viernes, 3 de abril de 2015

Ese coche enamorado de Mamá en Apuros




Debo decir que seré Mamá en Apuros, pero a veces tengo cierta mano con las cosas. Vamos, que no soy un desastre total para todo. Ocurre pocas veces, pero cuando ocurre me gusta regodearme. En contadas ocasiones es Papá en Apuros quien está más en apuros que yo. Lo malo es que siempre me afecta.

Ya sabéis que estuve tres meses de baja porque me rompí la muñeca. Nosotros, como la mayoría de las parejas en los que trabajan los dos, debemos tener dos coches, puesto que ni nuestros horarios ni nuestros lugares de trabajo coinciden en lo más mínimo. El tiempo que estuve con la escayola mi marido dijo, cargado de buenas intenciones, que se llevaría un día cada coche, para mover el mío también, pero al final se lo llevó un día nada más.

Cuando por fin me quitaron la escayola y, semanas después, pude conducir, el coche había perdido algo de flow y no arrancaba bien. Arrancaba, pero le costaba. Yo lo dejé pasar, sería cosa del frío, de haber estado parado tanto tiempo, mientras al final se pusiera en marcha a mi me iba bien. Un día, solo un día, una vez me dieron el alta, me falló a la salida del trabajo. No quiso arrancar, lo hizo después de tres intentos y cuando ya me veía atrapada en el almacén para siempre... (Ahí está, señoras y señores: mi tendencia al drama). Creo que el coche Car, tal como lo bautizó MiniP (en esta familia somos de ponerle nombres a todo, el otro coche se llama Leoncio porque es un Peugeot), me sintió desesperada y se apiadó de mi.

El caso es que a Papá en Apuros le dio por pensar (malo), y decidió que como Car era más viejo que Leoncio, y que él hacía más kilómetros para ir a trabajar, nos los íbamos a cambiar. Yo, reticente, me encogía de hombros. Sí, es lógico lo que planteaba, por eso no daba una negativa tajante, pero mi Hyundai es mi gordete, le tengo mucho cariño. Vale que a lo mejor no lo lavo todo lo que debería, que todavía llevo en el maletero el cubo y las palas de la playa del año pasado (con tierra y todo), y que si no fuera por mi marido ni le cambiaría el aceite, pero me gusta mucho como va. Para ser un coche con diez años va como un tiro, y la verdad es que en estos diez años nunca ha dado un problema de motor (excepto una vez, pero no fue culpa suya y casi prefiero contarlo en otro post).

Luego está el tema de la música. Tengo un ipod desde hace cinco años y me acompaña a todas partes. Tenía un cacharro para ponerlo en el coche, con el que podías escuchar su música (o de cualquier dispositivo mp3) a través de la radio. Estuve funcionando con él algo más de un año, hasta que se rompió (y de paso me rompió también el mechero del coche, pobre Car, lo que ha tenido que aguantar). Un buen día, de sorpresa, Papá en Apuros se llevó el Hyundai y me lo devolvió con una radio súper chula a la que le podía conectar el ipod. Y hasta hoy sigue funcionando como el primer día, yo llego, enchufo mi ipod a la radio y a volverme loca con el aleatorio canciones. Tengo más de quinientas en el cacharro.

El caso es que Leoncio en teoría sí que lee el ipod, pero algo va mal con su enchufe y me lee cuatro canciones, sin aleatorio y luego se bloquea, cosa que me da mucha rabia. No hemos empezado con buen pie Leoncio yo... Es verdad que no es lo mismo conducir un coche con dos años que uno con diez, además tiene un montón de pijadas, como la velocidad de crucero y (lo mejor del coche) el techo panorámico, pero aún me sigo pegando con él porque tiene seis velocidades y cuando tengo que reducir la neurona se me colapsa y voy directamente a tercera, punto muerto, cuarta, de nuevo tercera, de ahí a segunda, acelerón y por fín punto muerto y su-puta-madre-te-quedas-en-cuarta.

Pero parece ser que no soy la única que echa de menos al Hyundai. Parece ser que Car también me echa de menos a mi. O, por lo menos, que Papá en Apuros no le gusta.

Una mañana, cuando ya nos lo habíamos cambiado, al salir Papá en Apuros a trabajar, no arrancó. Se negó. Él jura y perjura que lo intentó varias veces y ninguna de ellas consiguió que se pusiera en marcha. Tras preparar la logística necesaria para poder ir al trabajo (llamar a su padre, que viniera con su hermano para que le dejaran un coche y ellos se fueran en el otro) me llamó para que me quedara encargada de llevar el coche al taller por la tarde.

Fue sentarme, meter la llave y arrancar a la primera. Mi marido torció el gesto cuando se lo conté, pero lo dejamos en observación unos días. Que no llegó a uno, pues al día siguiente le arrancó pero a punto estuvo de no hacerlo una vez en su lugar de trabajo. Lo llevamos al taller. Le cambiamos una pieza.

El coche sigue igual.

El lunes de esta semana, en la que MiniP no tiene cole, me llamó para decirme que le había dejado tirado en el bar donde toma café por las mañanas. Es parte de su rutina: llega al bar, se toma el café y luego enfila para la nave donde trabaja. Pues ese día, además, lo dejó en una curva, mal aparcado, se tomó su café, y cuando fue a coger a Car, no arrancó. Entre su jefe y él lo tuvieron que empujar para aparcarlo correctamente, y después de comer fui yo con Leoncio a recogerlo.

La idea era que si arrancaba me lo llevaba. Y si no... pues esperaba a la grúa.

Me senté tras el volante, la puerta abierta. Papá en Apuros apoyado en la puerta del copiloto, también abierta, pues hacía un calor aplastante. Giré la llave, la expectación era máxima. El motor de arranque giró con fuerza (cómo no, si era nuevo), y tras lo que no llegó ni a diez segundos, arrancó.

- ¡Me cago en su puta madre! - Papá en Apuros le dio un golpe al techo - ¡Te juro que lo he intentado un buen rato y no me arrancaba! ¡Está mi jefe de testigo!

- Te creo, te creo...

No pude evitar reirme, aunque de verdad que le creía. Al final me llevé el coche al taller, sin ningún problema en el trayecto, y una vez llegué lo paré y lo arranqué varias veces y todas ellas funcionaba. Se lo dejé al mecánico, advirtiéndole que podría ser un problema de conductor, en lugar de motor.

Esperamos noticias.

7 comentarios:

  1. Jajaja siempre consigues hacerme reír un montón. Nosotros también le ponemos nombre a todo. Ya nos contarás que me has dejado con la intriga. ¿Y si es problema de conductor también te lo cambian en el taller? Un beso.

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  2. Me encanta la manera que consigues plasmar tus experiencias con ese toque de humor.En casa no ponemos nombres a las cosas,creo que es por no encariñarnos con ellas ...bueno yo me niego a que se encariñen ,porque es un poquito frustrante tener la casa con cosas que siempre tienen un por qué para no desprenderse de ellas aunque no funsionen ,ni lo vallan hacer aunque uno intente arreglarlo con todo el cariño; y las escusas siempre la mismas...es un recuerdo ,compro una piesa y lo arreglo y despues de varios intentos sobran piesas y sigue ocupando un gran espacio ,etc.En fin ,que llega un momento que en un piso pequeño no caben tantas cosas .Y en casa me parece que se pasan de sentimentales!!!!Espero a la respuesta a la pregunta de Goizeder de si al conductor lo cambian en el taller,a ver si tengo suerte!!!jajjajajaj

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  4. Jajaja, no sé cómo lo haces pero siempre me haces reír. Espero que nos tengas informada de si al final hay cambio de conductor o no... Jajaja
    Besotes!!!

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  5. ¡Menuda historia con los coches! Me ha encantado. Genial el nombre de Leoncio. Por cierto, me ha resultado curioso que coincidimos en varios detalles: también tengo un Hyundai, ya ha pasado la barrera de los diez años, y hasta hace poco escuchaba mi música del Ipod a través de la radio —el transmisor se me perdió una mañana de camino a la facultad—. Ahora he tenido que recuperar discos antiguos y tengo la sensación de haber viajado al pasado... De hecho, he pensado varias veces en cambiar la radio, como hizo Papá En Apuros, pero tendré que esperar a que mi situación económica mejore. ¡Muchos besos!

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  6. A ver, no sé tú, pero yo he pensado en CHRISTINE. Dile a Papá en apuros que tenga cuidado, no sea que el amorcito de tu coche vaya a más y se obsesione. Yo, por si acaso, no hablaré mal de ti ni discutiré contigo cuando monte, desde luego.

    Me ha encantado el momentazo de arrancar el coche cuando a Papá en apuros no le iba... sobre todo porque me lo he imaginado con su voz y entonación xD

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  7. GOIZEDER: Mira que a mi se me da mal escoger nombre, pero es que desde que tengo a la peque es imposible no hacerlo. No sé si me cambian al conductor en el taller, aunque supongo que eso me saldrá más caro que solo una reparación... Jejje... ¡Besotes!
    SORAYA: Gracias por tu comentario. Yo tengo tendencia a guardar, pero siempre llega un momento en que hago limpieza, tenga nombre o no si no funciona o no vale va a la basura o a otro hogar donde lo necesiten. ¡Besotes!
    MARGARI: Sí, yo también me reí cuando a mi me arrancó y Papá en Apuros se apuró aún más... A él no le hizo mucha gracia, pero qué le vamos a hacer, a ver si con suerte le cambian en el taller, aunque solo sea la pieza del humor... Jajajaja ¡Besotes!
    JESÚS: Qué casualidad, ¡un Hyundai con el ipod! Es una maravilla de invento. Si me aceptas un consejo, hoy en día hay un montón de radios de coche que admiten ipods bien baratas. Después del del hyundai, compramos uno para regalárselo a mi cuñado, que solo tenía opción digital y radio: entrada para usb y para tarjeta sd, pero no para cd. Míralo, que seguro que te sale más o menos por lo mismo que el cacharro para la radio... Yo ahora soy incapaz de escuchar un cd de los antiguos, me he acostumbrado al aleatorio y sería demasiado aburrido. Espero que mejore pronto tu situación económica... ¡Besotes!
    LADY: Pues hasta que no lo has dicho no lo había pensado, la verdad. Dice Papá en Apuros que no sabe cómo me quiere tanto el coche si yo no lo cuido, y la verdad es que razón no le falta, pero tampoco se lo voy a decir...

    A TODOS: Después de mirarlo y remirarlo en el taller, y de que en un primer momento no detectaran nada, al final lo que tiene son los calentadores que no funcionan y un fallo en la inyección. Están solucionándolo, y al ver que el problema era finalmente del coche, no me quieren cambiar al conductor...

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