viernes, 10 de julio de 2015

Presentación de Confesiones de una Heredera (con demasiado tiempo libre), de Belén Barroso...

O cómo Mamá en Apuros atravesó las llamas del Averno para llegar a Madrid centro.

 


Viajar al centro de Madrid, que me queda a escasos 25 km, en transporte público desde donde vivo es una auténtica odisea. Y si encima lo quieres hacer en plena ola de calor, lo tacharía de temeridad.
Pues eso pensaba yo mientras esperaba (durante media hora) al bus en una parada a pleno sol. Que quién me mandaría embarcarme en una aventura que incluía la puerta al averno. El asfalto, lo juro, se evaporaba ante mis ojos, y cuando tenía la sensación de que entraría en combustión espontánea, llegó el bus. Con su aire acondicionado.
Ahí ya me dio igual que parara hasta en Pernambuco de camino a Madrid (centro). Yo ya iba fresquita y feliz, leyendo mi libro y con el preciado tesoro en el bolso. Ahí ya me acordé de por qué me había vuelto loca saliendo a las cinco de la tarde de casa con destino diferente a una piscina.
Iba a la presentación del libro de Loque… ¡Ejém! Quiero decir que iba a la presentación del libro de Edwina… ¡Que no! El libro se llama Confesiones de una Heredera con demasiado tiempo libre, y lo ha escrito una tal… Belén Barroso. Como nombre artístico suena bien, tiene ritmo, es pegadizo… Pero me sigo quedando con la otra versión. Lo escribió Loque y punto.
 
En Madrid (centro pero retirado) había quedado con mihermana, y de ahí cogimos otro bus sin paradas, pero con aire acondicionado, y no sé muy bien cómo, llegamos vivas a la Casa del Libro de Gran Vía.
Una vez allí la aventura no había terminado. Resulta que la presentación era en la tercera planta, y a nosotras, que somos chicas deportistas, nos dio por subir andando. Me entraron ganas de matar a mi hermana por haberme convencido, y después suicidarme por haberme dejado convencer. Creo que tras eso no conseguí reaccionar, porque una vez arriba fue ella (sí, ELLA) quien tomó la delantera y se presentó ante Loque.
Pero es que además lo hizo con nuestros nombres de persona (como me dijeron el otro día), con lo que la pobre Belén se quedó con cara de circunstancia pensando en si nos conocía o qué. Tras unos segundos de pausa, las neuronas de mi hermana volvieron a hacer conexión y nos presentó como Trescatorce y Lady Bohéme. Ahí ya Loque cayó en la cuenta y todo fueron risas. La tensión se diluyó como por encanto. Es que no hay nada mejor que los nombres verdaderos…
Casi justo en ese momento Loque descubrió que la estantería más cercana a la zona de la presentación era la de Psicoanálisis. ¿Casualidad? No lo creo… Tuvimos más risas, una pequeña (minúscula) sesión de fotos, y procedieron a la presentación.
En la mesa (donde, para mi disgusto, no había sándwiches de pepino) se sentaban la autora, que ya digo que dice llamarse Belén Barroso, su editora Miryam Galaz (el nombre lo he sacado de twitter, espero que esté bien escrito), y la acompañaban también dos ilustres blogueras. Estíbaliz Burgaleta que regenta el blog Bichos Raros y Aranzazu de Bibliomanias y Desvaríos.
 
Siendo como es un libro de humor la verdad es que me hubiera decepcionado mucho que la presentación hubiera sido seria. Y ya digo que no quedé decepcionada. Primero Miryam leyó una carta, al más puro estilo de Yo (la amiga de Edwina), en el que alababa la magnífica novela y daba unas pequeñas claves de por qué le gustó cuando le llegó a la editorial y decidió apostar por ella.
Después le tocó el turno a Estíbaliz, que después de una pequeña pelea con el micrófono dio sus razones, resumidas en tres, de por qué habría que leer el libro. Lo de que es veraniego, que lo es, y que es divertido, ya lo sabía yo y lo sabía explicar. Pero me encantó el primer punto que expuso, que es que pertenece a ese mundo idealizado de Jane Austen que tenemos, ese mundo de de tacitas de té que admiramos y añoramos porque está idealizado. Añadió, no sin razón, que las mujeres de hoy día rechazaríamos ese mundo en la vida real, ya que es un mundo más machista (aún) que el nuestro, en el que las mujeres solo tenían como objetivo casarse y tener hijos. Y su mayor preocupación debía ser cuántas plumas tenía su sombrero.
Después tomó la palabra Aránzazu, que también alabó la novela, el humor, la ligereza.
Y por último, habló la autora, que buscó culpables. Primero culpó a Jane Austen, y con razón, ya que si ella no hubiera escrito sus libros no habría creado tal cantidad de fans sobre sus novelas. Luego culpó a Eduardo Mendoza, por escribir Sin noticias de Gurb, ya que tras su lectura ella supo que quería escribir libros de “jiji jaja”. Humor, pero humor blanco.
También culpó a los lectores del blog, el primer sitio donde “Yo” comenzó a colgar sus cartas, y a su editora, por haber leído el original y que le hubiera gustado. Por último, cómo no, culpó al mayordomo, que siempre es el culpable en este tipo de novelas.
Pero no fue tan claro y conciso como lo cuento aquí, no. Entre medias hubo muchas risas, hubo momentos en que la conversación casi tomó vida propia y se les fue de las manos. El mejor, el que he bautizado como “momento zarzaparrilla”. Hablaban de que faltaba algo de comer, lo suyo hubiera sido té con pastas, pero como hacía tanto calor como que no apetecía. Y una cosa llevó a la otra, hasta que Estíbaliz dijo que ella siempre habría querido probar la zarzaparrilla, que aunque suena asqueroso queda como bien…
En los turnos de ruegos y preguntas le rogamos a Belén que por favor escribiera una segunda parte. Y, tras preguntarle si “Yo” era tonta o de tonta era lista, tirando del hilo, la autora, atención que esto es para nota, confesó que no era capaz de decir el apellido de la protagonista.
 
Después nos firmó el libro. Ahí no estuve yo suelta, ya que no me di cuenta de que hablaba con una persona que se golpeó la cabeza de pequeña con una estantería (de hecho con la puerta que su hermana se dejó abierta). Se me ocurrió preguntarle si me daría algún consejo como escritora novata con novelilla en el cajón que algún día aspira a publicar, y ella fue amabilísima y simpatiquísima, y me instó a quedar a tomar un granizado (el calor manda) un día y hablar del tema. Luego se le fue la pinza y me dedicó unas palabras imposibles en su libro. Aunque, desde aquí te digo, Loque, que ojalá se hagan realidad.
El buen rato que pasamos en la presentación bien valió el esfuerzo de haber recorrido el infierno con sus fuegos llameantes para llegar hasta allí.
 

8 comentarios:

  1. Qué bonita reseña, me ha encantado. Y es cierto, pasasteis un calor infernal, y encima tuvisteis que luchar con los miles de personas que estaban de fiesta por las calles (Mario Vaquerizo incluido).

    Y aún así vinisteis, cosa que agradezco vivamente.

    Y lo del granizado, sigue en pie, aunque yo sea poca cosa como escritora, te ayudaré en lo que pueda.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me alegro que te haya gustado, LOQUE, pero no te preocupes, no me lo habría perdido ni aunque hubieran estado las calles en llamas literalmente. Tengo tendencia a la exageración con ciertas cosas... ;-)
      Y menos mal que no me encontré con Mario Vaquerizo, qué miedito...
      Apunto lo del granizado, ya cuadraremos agendas, eres un sol, y para nada poca cosa. Ni como escritora ni como persona.
      Gracias a ti por invitarnos, disfrutamos mucho en la presentación.
      ¡Besotes!

      Eliminar
  2. Encantada de leer esta crónica, se ve que, a pesar del calor, se lo pasaron muy bien. Tendré en cuenta lo de los nombres verdaderos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Nos lo pasamos pipa, ISA, pese al bus, al calor, a la gente y a Mario Vaquerizo
      Lo de los nombres a veces es un lío, pero es necesario.
      ¡Besotes!.

      Eliminar
  3. Yo me apunto al granizado, oyes, que mola quedar con gente que lee, jijijiji.

    Por cierto, no sé por qué estás empeñada en que el bus de mi barrio no tiene paradas, ¡si tiene un montón!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tú te apuntas a un bombardeo, LADY, pero tienes razón, mola quedar con gente que lee, y que escribe, y que edita, y que tiene éxito...
      No es que el bus de tu barrio no tenga paradas, es que comparado con el que sale del pueblito donde vivo es como si hiciera el camino directo. Además, ya llevaba compañía (y buena).
      Repetiremos, a ver si puede ser pronto.
      ¡Besotes!

      Eliminar
  4. Ah, qué envidia te tengo, con ese calor, y Mario Vaquerizo rondando... Nooooo, que es broma. Te tengo envidia porque, si no viviera en el quinto pino, me hubiera encantado ir a la presentación como tú y conocer a Loque en persona y que me hubiera firmado mi libro. Gracias por haberme contado como fue. Algo es algo.

    ResponderEliminar
  5. ¡Muchísimas gracias por la crónica, Pi! La verdad es que me ha encantado, tanto los prolegómenos como el evento en sí. Un puntazo eso de "los nombres de personas", jajajajaja. Sin duda, lo pasasteis de lujo. Sobre el libro poco tengo que decir que no haya comentado ya: lectura amena ideal para estos días propios de Mordor. ¡Muchos besos!

    ResponderEliminar

Te invito a comentar, pero siempre desde el RESPETO. Me guardo el derecho a borrar cualquier comentario que considere que falta al respeto de cualquier manera. ¡GRACIAS!