Sinopsis (de anobii):
Toru Watanabe, un
ejecutivo de 37 años, escucha casualmente mientras aterriza en un
aeropuerto europeo una vieja canción de los Beatles, y la música le
hace retroceder a su juventud, al turbulento Tokio de finales de los
sesenta. Toru recuerda, con una mezcla de melancolía y desasosiego,
a la inestable y misteriosa Naoko, la novia de su mejor –y único–
amigo de la adolescencia, Kizuki. El suicidio de éste les distancia
durante un año hasta que se reencuentran en la universidad. Inician
allí una relación íntima; sin embargo, la frágil salud mental de
Naoko se resiente y la internan en un centro de reposo. Al poco, Toru
se enamora de Midori, una joven activa y resuelta. Indeciso, sumido
en dudas y temores, experimenta el deslumbramiento y el desengaño
allá donde todo parece cobrar sentido: el sexo, el amor y la muerte.
La situación, para él, para los tres, se ha vuelto insostenible;
ninguno parece capaz de alcanzar el delicado equilibrio entre las
esperanzas juveniles y la necesidad de encontrar un lugar en el
mundo.
A veces me pasa, como es
este el caso, que un libro me gusta tanto que, aún después de
haberlo terminado, tengo pegada a mi piel, a mi alma, su esencia. Es
lo que me ha pasado con este libro. No es que me haya gustado, es que
me ha enamorado.
Es el segundo libro que
leo de este autor, aunque el primero, De qué hablo cuando hablo de
correr, no es ficción. Es una mezcla de autobiografía y diario, en
el que Murakami cuenta cómo se aficionó a correr, (ha llegado a
correr ultra-maratones, es decir, carreras de 100 km), pero a la vez
va contando cómo se convirtió en escritor. Para él ambas cosas
están unidas. Lo recomiendo para quienes hayan leído a Murakami y
les haya gustado, es una forma de conocerle más “íntimamente”.
Pero, aunque me gustó, no es ficción, y ahí no sabes si su estilo
de prosa, las historias que cuenta o los personajes que habitan en
ellas te van a convencer. Pero, afortunadamente, sí que me ha
convencido. Y mucho.
La historia comienza en
un avión. Toru Watanabe aterriza en Alemania y en el avión suena
Norwegian Wood, de los Beatles. Gracias a esa canción Watanabe se ve
arrastrado, casi físicamente, al pasado. A sus años de universidad.
Allí se reencontró con Naoko, la novia de su mejor y único amigo,
que se suicidó a los 17 años sin dejar una nota. La relación que
les une, a Naoko y a él, es extraña, pero irremediable. Comparten
una muerte. Pero Naoko es muy frágil, le acosan más fantasmas
además de Kizuki, su novio muerto, y tiene que ser ingresada en un
hospital. Watanabe no se olvida de ella, le escribe, va a visitarla.
Pero mientras tanto, en la universidad, conoce a Midori, una
extraordinaria chica que le hará dudar de su amor incondicional por
Naoko.
Lo cierto es que me costó
un poco meterme en la lectura. Pero tardé dos páginas, literales,
en hacerlo. Porque es como intentar salir de la autopista hacia un
sendero: irremediablemente tienes que frenar. Es un libro para leer
sosegadamente, para saborear cada palabra, para recrearte en las
sensaciones que te deja. Y el ruido de mi cabeza, provocado por el
ritmo de vida que llevo, al principio no me dejó disfrutar. Pero
pasadas esas dos páginas coger el libro para mi era como un escape
hacia otro mundo. Hacia Tokio, con Watanabe, Naoko y Midori. Me lo he
tomado con calma, lo he leído tranquilamente, disfrutando de cada
momento.
La historia es una
historia muy triste. Es melancolía pura. Pero Murakami ha sabido
transmitir esa tristeza, el dolor de perder a un ser querido sin
explicación, sin caer en sentimentalismos absurdos ni frases
manidas. Lo ha sabido contar como la cosa natural que en realidad es.
Tanto, que he vivido ese dolor, esa melancolía, como si fuera mía.
Era tan cercana, siendo en realidad tan lejana en el tiempo y en el
espacio. (Ocurría en Tokio a finales de los 60).
Haruki Murakami |
El estilo de Murakami me
ha encantado. La prosa es muy sencilla, pero a la vez muy profunda.
No sé por qué, pero tiendo a pensar que la profundidad está reñida
con la sencillez, pero en esta novela el autor nos da una lección
maestra. Y me he enamorado de cada uno de los personajes, hasta de
los más desagradables. Todos ellos son reales, no es que lo
parezcan, es que lo son. Con sus complejidades, sus problemas, su
vida. Cada uno de ellos con su propia forma de pensar, su propio
lugar en el mundo.
He señalado algunos
pasajes que me han encantado. Si por mi fuera pondría aquí todo el
libro, pero no procede. Es para leerlo en la intimidad. Pero aquí
van un par de esos fragmentos, a ver si convencen a alguien:
El único recuerdo que conservo de 1969 es el de un lodazal inmenso. Un profundo lodazal, viscoso y pesado, donde cada vez que daba un paso se me hundían los pies. Y yo lo cruzaba haciendo un esfuerzo sobrehumano. No veía nada, ni delante ni detrás de mi. Sólo un cenagal de tientes oscuros extendiéndose hasta el infinito.
Cuando murió Kizuki aprendí una cosa. Quizá me resigné a hacerla mía: “La muerte no se opone a la vida, la muerte está incluida en nuestra vida”.Es una realidad. Mientras vivimos, vamos criando la muerte al mismo tiempo. Pero ésta es sólo una parte de la verdad que debemos conocer. (…) El conocimiento de la verdad no alivia la tristeza que sentimos al perder a un ser querido. Ni la verdad, ni la sinceridad, ni la fuerza, ni el cariño son capaces de curar esta tristeza. Lo único que puede hacerse es atravesar este dolor esperando aprender algo de él, aunque todo lo que uno haya aprendido no le sirva para nada la próxima vez que la tristeza lo visite de improviso”
Me ha gustado tanto que
no sólo leeré más títulos de Murakami (tengo varios en el
kindle), sino que algún día releeré Tokio Blues, para volver a
este pasado de Watanabe, con tintes sepia. Tengo curiosidad por saber
si la segunda lectura me gustará tanto como la primera. El tiempo
dirá.
Tokio Blues (Norwegian Wood)
Haruki Murakami
Editorial Tusquets
384 páginas
Qué bien que te haya gustado tanto, me alegro mucho. Este fue el primer libro de Murakami que leí y me encantó. Después he leído Sputnik mi amor y Al sur de la frontera al oeste del sol. Ya va siendo hora de que retome a este autor. Muchos besos.
ResponderEliminarMe han regalado el libro por mi cumpleaños. Tenía muchas ganas de estrenarme con el autor y creo que han dado en el clavo con 'Tokio Blues'. He pasado por encima de tu reseña pero he visto que te ha encantado. A ver si me pasa lo mismo! Ya te contaré :-)
ResponderEliminar¡Muchos besos!
Es genial la foto! Con lo fan que soy de los Beatles te puedes imaginar lo q me ha gustado ese vinilo y tocadiscos. Hablando del libro, aunque me encanta la literatura japonesa, Murakami es mi espinita, no acaba de convencerme del todo su estilo y Tokio Blues aunque me gustó no me convenció del todo, te recomiendo Sputnik mi amor si quieres seguir con él, a mí me gustó más que esta, ah, y la peli de Tokio Blues, si no la has visto aún anímate, es preciosa. Bsos
ResponderEliminarMe encanta la foto!! ^.^
ResponderEliminarTengo pendiente ponerme con este autor. Quiero empezar con Alicia, a ver qué tal es =)
Besotess
GOIZEDER: Lo malo de que me haya gustado tanto este libro es que no sé qué va a pasar con los siguientes. He oído por ahí que este es el más "normalito" de Murakami. Tengo más libros suyos en el kindle, así que pronto leeré más. Besotes!!
ResponderEliminarMARÍA: A ver qué te parece a tí, a mi desde luego me ha encantado. A mi tampoco me gusta leer reseñas de libros que estoy a punto de leerme, por si luego me afectan. Espero tus impresiones sobre Tokio Blues. Besazos!!
CAROL: Pues el vinilo lo compramos en una feria de Madrid de discos antiguos, y estaba sin abrir. Y tampoco fue muy caro. (Claro, que es la edición yanki del disco, pero aún así...) Tengo algunos vinilos más, pero nada destacable. Ya sabía por tu blog que Murakami no es uno de tus preferidos precisamente, aunque tus "estudios orientales" son más profundos que los míos. Y no sabía que había una peli del libro, (ignorante que es una), la buscaré para verla. Besos!!
SHORBY: Gracias por lo de la foto. Me alegra ver que se aprecian, porque me gusta hacer las fotos con algo de fondo que de alguna manera tenga que ver con el libro. Cuando te decidas con el autor, nos comentas. Besos!!
Es la novela que más me ha gustado de Murakami. Leí "After dark" y aunque va en este estilo es mucho más floja, y también "La caza del carnero salvaje" pero no tiene nada que ver. Creo que me apuntaré "Sputnik..." porque veo que los entendidos la recomiendan.
ResponderEliminarAhora me falta por ver la película.
Me alegra ver que te ha gustado tanto. :)
Mal, maaal... Porque no me puedo querer leer toda tu biblioteca si aún no he terminado con la mía... ¡Esto no se hace!
ResponderEliminarExtraordinaria reseña... me ha venido a la cabeza La insoportable levedad del ser, otro libro para tomarse con calma.
Ya te lo pediré, pero más adelante...
Estupenda reseña.
¡Besos!
Hola Pi:
ResponderEliminarMe alegro mucho de que te hayas animado a leer la ficción de Murakami. Yo leí este libro hace 2-3 años, pero casi me acuerdo de todo (sobre todo de Tropa-de-asalto!! jejeje).
Ya sabrás que hay libros mejores y peores, así que debes estar preparada para todo. De momento te recomiendo Kafka en la orilla, para cuando te apetezca más Murakami :)
Perdón por haber tardado tanto en contestar, se me han juntado unas cosillas que me han impedido estar en el ordenador más de dos minutos seguidos...
ResponderEliminarLAHIERBA: Yo sólo he leído éste, pero me ha animado a leer más. Aunque, si como dices, casi es la mejor, creo que he empezado por el listón más alto. Es igual, vale la pena averiguarlo. Besos!!
LADY: Tenemos un problema con nuestras respectivas bibliotecas: la mitad de la mía está en la tuya y viceversa... Gracias por el piropo, y no puedo decirte porque La insoportable levedad la leí, me encantó, y es todo lo que recuerdo (mierda de memoria). Ya sabes donde está, para cuando te apetezca. Besos!!
ISI: Sep, Tropa-de-asalto es buenísimo. Y me encantó Midori, tan loca ella. Apuntado queda lo de Kafka en la orilla. Muchas gracias por el apunte. Besos!!