O cómo Mamá en Apuros atravesó las llamas del Averno para llegar a Madrid centro.
Viajar al centro de Madrid, que me queda a escasos 25 km, en
transporte público desde donde vivo es una auténtica odisea. Y si encima lo
quieres hacer en plena ola de calor, lo tacharía de temeridad.
Pues eso pensaba yo mientras esperaba (durante media hora)
al bus en una parada a pleno sol. Que quién me mandaría embarcarme en una
aventura que incluía la puerta al averno. El asfalto, lo juro, se evaporaba
ante mis ojos, y cuando tenía la sensación de que entraría en combustión
espontánea, llegó el bus. Con su aire acondicionado.
Ahí ya me dio igual que parara hasta en Pernambuco de camino
a Madrid (centro). Yo ya iba fresquita y feliz, leyendo mi libro y con el
preciado tesoro en el bolso. Ahí ya me acordé de por qué me había vuelto loca saliendo
a las cinco de la tarde de casa con destino diferente a una piscina.
Iba a la presentación del libro de Loque… ¡Ejém! Quiero decir
que iba a la presentación del libro de Edwina… ¡Que no! El libro se llama
Confesiones de una Heredera con demasiado tiempo libre, y lo ha escrito una tal…
Belén Barroso. Como nombre artístico suena bien, tiene ritmo, es pegadizo… Pero
me sigo quedando con la otra versión. Lo escribió Loque y punto.
En Madrid (centro pero retirado) había quedado con mihermana, y de ahí cogimos otro bus sin paradas, pero con aire acondicionado, y
no sé muy bien cómo, llegamos vivas a la Casa del Libro de Gran Vía.
Una vez allí la aventura no había terminado. Resulta que la
presentación era en la tercera planta, y a nosotras, que somos chicas deportistas,
nos dio por subir andando. Me entraron ganas de matar a mi hermana por haberme
convencido, y después suicidarme por haberme dejado convencer. Creo que tras
eso no conseguí reaccionar, porque una vez arriba fue ella (sí, ELLA) quien
tomó la delantera y se presentó ante Loque.
Pero es que además lo hizo con nuestros nombres de persona
(como me dijeron el otro día), con lo que la pobre Belén se quedó con cara de
circunstancia pensando en si nos conocía o qué. Tras unos segundos de pausa,
las neuronas de mi hermana volvieron a hacer conexión y nos presentó como
Trescatorce y Lady Bohéme. Ahí ya Loque cayó en la cuenta y todo fueron risas.
La tensión se diluyó como por encanto. Es que no hay nada mejor que los nombres
verdaderos…
Casi justo en ese momento Loque descubrió que la estantería
más cercana a la zona de la presentación era la de Psicoanálisis. ¿Casualidad?
No lo creo… Tuvimos más risas, una pequeña (minúscula) sesión de fotos, y
procedieron a la presentación.
En la mesa (donde, para mi disgusto, no había sándwiches de
pepino) se sentaban la autora, que ya digo que dice llamarse Belén Barroso, su
editora Miryam Galaz (el nombre lo he sacado de twitter, espero que esté bien
escrito), y la acompañaban también dos ilustres blogueras. Estíbaliz Burgaleta
que regenta el blog Bichos Raros y Aranzazu de Bibliomanias y Desvaríos.
Siendo como es un libro de humor la verdad es que me hubiera
decepcionado mucho que la presentación hubiera sido seria. Y ya digo que no
quedé decepcionada. Primero Miryam leyó una carta, al más puro estilo de Yo (la
amiga de Edwina), en el que alababa la magnífica novela y daba unas pequeñas
claves de por qué le gustó cuando le llegó a la editorial y decidió apostar por
ella.
Después le tocó el turno a Estíbaliz, que después de una
pequeña pelea con el micrófono dio sus razones, resumidas en tres, de por qué
habría que leer el libro. Lo de que es veraniego, que lo es, y que es
divertido, ya lo sabía yo y lo sabía explicar. Pero me encantó el primer punto
que expuso, que es que pertenece a ese mundo idealizado de Jane Austen que tenemos,
ese mundo de de tacitas de té que admiramos y añoramos porque está idealizado.
Añadió, no sin razón, que las mujeres de hoy día rechazaríamos ese mundo en la
vida real, ya que es un mundo más machista (aún) que el nuestro, en el que las
mujeres solo tenían como objetivo casarse y tener hijos. Y su mayor
preocupación debía ser cuántas plumas tenía su sombrero.
Después tomó la palabra Aránzazu, que también alabó la novela,
el humor, la ligereza.
Y por último, habló la autora, que buscó culpables. Primero
culpó a Jane Austen, y con razón, ya que si ella no hubiera escrito sus libros
no habría creado tal cantidad de fans sobre sus novelas. Luego culpó a Eduardo
Mendoza, por escribir Sin noticias de Gurb, ya que tras su lectura ella supo que
quería escribir libros de “jiji jaja”. Humor, pero humor blanco.
También culpó a los lectores del blog, el primer sitio donde
“Yo” comenzó a colgar sus cartas, y a su editora, por haber leído el original y
que le hubiera gustado. Por último, cómo no, culpó al mayordomo, que siempre es
el culpable en este tipo de novelas.
Pero no fue tan claro y conciso como lo cuento aquí, no.
Entre medias hubo muchas risas, hubo momentos en que la conversación casi tomó
vida propia y se les fue de las manos. El mejor, el que he bautizado como “momento
zarzaparrilla”. Hablaban de que faltaba algo de comer, lo suyo hubiera sido té
con pastas, pero como hacía tanto calor como que no apetecía. Y una cosa llevó
a la otra, hasta que Estíbaliz dijo que ella siempre habría querido probar la
zarzaparrilla, que aunque suena asqueroso queda como bien…
En los turnos de ruegos y preguntas le rogamos a Belén que
por favor escribiera una segunda parte. Y, tras preguntarle si “Yo” era tonta o
de tonta era lista, tirando del hilo, la autora, atención que esto es para
nota, confesó que no era capaz de decir el apellido de la protagonista.
Después nos firmó el libro. Ahí no estuve yo suelta, ya que
no me di cuenta de que hablaba con una persona que se golpeó la cabeza de
pequeña con una estantería (de hecho con la puerta que su hermana se dejó
abierta). Se me ocurrió preguntarle si me daría algún consejo como escritora
novata con novelilla en el cajón que algún día aspira a publicar, y ella fue
amabilísima y simpatiquísima, y me instó a quedar a tomar un granizado (el
calor manda) un día y hablar del tema. Luego se le fue la pinza y me dedicó
unas palabras imposibles en su libro. Aunque, desde aquí te digo, Loque, que
ojalá se hagan realidad.
El buen rato que pasamos en la presentación bien valió el
esfuerzo de haber recorrido el infierno con sus fuegos llameantes para llegar
hasta allí.
Qué bonita reseña, me ha encantado. Y es cierto, pasasteis un calor infernal, y encima tuvisteis que luchar con los miles de personas que estaban de fiesta por las calles (Mario Vaquerizo incluido).
ResponderEliminarY aún así vinisteis, cosa que agradezco vivamente.
Y lo del granizado, sigue en pie, aunque yo sea poca cosa como escritora, te ayudaré en lo que pueda.
Me alegro que te haya gustado, LOQUE, pero no te preocupes, no me lo habría perdido ni aunque hubieran estado las calles en llamas literalmente. Tengo tendencia a la exageración con ciertas cosas... ;-)
EliminarY menos mal que no me encontré con Mario Vaquerizo, qué miedito...
Apunto lo del granizado, ya cuadraremos agendas, eres un sol, y para nada poca cosa. Ni como escritora ni como persona.
Gracias a ti por invitarnos, disfrutamos mucho en la presentación.
¡Besotes!
Encantada de leer esta crónica, se ve que, a pesar del calor, se lo pasaron muy bien. Tendré en cuenta lo de los nombres verdaderos.
ResponderEliminarNos lo pasamos pipa, ISA, pese al bus, al calor, a la gente y a Mario Vaquerizo
EliminarLo de los nombres a veces es un lío, pero es necesario.
¡Besotes!.
Yo me apunto al granizado, oyes, que mola quedar con gente que lee, jijijiji.
ResponderEliminarPor cierto, no sé por qué estás empeñada en que el bus de mi barrio no tiene paradas, ¡si tiene un montón!
Tú te apuntas a un bombardeo, LADY, pero tienes razón, mola quedar con gente que lee, y que escribe, y que edita, y que tiene éxito...
EliminarNo es que el bus de tu barrio no tenga paradas, es que comparado con el que sale del pueblito donde vivo es como si hiciera el camino directo. Además, ya llevaba compañía (y buena).
Repetiremos, a ver si puede ser pronto.
¡Besotes!
Ah, qué envidia te tengo, con ese calor, y Mario Vaquerizo rondando... Nooooo, que es broma. Te tengo envidia porque, si no viviera en el quinto pino, me hubiera encantado ir a la presentación como tú y conocer a Loque en persona y que me hubiera firmado mi libro. Gracias por haberme contado como fue. Algo es algo.
ResponderEliminar¡Muchísimas gracias por la crónica, Pi! La verdad es que me ha encantado, tanto los prolegómenos como el evento en sí. Un puntazo eso de "los nombres de personas", jajajajaja. Sin duda, lo pasasteis de lujo. Sobre el libro poco tengo que decir que no haya comentado ya: lectura amena ideal para estos días propios de Mordor. ¡Muchos besos!
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