi marido. Más o menos me defiendo en la cocina, pero es que a mi marido le encanta meterse y experimentar. Y yo le dejo felizmente! Todita la cocina para él.
ResponderEliminarBesotes!!!
Leyendo los comentarios anteriores, me he acordado de las sabias palabras de mi madre (agarraos, que son muy fuertes y pueden cambiaros la vida para siempre):
ResponderEliminar"Pasando el plumero y barriendo lo único que se consigue es mover la mierda de un sitio para otro".
No me digáis que no dan para reflexionar largo y tendido...