Me uní a esta lectura conjunta gracias a un mail que me enviaron desde el departamento de prensa de Christophe Paul. En el me ofrecían el libro en edición electrónica, dedicado por el autor, en un mail tan personal que me ganaron. Últimamente falta tanta educación en las relaciones telemáticas que solo por la molestia que se tomaron para hacer de esa comunicación algo más que un simple mensaje de copia y pega decidí apuntarme. Eso y que me hacía gracia lo del ebook dedicado.
Me apunté a la lectura conjunta que organizaban conjuntamente los blogs La orilla de los Libros y Leer es Viajar, y a los pocos días me llegó el ebook. Me vino bien, pues estaba leyendo un libro de relatos, en papel, y el kindle me gusta más para ciertos momentos de lectura, como por ejemplo el desayuno, así que compaginé ambas lecturas. Me he apañado porque no tenían nada que ver la una con la otra.
Antes de empezar quiero dejar claro que todo autor merece mi respeto. Escribir, lo sé por experiencia, no es un trabajo sencillo. Es solitario, te lleva muchas horas de estar frente al ordenador, algunas frustraciones y también satisfacciones. Pero cuando me ofrecen un libro para leer y reseñar, yo lo que ofrezco a cambio es mi sinceridad. Y desde mi más profunda honestidad escribiré esta reseña. Con respeto, pero advierto desde ya que no va a ser una reseña positiva.
Lo primero que me falla es el narrador. El autor ha escogido un narrador semiomnisciente, lo cuenta una tercera persona pero desde el punto de vista del personaje, pero hay momentos en que emite juicios de valor. Por ejemplo ha habido una frase que me hizo poner los ojos en blanco, del narrador: "Una sonrisa maquiavélica se dibujó en sus labios sensuales y sus ojos brillaron con un destello preocupante". Que yo me pregunto, ¿preocupante para quién? Y además debo creer al narrador cuando dice que su sonrisa es maquiavélica y sus labios sensuales. Todo, absolutamente todo te lo cuenta, no deja que los personajes hablen con sus actos, que nos muestren sus sentimientos, no deja al lector lugar para imaginarse nada, lo que ha hecho que no empatice con ninguno de los personajes.
Y no ha habido ninguno con el que me sintiera identificada porque a los personajes les falta profundidad. Son muy estereotipados. Constanza, la gran protagonista que lleva el ritmo de toda la historia, es la más inestable de todos. Porque a veces es muy lista, pero otras muy tonta, y esa dicotomía no está lo suficientemente afianzada como para ser creíble. Los malos son muy malos, malísimos, de película de serie B. Son los típicos mafiosos que se creen dueños del mundo, pero sin matices, sin claroscuros.
Hay otros secundarios que tampoco me trago. La inocente criada que tiene un lado secreto y avispado, pero me pasa lo mismo, no está explicado. El policía extranjero que comete errores de novato. No, hay algo que falla en cada uno de ellos, no tienen un respaldo lógico sobre el que sustentar las dobles caras.
La trama no está mal, te engancha, tiene tensión, pero le falta un poco de veracidad. No es que yo sepa nada de mafia, pero he visto muchas películas y no me creo que los mafiosos hablen así, ni que actúen como lo hacen en la novela. Fallan mucho los diálogos entre los de la mafia, parece que el narrador nos quiere contar lo malos que son y no tiene otra manera que haciéndoles hablar entre ellos, pero lo único que consigue es estereotiparlos.
Y lo peor, lo peor de todo, ha sido el machismo que rezuma toda la obra. Entiendo que Constanza sea una mujer anulada, y entiendo que los personajes sean machistas porque el guión, por así decirlo, lo exige. Pero los personajes. No la obra. El narrador debería ser neutral y no lo es. Se me han quedado grabadas dos frases del libro, que son la muestra de lo que quiero decir:
"[...] porque en cuanto obtuvo lo suyo, como buen macho dominador, Nathan abandonó el juego [...]"
"[...] se disponía a volver al panteón familiar para destrozar al pobre Vittore, pero la curiosidad femenina no se lo permitió."
Probablemente en el primer caso se hubiera solucionado si hubiera quedado más claro que el narrador estaba dentro de la cabeza del personaje, o a lo mejor yo no lo he entendido bien, pero en el segundo no queda ninguna duda. La curiosidad es femenina, como todos sabemos, inherente a la mujer... No, no me gusta y no lo voy a pasar por alto.
Por último recomendaría una pequeña revisión, porque hay un personaje que primero nos lo presentan como Ethan y luego pasa a llamarse Nathan.
En conclusión, el autor tiene un excelente encargado de prensa (que a lo mejor es él mismo, no lo sé, el caso es que ese tema lo lleva genial), pero para mi gusto debería revisar más profundamente su novela. Siento que esta lectura no haya funcionado, aunque creo que soy un garbanzo negro dentro de un cocido grande, porque, por lo que he visto, tiene muchas reseñas positivas. Para mi inexplicable, pero sobre gustos...
martes, 17 de marzo de 2015
La Confesión de Constanza, Christophe Paul
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Uno que me ahorro... Aunque ya este autor lo tengo algo atravesado, así que no estaba entre mis pendientes.
ResponderEliminarEstupenda reseña, como siempre. No sé quién será tu correctora pero hace un gran trabajo :P
¡Besos!
NO he leído aún nada del autor, pero tantas reseñas positivas habían hecho que tuviera las expectativas altas con él. Más vale que las baje...
ResponderEliminarBesotes!!!
Aquí otra que tampoco ha leído al autor...
ResponderEliminarBesotes